Miércoles 16 de mayo de 2001

 

El río Limay y la lluvia tienen cercadas a varias familias ribereñas

 

Hay quienes deben salir en carro para transitar por una calle.En otros puntos la napa freática está al límite de su saturación.

  NEUQUEN (AN).- La persistente llovizna, el altísimo caudal del río Limay y la napa freática saturada, se aliaron para "encerrar" a siete familias que viven en los "bañados" aledaños a la Confluencia. Allí, con el agua hasta a la cintura, los vecinos reclaman que el municipio encare alguna obra que les permita vivir tranquilos. Y se quejan porque la única salida posible es por el terreno de una familia de empleados municipales, que cobra como peaje un lechón cada vez que hay un temporal.
"Yo no quiero colchones ni chapas, quiero que rellenen la calle porque cada vez que llueve nos tapa el agua", afirmó Mirta Cornejo quien vive con su marido, Carlos Bucarey, en una casa ubicada a unos 20 metros de la calle Tronador. La arteria, ubicada frente a la vivienda, está cubierta por 50 centímetros de agua. La mujer se niega a pagar peaje por lo que para salir de su casa (que está en un alto adonde hasta ahora no llegó el agua) tiene que hacerlo en una carro tirado por un caballo.
Los damnificados son personas que levantaron sus casas en tierras fiscales. Ese lugar, hasta hace unos años, era el de las islas de la Confluencia de los ríos Limay y Neuquén. Ahora, mediante relleno, es ocupado por familias que, en su mayoría, se dedican a la cría de cerdos.
Carlos Bucarey, que todos los días para ir a trabajar debe cruzar descalzo la laguna que ganó la calle, cree que la salida es que la calle Tronador se rellene y quede a un mismo nivel en toda su extensión. Eso, estima, alcanzará para frenar la laguna que está enfrente y que siempre inunda su terreno. El director de Defensa Civil de la municipalidad de Neuquén, Néstor Muñoz, admitió la problemática situación de esas familias pero -explicó- "de elevar la calle y ponerla toda al mismo nivel perjudicaríamos a cinco familias que están aguas abajo".
El padre de Carlos Bucarey, para poder sacar su camioneta, acordó el pago de un lechón a la familia de empleados municipales que ocupa la porción más grande de esa zona, que ganaron a fuerza de rellenar la laguna. "Nosotros no tenemos para pagar y creo que no corresponde, acá todos estamos en la misma, todos estamos en tierras fiscales", detalló Mirta Cornejo.
La zona de los "bañados" está a unos 200 metros del barrio Confluencia, muy cerca de la parte trasera de un hogar de ancianos en cuyos fondos hay una calle en la que, a la vera de un desagüe, se multiplican precarias casillas de cantoneras y chapa. En ese lugar, los vecinos tienen el agua contra sus viviendas y la napa freática a flor de suelo. De no ser por la limpieza del desagüe que encaró el municipio a fines del verano, la situación sería dramática. "Estamos atentos a todo lo que pueda pasar y esa es una zona de riesgo", sostuvo el director de Defensa Civil en diálogo con "Río Negro".
Las autoridades municipales esperan que se cumpla el pronóstico meteorológico, que indica que a partir de hoy el tiempo comenzará a mejorar. "El problema es que a esto se suma el caudal del Limay que está en 1.200 metros cúbicos", describió Muñoz.
Los problemas de anegamiento también alcanzaron al asentamiento Verde Limay, ubicado muy cerca de la balsa que comunica a Neuquén con el paraje Las Perlas. En ese lugar una casa muy humilde quedó bajo agua, lo mismo que varios terrenos del barrio Colonia Valentina Sur. El secretario de Gobierno de la municipalidad de Neuquén, Fabián Pelliza, explicó que más allá de los casos puntuales mencionados "los mayores problemas que estamos sufriendo tienen que ver con la crecida del río y la consiguiente elevación de la napa que por la lluvia". Para el caso y como muestra, casi todos los clubes ribereños tienen sus predios bajo agua.

Exigen informar prevenciones ante catástrofes de represas

ROCA (AR).- La Justicia Federal exigirá a todos los municipios rionegrinos que presenten informes sobre la importancia que dieron en los últimos años a la prevención de catástrofes derivadas de fallas en las represas hidroeléctricas.
Los oficios comenzaron a distribuirse ayer desde la Fiscalía federal, a cargo de Alicia Ferrando, que además tomó contacto en los últimos días con los representantes del Orsep para verificar el estado en que se encuentran las obras de infraestructura ubicadas sobre los ríos de la región.
En este sentido, la fiscal Ferrando adelantó que los miembros del organismo regulador informaron que actualmente no existe riesgo alguno para los habitantes de las ciudades aguas abajo de las represas.
Una vez confirmado esto, el paso siguiente fue conocer qué hizo cada comuna para informar a sus vecinos sobre las medidas a tomar en el caso de que se produzca un accidente en las centrales hidroeléctricas.
Para eso se comunicó con el director de Defensa Civil en la provincia, Jorge Amaro, que ofreció un panorama general sobre la situación en cada ciudad, pero que no colmó las expectativas de la fiscalía. Esta sensación surgió luego de que Amaro explicara que la implementación de los planes de emergencia es responsabilidad de cada intendente, ya que las comunas son autónomas y Defensa Civil provincial sólo puede aportar capacitación, pero no dictar medidas concretas.
Según informó la fiscal Ferrando, el funcionario trazó un panorama bastante desalentador sobre la realidad de Defensa Civil en cada municipio, al explicar que a las capacitaciones no asisten más de quince personas y en su mayoría se trata de bomberos. Los voluntarios son parte fundamental en los procesos de emergencias, pero la ejecución de los planes corre por cuenta del Poder Ejecutivo en cada comuna y hasta el momento no se observó un interés concreto en la prevención.
De acuerdo a lo comunicado por la fiscal, "el objetivo es que cada municipio explicite qué plan de seguridad tiene elaborado y cuáles fueron las campañas de difusión implementadas para que los vecinos sepan qué hacer si pasa algo".
La representante del ministerio público agregó que aproximadamente dentro de veinte días se realizará un control sobre los informes girados desde las intendencias.
En el caso de que se compruebe que las medidas aplicadas no fueron suficientes o no existe un plan para las emergencias hídricas, se indicó que se tramitarán las acciones correspondientes ante el Juzgado federal para intimar a cada intendente a que cumpla con su deber de prevenir a la población.
Una de las primeras conclusiones surgidas luego de analizar la situación de la seguridad de las personas que viven aguas abajo de las represas, es que los organismos de Defensa Civil no deberían depender de los municipios, porque muchas veces cambian los gobiernos y no siempre está asegurado que continúen las acciones de control.

Foto: La creciente récord del Limay y las lluvias de los días últimos mantienen anegadas zonas ribereñas en distintos puntos de Neuquén capital.

   
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