Sábado 5 de mayo de 2001

 

Coinciden en el cambio de perfil que la escuela demanda

 

La adaptación del sistema educativo a la globalización fue el tema principal de la última jornada de un evento que conformó a 700 docentes por el nivel de exposiciones y la organización.

  Sin la mirada de algún prócer a sus espaldas y sentados de frente al escritorio del salón del Círculo Italiano de Cipolletti, más de 700 docentes participaron de la última jornada del Segundo Encuentro de Educadores Patagónicos, organizado por el Consejo de Educación Católica de Río Negro. Todos habían sido convocados a debatir el rol de la escuela en el siglo XXI con expertos de Latinoamérica.
El antropólogo y sociólogo chileno Sergio Martinic fue el que abrió el juego: "La escuela está en un mar nuevo, el de la sociedad de conocimiento y hay que descubrirlo; caso contrario, nos quedamos fuera".
" Sin dudas arrastramos problemas del pasado, tanto del siglo XIX como del siglo XX, y éstos son principalmente la organización del tiempo y la calidad de la educación", aseguró.
Los cambios culturales que se produjeron en los últimos tiempos, entre ellos la velocidad e incremento de la información, sin dudas han repercutido en la educación. Ejemplificó Martinic al señalar a algunas universidades de EE.UU. que han planteado la necesidad de otorgar títulos por el lapso de cinco años solamente, para exigir luego una constante capacitación y actualización en materia de conocimiento.
El rol de la escuela en el marco de esta sociedad de conocimiento, según Martinic, obliga a establecer que ésta es un espacio de gestión, aprendizaje y creación de conocimientos. La escuela es una organización para el aprendizaje y que aprende de su propia experiencia. Por ello, dijo, debe lograrse:
-una gestión descentralizada y autónoma,
-una flexibilización de los límites entre escuela y entorno,
-los cambios curriculares de contenidos fijos a procesos,
-el paso de relaciones pedagógicas frontales a dialógicas, y
- la efectividad y aprendizaje institucional.
Las demandas hacia esta escuela pretenden preparar jóvenes para una nueva cultura laboral, garantizar la integración social y la formación justa para una ciudadanía moderna. "La diferencias entre las personas se encuentra en las destrezas culturales básicas", recordó Martinic.
En contra de algunos pensadores de prestigio que anuncian la desaparición de la escuela como núcleo central de la educación, Tasca sostuvo que es necesario pensar en forma urgente en una escuela diferente.
"En los últimos años en nuestro país los estudios en los que se trabajaron estuvieron centrados en los contenidos y en algunas cuestiones metodológicas", aseguró Tasca.
"La organización escolar, como estructura que posibilita que el saber se transmita y se construye, estuvo ausente de las preocupaciones de los estudiosos", agregó. "Cuando hablamos de modelo de escuela aludimos a un tipo determinado de organización educativa por un lado, y a un modo específico de gestión institucional por otro".
"El logro del educador se mide en términos de vidas transformadas", fue la última frase que Tasca pronunció.
Luego, Jorge Ratto se refirió a algunas cuestiones que debería asumir la escuela en este nuevo siglo, principalmente la concepción del aprendizaje. "Cuando hablo de aprendizaje supongo el compromiso de preparar ciudadanos alfabetizados, que manejan saberes interdisciplinarios sin los cuales se vuelve hoy muy difícil la auténtica y trascendente interacción social", señaló.
Esta concepción del aprendizaje implica poder generar en los alumnos la capacidad de manejar, explorar y desarrollar ese conocimiento. "El desafío es triple con respecto al conocimiento: el primero es mover el paradigma que define al aprendizaje simplemente como la adquisición y acumulación de conocimiento hacia una concepción del conocimiento como una fuente para la resolución de problemas; el segundo está relacionado con la naturaleza social del aprendizaje, la noción de aprender a vivir juntos; y el tercer desafío está vinculado con el conocimiento en sí mismo, su extensión y complejidad que conduce a una especialización y fragmentación que tiene su impacto en la escuela" , aseguró.
"Imagino a la escuela como una comunidad de aprendizaje con alumnos, profesores, padres, empresas y organizaciones no gubernamentales, pero con tres roles protagónicos: alumnos, docentes y padres. Los docentes como mediadores en el proceso enseñanza-aprendizaje de los alumnos. Con respecto a los alumnos, hay que hacer una reflexión fuerte: el trabajo de un estudiante es estudiar y esto implica esfuerzo. Los padres deben acompañar a sus hijos en la realización de sus deberes escolares, con el debido rigor de la perseverancia...". Ratto no terminó de decir esta frase cuando los docentes comenzaron a aplaudirlo eufóricamente. El evento había concluido. Luego vendrían los abrazos de despedida.

Aprender junto a la comunidad

Entre tantos problemas que bombardean y desbordan a las escuelas figura la excesiva demanda de soluciones que la comunidad deposita en ella: le pide que enseñe conocimientos, que dé comida, que contenga, que brinde información sobre educación sexual, mengüe los niveles de violencia y agresividad de los chicos...y más... Y la escuela, en la mayoría de los casos no rechaza estos pedidos: al contrario, los absorbe y no los cumple. Consecuentemente, brinda una imagen de fracaso e insatisfacción.
En este torbellino se está rescatando una idea que en su tiempo fue claro y que luego se desdibujó totalmente: la escuela no reemplaza al municipio, al hospital, a la comisaría. Su función primera es educar, en un contexto de diálogo con todas las instituciones de la comunidad. "Este es el camino", señaló María Nieves Tapia, coordinadora del Programa Nacional Escuela y Comunidad del Ministerio de Educación de Nación, presente en las jornadas en Cipolletti.
"Hay que pensar en una escuela hacia la comunidad, con un aprendizaje-servicio", sostuvo. De qué se trata. "Es una actividad de servicio a la sociedad desarrollada por los estudiantes, planificada desde la escuela, y destinada no sólo a cubrir una necesidad de los destinatarios del servicio, sino orientada explícita y planificadamente al aprendizaje de los alumnos".
Según las experiencias que se realizan en el país, Tapia destaca que esta modalidad aumenta la motivación, permite percibir nuevos sentidos al aprendizaje, ayuda a aplicar conocimientos teóricos en contextos reales y genera nuevos aprendizajes.
"La formación ciudadana debe pasar de la teoría a la práctica; la democracia no es sólo una norma, es un estar en la comunidad haciendo cosas", agregó.
En este sentido, destacó el trabajo que se hizo en el Centro de Educación Integral "San Ignacio", de Junín de los Andes con "Obras que perduran"; la escuela provincial de Educación Técnica 4, también de Junín con "Aprovechamiento de las energías renovables por el aprovisionamiento de agua y electricidad en áreas rurales del departamento Huiliches"; Jardín Integral NÂș 20 de Aluminé con "Cuidemos el medio ambiente", y el Taller de Capacitación Integral "Enrique Angelelli", de Bariloche, con "Los jóvenes y los ancianos".
Para más información, consultar en www.eyc.gov.ar, o bien dirigirse a eyc@me.gov.ar

Mázzaro rescató las críticas "sanas" realizadas al sistema educativo

CIPOLLETTI (AC).- "Uno tiene dos posibilidades en educación: sentarse a mirar lo que falta o sentarse a mirar qué se hizo y avanzar sobre lo que falta. En esto coincido en esta actitud de optimismo, de plantearse algún nivel de utopía para poder alentar este mejoramiento en la educación".
Ana Mázzaro, la titular del Consejo de Educación de la provincia, estuvo ayer en el cierre del Segundo Encuentro de Educadores Patagónicos. Más allá de destacar la participación de los docentes, la funcionaria resaltó la actitud de los panelistas al realizar una crítica "sana" al sistema educativo. "En educación hay dos niveles. Uno es de cuestiones conceptuales y otro de ejecución. Muchas veces la ejecución va por detrás de lo que uno quiere y desea para mejorar la educación. Lo más importante es que marchen ambas cosas en el mismo camino. Y que a lo mejor con alguna dificultad, con alguna lentitud, podamos dar una buena respuesta a los procesos de reforma", precisó.
La funcionaria estuvo hasta el mediodía en el salón del Círculo Italiano, donde se escucharon diversos y serios cuestionamientos hacia las políticas gubernamentales en materia educativa. Sin embargo, Mázzaro consideró que las críticas fueron constructivas y que comprometen a todos los sectores, no sólo al gobierno.
"Todos tenemos algo para modificar, para poder dar una respuesta. La educación va a seguir siendo un desafío. Y lo que hagamos de hoy para dos o tres años, seguramente en dos o tres años habrá que repensar un modelo diferente, porque los tiempos se han acelerado gracias a la comunicación", dijo.
En este sentido remarcó los "señalamientos" realizados por los panelistas, centrando sus reflexiones en lo que pasa finalmente en el aula. "No se trata solamente de la voluntad de cambio sino de las posibilidades que hay", expresó.
Puntualizó que en las exposiciones "ha habido un tono de optimismo, de hacer el esfuerzo para superar las dificultades. Con optimismo basado en el esfuerzo que ponen los docentes en el trabajo. El corazón de la educación está en el aula, y en el aula lo que pesa es la actitud del docente al compartir con los alumnos. Me parece que esto es lo que se quiso transmitir: reforzar el trabajo docente, la profesionalidad docente".

   
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