Viernes 4 de mayo de 2001

 

Cuál es la nueva educación que se debate e impone

 

Ya no se habla más de grandes transformaciones estructurales, como en décadas pasadas: ahora se insiste en "cambios de organización" para que la escuela sea competente ante el conflicto.

  Las grandes tendencias que orientan la educación por estos días fueron ayer ratificadas en su totalidad por prestigiosos especialistas en el Segundo Encuentro de Educadores Patagónicos, organizado por el Consejo de Educación Católica de Río Negro, en Cipolletti, donde se revalorizó el papel del maestro en toda transformación educativa.
"¿Por dónde pasa el cambio hoy en las escuelas?" fue la consigna que desarrollaron, cada uno a su modo, el investigador colombiano Marcos Mejías Jiménez, el antropólogo chileno Sergio Martinic, la socióloga y académica Inés Aguerrondo y la funcionaria de Nación, María Nieves Tapia, en el panel "Políticas educativas", que concitó la atención permanente de los 700 docentes presentes en las instalaciones del Círculo Italiano de Cipolletti.
"Cómo hacer bien lo que tengo que hacer bien" es el planteo actual del docente cuando va a clase, dijo Martinic, al sintetizar la actual ola de reformas que se impone en el mundo al compás de la globalización: escuelas de calidad, más efectivas y autónomas, con una buena química entre la comunidad y el aula.
"Desde los ´70 tenemos buenos diseños técnicos, pero las reformas casi nunca han llegado al maestro", enfatizó Martinic al reconocer los fracasos de las políticas implementadas desde los gobiernos centrales. "Han sido unos grandes fracasos", dijo sin aludir a la Ley Federal de Educación del gobierno de Menem en los ´90. Al dar la razón, coincidió con los otros panelistas: "se desconoció siempre al maestro, faltó revalorizarlo". Y él es el gran ejecutor de todo cambio, acotó. "Saben hacer las cosas porque tienen una práctica acumulada".
Aquí, Martinic se detuvo en resaltar el desconocimiento que manifiestan los funcionarios gubernamentales de la cuestión educativa -"no les importa", dijo- y la permanente resistencia al cambio que militan los sindicatos.
El especialista también remarcó que la relación entre la escuela y la comunidad es otra de las materias pendientes a tratar. "Hay un gran muro entre ambos sectores que debe derribarse", dijo.
En un clima de expectativa, Aguerrondo habló a su turno, que con astucia supo leer las caras de los presentes, que la ubicaban claramente como una de las ideólogas de la reforma educativa de la gestión de Menem. "Ha quedado bien en claro que la trasformación no solo pasa por el aula y la escuela sino también por un cambio en las conducciones".
Este tercer momento de reformas -luego de lanzadas las de primera y segunda generación décadas anteriores de la mano del BID y Banco Mundial- encuentra su modelo en el Estado en Red, en caso que se encuentre un Estado, claro está. Según Aguerrondo, este sistema se instala en tres pivotes bien claros:
• una conducción política que fija con autoridad -en todos los sentidos- los objetivos en términos de consenso,
• una asistencia para la autonomía, que implica dinero, capacitación permanente y aprendizaje profesional sostenido, y
• un control que evalúa y ajusta.
Estos dos últimos puntos fueron bien desarrollado por Aguerrondo, atenta siempre a la polémica y la provocación, como buena intelectual que es. Insistió en dos cuestiones necesarias, según su óptica:
- la creación de una nueva figura de supervisor, que no controle sino que asista. "Que sea un sensor" de la realidad. Que integre a especialistas de distintos ciclos, oriente según los pedidos de las escuelas, plantee instancias de investigación de la realidad, afirmó. Para agregar: que retroalimenten con todo lo nuevo que circula, convirtiendo a las escuelas en hervideros de creación. Fue acá que muchos docentes de Roca se miraban entre sí con cierto excepticismo al relacionar a sus actuales supervisores con lo que estaban oyendo. Eran caras feas, realmente.
- la evaluación de la gestión de quienes conducen las escuelas. Ejemplificó con experiencias en Canadá, Escocia y EE.UU, entre tantos países, donde las escuelas se auditan. "Si luego de tres evaluaciones sucesivas se constata un fracaso, el Estado interviene la escuela, y cambia todo el plantel. Porque el alumno tiene derecho a recibir lo mejor y el Estado se hace cargo de ello", informó Aguerrondo.
Al promediar el debate, y cuando quedaba claro para todos que la globalización requiere una nueva escuela, un nuevo maestro, otra currícula, intervino Mejías, quien políticamente incorrecto para los tiempos que corren, habló de "refundar la educación" sin perder de vista a los organismos internacionales que direccionan el nuevo perfil educativo que se impone.
"Hay un nuevo pacto entre la economía y la educación , donde se exige un maestro profesional con un pago miserable. Ante esta realidad, no sirve protestar como en los "60, los "70. No funciona más la vieja lucha de los viejos tiempos", acotó Mejías, quien reconoció la desactualización alarmante de los sindicatos para crear modos nuevos de actuar, tanto para defender derechos como para proponer alternativas.
Como la escuela ya no garantiza más el trabajo a ningún estudiante en un futuro, piensa Mejías, los maestros deben recuperar su condición de intelectuales. "Para ello, deben prepararse, estudiar, convertir la escuela en una fuente de alternativa al único discurso que se escucha hoy". La mayoría de los presentes asintió la propuesta con un aplauso cerrado y prolongado.

Horacio Lara

Los paquetes también pueden desatarse

Un nuevo modelo de escuela se impone en la sociedad del conocimiento que desvela a docentes, expertos, burócratas y padres casi por partes iguales.
Hasta tiempo atrás, casi todas las cuestiones pedagógicas e institucionales se resolvían con recetas, reconocían ayer los especialistas en Educación en Cipolletti. "Era más fácil porque la realidad era más digerible".
Hoy, en cambio, se le pide a los maestros creatividad al máximo, acorde a las necesidades de la comunidad donde se desarrolla. No pedir permiso para todo, en el marco de las normativas vigentes, obviamente. "Así se ejerce la autonomía de las escuelas", afirman, con la participación de padres, ONGs e instituciones locales. "Así surgen las respuestas innovadoras".
Hay una nueva agenda orientada por los organismos financieros internacionales que implica legitimar cargos directivos, actualizar contenidos y profundizar la inteligencia de las organizaciones. Pero como dijo Mejías ayer: "el paquete que nos pasan no necesariamente debe ser usado como llega". El moño puede ser desatado.

"No basta oponerse: hay que construir alternativas"

La formación de los docentes sigue siendo un tema conflictivo a la hora de ponerlo en el tapete. Inés Aguerrondo insiste en que los institutos de formación docente de la Argentina deben ser reemplazados por centros de renovación pedagógica. "Hay que detectar la innovación, difundirla, explicarla", le dijo a "Río Negro" la especialista, que viene de ensayar su teoría en San Luis. Lástima que los institutos de la región hacen oídos sordos a estas actualizaciones. "Siguen en el viejo sistema educativo", denunció la socióloga.

Pocas pulgas. Aguerrondo se molesta cuando se le pide una revisión de la Ley Federal de Educación que ella misma ayudó a redactar e implementar en tiempos de Susana Decibe en Educación, Menem mediante. "Esa transformación no fue parte de un proyecto de país, no constituyó una política de Estado", se lamentó.

¿Qué va a venir?, desafiaban. Cuando la funcionaria nacional María Nieves Tapia reconoció que los recortes salariales atentan contra una pretendida profesionalización del maestro, la mayoría de los 700 docentes participantes aplaudieron en protesta por la experiencia rionegrina. "Acá tendría que estar Ana Mázzaro haciendo su perfeccionamiento", vociferó un maestro cipoleño, con bronca.

"No basta la oposición", insistió en todo momento el colombiano Mejías, quien dio el toque alternativo al discurso político habitual. "Hay que refundar la crítica para construir una alternativa. Una nueva teoría crítica permite ir a lugares nuevos. Y los sindicatos no ayudan en esto, para nada".

Tirar lazos a la comunidad. La mayoría de los maestros consultados coincidían en que el centro escolar es el nuevo núcleo educativa por excelencia. "Hay que fortificarlo, realizar todos los proyectos allí", decían para admitir: "una escuela es fuerte cuando se desarrolla en una comunidad crítica".

Impecable la organización del evento.

Foto: Un nivel excelente alcanzó la ponencia y debate de los expertos en educación convocados por el Consejo de Educación Católica.

   
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