Domingo 27 de mayo de 2001

 

Ahora dicen que hay que tirar las pilas a la basura

 

Contrariamente a las campañas que reclamaban depositarlas en lugares supuestamente seguros, ahora el municipio neuquino afirma que de esa forma el riesgo ambiental aumenta.

  NEUQUEN (AN).- Juntar pilas comunes para evitar que contaminen es un error: al concentrarlas el riesgo de degradación ambiental aumenta. La municipalidad desaconseja las campañas de recolección, afirma que tirarlas a la bolsa de basura acarrea menos riesgos y disminuye el daño ecológico.
Pero en la medida en que la recolección de pilas siga siendo una preocupación en la gente y tenga "deseos" de juntarlas, el municipio las recibirá, encapsulará y dejará en guardia en celdas de seguridad dentro del relleno sanitario hasta que aparezca una alternativa mejor. "Tampoco queremos que esto se convierta en una gran campaña porque no tiene sentido, constituye un esfuerzo innecesario y un costo adicional prescindible", recalcó el subsecretario de Gestión Ambiental, Carlos Roca.
Las campañas de cuidado ambiental realizadas en los últimos años desde la misma municipalidad machacaron sobre el cuidado ambiental, la peligrosidad potencial de las pilas usadas y anunciaron su transformación en bancos y mesas de plazas, verjas y paredones inocuos. No hubo tal cosa.
"La campaña anterior fue exitosa desde el punto de vista que logró involucrar a la población en la recolección pero cometió el error de llamar reciclado a algo que no lo era, porque se trató de una disposición transitoria y precisamente no eliminó los riesgos", observó Silvia Gutiérrez, ingeniera química y directora de Calidad Ambiental.
Por el contrario, juntar cualquier tipo de pilas usadas en un mismo recipiente puede resultar peligroso -añadió- sobre todo cuando no se cuenta con un sistema organizado de traslado y de disposición final de este tipo de elementos. En momentos en que la comuna realizaba campañas de difusión pública para depositar las pilas usadas en barriles de plástico ubicados en paseos públicos y rellenaba con ellas ladrillos de cemento que contenían polvos supuestamente neutralizantes, desde mucho antes, a partir de 1993, las empresas líderes ya fabricaban pilas comunes "sin mercurio".
"Hay que mirar lo que se compra: son reconocibles porque en el blister tienen dibujado un pinito, que simboliza que no producen daño ecológico y que pueden mezclarse con los desechos comunes", indicó el subsecretario Roca.
Esos dibujos también las distinguen de las pilas recargables y de las baterías de telefonía celular que no contienen mercurio pero sí metales pesados como cadmio y níquel, altamente tóxicos. Lo mismo que las micropilas -como las de los relojes- deben ser escrupulosamente dispuestas en forma separada de los residuos domiciliarios.
Se estima que el consumo de pilas en Neuquén capital asciende a 10 por habitantes por año y va en ascenso. Otro estudio afirma que representan el 0,09 por ciento del volumen total de la basura que recolectan diariamente los camiones de Cliba. O sea, de los 200.000 kilos diarios de desechos que produce la ciudad, 180 corresponderían a pilas usadas.
En base a estos estudios, Roca concluye que el poder contaminante está directamente relacionado con la concentración: "resulta muchísimo menos agresivo para el medio ambiente diluir en la basura los elementos tóxicos que puedan tener las pilas sin mercurio, que potenciar su efectividad juntándolas en un único lugar, tirándolas a un curso de agua o a un baldío".

Bancos y ceniceros con contenido

NEUQUEN (AN).- Todavía circulan dentro de la municipalidad ceniceros y bancos que contienen en su interior pilas usadas, selladas dentro de bolsas con polvos "supuestamente" neutralizante de la peligrosa carga.
Han pasado cinco años y dos gestiones, y nadie se anima a corroborar su efectividad.
Hasta las autoridades, cuando mencionan aquella experiencia piloto, utilizan la palabra supuestamente para referirse a la cualidad inhibidora del famoso polvo que adquiría el municipio para desactivar los componentes de las pilas.
"Digo supuestamente porque nunca tuve en mis manos el análisis químico", se disculpó la directora de Calidad Ambiental, Silvia Gutiérrez, si bien admitió que "algunos empleados (de su área) afirman que el estudio existió".
Cada bloque contenía 150 pilas agotadas y cada banco 600, envueltas en bolsas y dentro de un molde rellenado con hormigón.
La instalación de enormes cestos en las plazas para depositar las pilas agotadas es anterior, data de 1993.
Gran parte de esos desechos fueron a parar al basural a cielo abierto, que por aquellos tiempos no estaba impermeabilizado ni controlada la descomposición de la materia orgánica, como ocurre en la actualidad.
Organismos especializados nacionales e internacionales recomiendan no almacenar las pilas comunes hasta que exista un tratamiento industrial efectivo de disposición final.
Consideran que el poder contaminante es altamente mayor si son concentradas en un depósito a si son distribuidas en las celdas de rellenos sanitarios convenientemente preparados.
Sobre esta base, precisamente, las autoridades municipales recomiendan a la población tirar las pilas comunes que no contienen mercurio en las bolsas de basura.

Dudas sobre las de contrabando

NEUQUEN (AN).- "El 90 por ciento de las pilas comunes que se fabrican no contiene mercurio pero el problema son las que ingresan de contrabando, las que no se conocen su origen y las que ingresan dentro de los muñecos", indicó la responsable de controlar la Calidad Ambiental de la ciudad.
Sucede que la legislación argentina no es muy rigurosa en materia de residuos peligrosos.
Silvia Gutiérrez alienta una reglamentación al tiempo que recordó que recientemente recibió a asesores legales de una marca reconocida de pilas que proponen una norma que prohibiese la importación, producción y comercialización de pilas de óxido de mercurio y de alcalinas con agregado de mercurio.
La funcionaria dijo que ese tipo de pilas ha sido superada por la tecnología de punta y precisó que en el período 1984-1991 el nivel de mercurio en las pilas se redujo aproximadamente un 90 por ciento. El fenómeno tuvo relación con el compromiso contraído por las empresas productoras de residuos peligrosos con el gobierno de los Estados Unidos.
En cambio las micropilas de mercurio y las baterías de uso para la telefonía celular son altamente contaminantes.
Para las primeras y las de origen dudoso la funcionaria puso a disposición la disponibilidad municipal para poner a resguardo esos productos. Y en cuanto a las baterías gastadas recomendó a los consumidores entregarlas a las casas comerciales, que tienen un convenio de reciclado con la secretaría de Medio Ambiente de la Nación.
   
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