La Alianza y el peronismo se llevaron 6.000 afiliados del MPN

La desafiliación es un proceso que comenzó hace un año y medio.Las estadísticas revelan que existe un mercado de votos para internas.Pese a la caída, el oficialismo es el que domina la política neuquina.

NEUQUEN (AN) - A sólo unos meses de una nueva interna entre sobischistas y felipistas, el Movimiento Popular Neuquén está perdiendo afiliados. Sus autoridades lo toman como un hecho natural, pero parece ser parte de un proceso que comenzó en las elecciones de 1999, cuando el partido que gobierna la provincia desde hace 38 años sacó 7.000 votos menos que su número de afiliados.
El proceso comenzó hace un año y medio. Para tomar dimensión de lo que está ocurriendo en el oculto mercado militante de los partidos tradicionales de la provincia, es preciso observar dos datos más: a finales de 2000, cuando el Partido Justicialista fue internas, su lista de afiliados había crecido un 30%; y la Unión Cívica Radical de Horacio Quiroga consiguió sumar para el padrón de su partido que 6.000 neuquinos llenaron la ficha.
Es un secreto a gritos que en Neuquén hay un mercado de afiliados políticos que se mueve de partido cada vez que un puntero acuerda un apoyo a determinado candidato y una interna se avecina.
No se trata del conocido cambio de voto, tan común en el MPN dividido de la última década, que le permitió a Jaime de Nevares, por ejemplo, imponerse en las elecciones para convencionales constituyentes nacionales de 1994 como candidato de un partido casi sin afiliados: el Frente Grande. Se sabe que detrás del triunfo del ex obispo neuquino apareció una lluvia de votos felipistas.
Un importantísimo dirigente del MPN muy cercano al gobernador Jorge Sobisch dio el dato: la causa de la pérdida de 6.000 afiliados ocurrida en el último año y medio se debe a que un sector o varios de otros partidos precisan afiliados para determinada interna para "aparatear" los comicios con nóveles militantes.
Pero hay otra característica en el mercado de militantes de una provincia donde un mismo partido, sin trascendencia nacional, ejerce la hegemonía electoral como algo natural desde 1962. El cambio abrupto en el mapa político que se dio en 1999, con el ajustado triunfo del MPN a nivel provincial y las victorias de la Alianza en las tres ciudades más importantes, rapartió el poder de tal modo que muchos militantes no lo pensaron dos veces cuando optaron por abandonar el MPN y acercarse al calor de un nuevo poder en ciernes.

Afiliados municipales

Los opositores de la ciudad de Neuquén, que son los emepenistas, denuncian por lo bajo que el intendente Horacio Quiroga imita a los gobiernos del partido provincial y presiona a los empleados municipales para que se afilien a la UCR. Dicen que así consiguió buena parte de las nuevas adhesiones a su partido.
El radicalismo, como es lógico, lo niega. Un alto vocero del quiroguismo se jactó, ante "Río Negro", de haber cortado con el "punterismo" en los barrios y las comisiones municipales.
La mayor participación de electores en una interna del MPN se dio en 1995 cuando por primera vez se enfrentaron Jorge Sobisch y Felipe Sapag, y ganó el veterano líder ortodoxo. Pero no todos fueron afiliados ni fue necesario hacerles llenar la ficha porque en la compulsa pudieron participar también los independientes.
Ese año el padrón del partido provincial era de sólo 65.000 personas. Pero en apenas cuatro año el MPN, ya con internas cerradas, llegó a afiliar una cifra récord en la historia política de esta provincia, con un padrón superior a los 101.000 militantes.
La comprobación de que la fidelidad no es la mayor virtud de este partido provincial que inventó todo un estilo en lo que hace a colecta de afiliados y el manejo del poder, fueron las elecciones generales de 1999, en las que Sobisch obtuvo el peor resultado del MPN desde 1983, con el 44,2% de los votos.
En ese momento el partido tenía 101.437 afiliados, pero sólo obtuvo 93.800 votos, casi 8.000 menos.
El Frente Grande primero y el Frepaso después demostraron en 1994 (con De Nevares) y 1997 (con Oscar Massei) que no es necesario tener un padrón de afiliados enorme para ganar una elección (ver aparte).
Lo mismo se podría decir de la Alianza que, además de gobernar seis localidades, tiene desde 1999 el bloque opositor más poderoso desde el retorno de la democracia. Con un Frepaso casi sin afiliados y una UCR con apenas 10.000, la coalición obtuvo 77.900 votos.
Como casi siempre, también en los triunfos del Frente Grande, el Frepaso o la Alianza tuvo mucho que ver el MPN. Sin los votos del felipismo en las tres elecciones, jamás un partido de la oposición habría podido imponerse ni acercarse a la fuerza provincial.
Hay otros datos llamativos que devuelven los cuadros de análisis que elaboró la dirección neuquina de Estadísticas, Censos y Documentación.
Hasta 1999 la tendencia hacia la abstención electoral y el voto el blanco fue creciente y llegó incluso a índices llamativos, pero quizás la aparición de la Alianza y la mística de cambio que despertó a nivel nacional quebró esa curva ascendente.
En las elecciones de 1997 el 21,4% de los ciudadanos neuquinos directamente no fue a votar -lo que constituye un delito raramente castigado- y entre los que colocaron un sobre en la urna hubo un 10,2% que lo hizo en blanco.
Dos años más tarde, el índice de abstención bajó al 18,9 y el del voto en blanco al 6%.

No hacenfalta militantes para triunfar

NEUQUEN (AN) - Los cinco partidos políticos que componen el Frepaso y la Unión Cívica Radical tenían, en el momento de la elección de 1999, poco menos de 13.000 afiliados. Sin embargo, captaron el apoyo de casi 78.000 neuquinos, lo que demuestra que no siempre una hegemonía en la cantidad de afiliados se traduce en éxito electoral.
El Frepaso de 1997, que ganó las elecciones parlamentarias de ese año, estaba compuesto por el Frente Grande, el Partido Intransigente, la Democracia Cristiana, el Partido Socialista Democrático y el Partido Socialista Popular. Sumados, los cinco partidos no llegaban a tener 2.500 afiliados, pero Oscar Massei, que era su candidato a diputado nacional, obtuvo más de 90.000 votos y se colocó primero, delante del PJ de Norma Miralles y el MPN de Pedro Salvatori.
De los socios del Frepaso neuquino, al que ya no pertenecen los democristianos, el mayoritario es el Frente Grande. Pero esta característica no la obtuvo por su padrón de afiliados, que apenas sobrepasa los 1.100, sino por la presencia política de sus dirigentes.
El actual intendente de la ciudad de Neuquén, Horacio Quiroga, ganó ampliamente en las elecciones de 1999 como candidato de la Alianza y al derrotar al emepenista Luis Manganaro. Así se transformó en el primer intendente de otro partido elegido por el voto directo.
Sin embargo, provenía de una fuerza, el radicalismo, que en el momento de la elección apenas contaba con 10.000 afiliados y fue candidato de la Alianza cuyos partidos, sumados, contaban con sólo 12.800 personas en sus padrones.
El intendente Quiroga sabe muy bien que se impuso en la ciudad de Neuquén gracias a los votos de los emepenistas desencantados con Sobisch.
Como el jefe comunal de la capital quiso sacarle provecho a ello, se dice que muchos de los 6.000 nuevos afiliados que llevó a la UCR provienen del partido provincial.

Escasa convocatoria de partidos chicos

NEUQUEN (AN).- La mayoría de los partidos de izquierda que en Neuquén suelen tener alta participación en manifestaciones callejeras y protestas sociales, perdió su personería en Neuquén por la baja cantidad de adherentes. Los que mantienen estatus legal para presentarse a elecciones son el Partido del Trabajo y del Pueblo, la Corriente Patria Libre y el Humanista Ecologista. Los tres suman 1.100 afiliados en la provincia.
Aunque no se trata de una fuerza de izquierda, pero sí pequeña, el Movimiento de Integración y Desarrollo bajó el número de sus afiliados pero nunca perdió presenta electoral. En 1999 tenía unos 450 afiliados. El Partido Obrero tuvo en 1997 más de 800 afiliados, el Comunista 300 en 1983 y el Socialista de los Trabajadores 550 en 1997.