Domingo 20 de mayo de 2001
		Un invento fabuloso: el sonido direccional
		Lo oye sólo la persona a la que está dirigido.Puede rebotar en la pared y tomar otra dirección.
		Olvídense del MP3, los minidisc o cualquier otra innovación musical de los últimos años. "El invento del siglo" se conoció esta semana: el sonido direccional. Un estudiante del famoso Massachusetts Institute of Technology (MIT) diseño un aparato que emite una columna de ultrasonido que se escucha sólo en un lugar específico. El sonido que sale del aparato es como un haz de rayo láser, que no ilumina ni quema donde no toca. Así, este tipo de sonido también puede rebotar contra una pared y tomar otra dirección. Joseph Pompei es un estudiante graduado de 28 años del Laboratorio de Medios del MIT. El spot de audio -como el señor Pompei lo ha apodado- emite una columna de sonido envuelta en silencio, del mismo modo en que un haz de luz está envuelto en la oscuridad. Todo aquel que se encuentra parado dentro del haz emitido por este liso disco negro escucha el sonido alto y claro. Fuera del haz sólo hay silencio o, si hay alguna superficie cerca, murmullos a punto de desvanecerse originados por el reflejo de las ondas sonoras. Pompei tuvo la paciencia de montar cientos de laminillas piezoeléctricas sobre un disco plano de unos 30 cm de diámetro. Las laminillas, alimentadas por un dispositivo electrónico adecuado, emiten un ultrasonido, cada uno el suyo. El sonido audible se dispersa en todas las direcciones, por ejemplo cuando sale de un altavoz normal, por lo que toda la audiencia oye lo mismo. Por el contrario, los ultrasonidos se propagan como la luz, en un estrecho pincel en línea recta. Pero el oído humano no percibe los ultrasonidos, por lo que el invento no tendría que funcionar. En realidad, la suma de los cientos de ultrasonidos individuales tampoco debería ser audible, porque el oído ni suma ni resta. Pero sí funciona. El truco está en que el aire no se deforma homogéneamente bajo la energía sonora, sino que lo hace de forma "no proporcional". Se conoce como "acústica no lineal". El spot de audio no genera directamente el sonido audible. Genera el haz de ultrasonido que funciona como un largo y angosto parlante que libera sonido audible -su efecto secundario-. Es como si Pompei hubiese creado un holograma de una lámpara que pudiera ser encendida para generar luz. El ultrasonido es la lámpara, el sonido audible es la luz. Diversas compañías ya han comenzado a soñar con las posibles aplicaciones comerciales de este descubrimiento. Los supermercados y otros comercios podrían dirigir haces con anuncios de sus productos a los consumidores. Las máquinas expendedoras quizá pronto puedan hablarles a las personas que pasan a su lado. Las discotecas podrían dividir una sala en zonas con distinta música. Daimler Chrysler esta buscando la forma de instalar estos haces de sonido en sus vehículos de modo tal que cada uno de los pasajeros pueda escuchar su propia música. Los militares lo podrían emplear para confundir a las tropas enemigas. American Technology Corporation, una compañía emplazada en San Diego que desarrolla un producto similar, ya ha firmado un contrato para instalar los haces de sonido en la consola del nuevo destructor Aegis-class Navy como sustituto opcional de los auriculares de los operadores de radio. En cuanto a los consumidores, Terry Conrad, presidente de ATC, estima que en los próximos dos años comenzarán a ser "golpeados" por haces de sonido. El spot de audio de Pompei, cuya patente está por ser aprobada, es el producto de una fascinación de su niñez por la acústica y una obsesión de ocho años con la idea de que lograr que el sonido baile. Pompei dijo que halló resistencia a la idea en sus aplicaciones de graduado, pero que luego encontró una cálida recepción en el Media Lab del MIT. "He escuchado tantas veces a la gente diciendo que esto no funcionaría -dijo-. Mi respuesta era que se trataba de algo demasiado bueno como para no trabajarlo." (Fuente: La Nación)
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