Jueves 10 de mayo de 2001

 

En Bariloche identificarán a los alimentos transgénicos

 

Ordenanza establece las obligaciones para los comercios.La norma ubica a la ciudad a la vanguardia en el tema.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Durante la última sesión del Concejo Municipal fue aprobada por unanimidad la ordenanza que dispone de manera obligatoria que dentro del ejido de la ciudad todo alimento resultante del uso de técnicas de ingeniería genética en su producción o procesamiento sea fácilmente identificado por los consumidores.
La norma fue propuesta hace un año por el concejal del Partido Provincial Rionegrino Claudio Lueiro, y entrará en vigencia dentro de 90 días. Básicamente establece que cada comercio deberá exhibir un cartel visible que indique la disponibilidad de un catálogo con la nómina de los productos transgénicos incluidos en sus mercaderías. Esos listados serán provistos por la dirección de Inspección General del Municipio y actualizados mensualmente con altas y bajas, en base a los datos que publica en forma periódica el grupo Greenpeace en la red informática.
En los fundamentos de la ordenanza Lueiro mencionó el derecho a la información que las normas superiores le garantizan al ciudadano, y precisó que "es necesario normar la manera de exigir que cada consumidor tenga la posibilidad de elegir", en forma independiente de la voluntad de los productores de alimentos.
El proyecto original era más ambicioso porque citaba el reglamento 1.139/98 de la Unión Europea, que exige que el etiquetado de los alimentos refleje la relación de elementos que hayan sido modificados genéticamente en su elaboración.
Aspiraba como mínimo a que cada alimento envasado estuviera etiquetado con la leyenda "elaborado con organismos genéticamente modificados".
Pero esa pretensión ya había hecho fracasar a otras iniciativas, porque no existe una ley nacional que obligue a las empresas productoras o importadoras a reconocer tal circunstancia en sus envases, a pesar de las comunicaciones cursadas a la provincia y la Nación por el edil. Finalmente el autor y el Concejo acordaron la implementación de un procedimiento complejo pero viable que convierte a Bariloche en la primera ciudad con una legislación de vanguardia en materia de sustancias alimenticias.
El grupo Greenpeace asegura que Argentina es "el tercer productor mundial de organismos genéticamente manipulados después de Estados Unidos y Canadá". Dice que "el 90% de la soja y 10% del maíz" han sufrido modificaciones y que la región donde se concentran las mayores producciones transgénicas comprende a Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Lueiro señaló como ejemplo que los alimentos transgénicos deberían cumplir con los criterios de una directiva de la Comunidad Económica Europea (de 1997), que exige sea "necesario y útil, seguro para la salud humana y el medio ambiente, y que sus características sean las declaradas y se mantengan en el tiempo".
Greenpeace señala en su sitio de Internet que el consumo de alimentos genéticamente alterados genera riesgos de alergias y de adquirir resistencia a los antibióticos, y denuncia la existencia de esas alteraciones en productos de venta masiva como pollos, sopas concentradas y papas fritas envasadas de determinada marca.
Los ecologistas han logrado algunos avances en su batalla y continúan analizando alimentos de gran consumo y denunciando a los que contienen elementos alterados.
De manera especial, critican que tanto la soja como el maíz son manipulados con genes "que jamás formaron parte de la dieta humana" y conllevan "riesgos para la salud y el medio ambiente".

La información como primer paso

Existe una tendencia mundial que discute y combate a la ingeniería genética que permite modificar la información celular por medio de la transferencia artificial de genes de un organismo a otro. En la Declaración de Cartagena (Colombia), producto de la Convención de la Biodiversidad, científicos de todo el mundo solicitaron la suspensión de la producción de alimentos modificados genéticamente, y en enero de 1999 en Montreal (Canadá), delegados de 130 naciones elaboraron el primer tratado global que regula el comercio de estos productos y establece pautas internacionales.
En América Latina, organizaciones campesinas, indigenistas y ambientalistas reunidas en Quito (Ecuador), decidieron rechazar la invasión de organismos transgénicos en el área de mayor diversidad agrícola y segunda región del mundo en superficie de áreas cultivadas con organismos tratados genéticamente.
Hace dos años el científico barilochense Germán Martina advirtió sobre los peligros del consumo humano o animal de sustancias manipuladas genéticamente e impulsó una ley que prohíba el cultivo con fines comerciales de esos alimentos. Martina alertó sobre "los riesgos de las manipulaciones de la ingeniería genética" y afirmó que existe suficiente justificación para exigir "el etiquetado completo de los alimentos que contengan ingredientes transgénicos y la prohibición de la comercialización para alimentación humana o animal de productos que contengan sustancias de organismos genéticamente modificados". Este es el objetivo que persigue un movimiento mundial cada vez más numeroso, y la información puede servir para que las empresas abandonen ciertos procedimientos si sus productos pierden el favor del consumidor.

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación