Jueves 10 de mayo de 2001

 

Talan árboles en cercanías al aeropuerto neuquino

 

La medida fue ordenada desde la Fuerza Aérea. Los vecinos se oponen al corte de álamos y sauces.

  NEUQUEN (AN).- El gobierno provincial, por estricto pedido de la Fuerza Aérea, ordenó la tala y poda de alrededor de un millar de árboles que rodean al aeropuerto internacional neuquino. La medida, que empezó ayer con el corte de unos 50 álamos y sauces mimbre, le puso "los pelos de punta" a los vecinos de las 62 Viviendas (o barrio ferroviario) y a algunos chacareros de Colonia Valentina Norte, quienes están dispuestos a impedir, de cualquier manera, el avance de las motosierras.
La tala, que viene siendo reclamada desde hace unos cuantos meses por Fuerza Aérea, fue definida por el riesgo que representan ante una posible emergencia y la interferencia que provocan las plantas en un sofisticado equipo de comunicación aeronáutica. En rigor, de acuerdo a las reglamentaciones que rigen la actividad aérea, habría viviendas que no deberían estar donde están, lo mismo que las cortinas de álamos de las pocas chacras que quedan en la zona.
Para alimentar la polémica, ayer a la tarde, un equipo de inspectores de la comuna labró una infracción contra los obreros encargados de la tala, que están contratados por la provincia, propietaria del aeropuerto.
El problema es de larga data, pero estalló el lunes cuando la Fuerza Aérea envió un avión Lear Jet para calibrar un sofisticado y costoso equipo de navegación aérea: el VOR DOPPLER, valuado en 800.000 pesos. El aparato, que entre otras cosas dará la información necesaria para que los aviones aterricen los días de neblina, indica la posición de la nave con respecto al aeropuerto. La conexión detalla si el avión está volando hacia la derecha o a la izquierda, con qué ángulo y con qué altura. El VOR emite ondas electromagnéticas en los 360 grados y tiene un alcance de 300 kilómetros.
A pesar de que está montado, el aparato aún no se puede utilizar por dos cuestiones. Básicamente porque no se lo puede calibrar con un teodolito -desde la tierra- por la presencia de árboles y de las plantas altas que interfieren su señal.
De acuerdo a las reglamentaciones aeronáuticas, a los costados de la pista deben haber 150 metros libres de cualquier elemento. Incluso, los yuyos no pueden superar los 20 centímentros. Desde el extremo, es decir de los más allá de los 150 metros, los cuerpos fijos pueden elevarse sólo a cuatro grados del punto. Así las cortinas de árboles ubicadas al norte de la estación aérea deben ser cortados de cuajo, mientras los que están más allá deben cortarse -mocharse- de acuerdo a la proyección del ángulo de cuatro grados.
Esto significa que un millar de álamos y sauces deberán cortarse o por lo menos mocharse.
En caso de un accidente, los álamos de gran porte (hay algunos que superan los 40 metros) representarían trampas mortales para el avión y los pasajeros, describieron fuentes calificadas.
La tala de los álamos, que comenzó ayer por la mañana, sorprendió y enojó a la mayoría de los vecinos que para hoy tienen previsto reunirse para buscar la forma de defender el verde que distingue al barrio.
   
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