Jueves 31 de mayo de 2001

 

"El peligro de una dictadura está presente"

 

Theodore Sorensen, mano derecha del asesinado presidente John F. Kennedy, estuvo en la Argentina y dialogó con "Río Negro" sobre el estado de las democracias en América Latina.

  Buenos Aires (ABA).- "El peligro de las dictaduras militares está siempre presente en cualquier país de América Latina. Y merece que lo recordemos de vez en cuando y que advirtamos que esa posibilidad no fue desterrada".
Ayudado por un bastón, lejos de los años en los que era uno de los denominados "jóvenes brillantes" de la política norteamericana de la década del 60, Theodore Sorensen, ex Consejero Especial y mano derecha del mítico presidente John Fitzgerald Kennedy, ofreció en esta ciudad una conferencia sobre las políticas del mandatario para América Latina.
La disertación de Sorensen se realizó en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Sorensen visitó el país invitado por la Dirección General de Relaciones Internacionales del Gobierno de la ciudad para participar de un ciclo denominado "Protagonistas del siglo XX", que tiene al fallecido ex presidente de Estados Unidos como objeto de la primera presentación.
El ex hombre de confianza del mandatario se refirió principalmente al programa presentado en marzo de 1961 bajo el nombre de "Alianza por el Progreso", una iniciativa económica del gobierno estadounidense destinada a fortalecer las relaciones entre el gran país del norte y una sudamérica que por los años de la guerra fría era vista como una potencial fuente de conflictos revolucionarios.
Durante su conferencia, señaló que a pesar del trabajo realizado por Kennedy hasta el momento de su trágico asesinato en noviembre de 1963, todavía existe el riesgo de que las dictaduras militares ganen el poder en los países latinoamericanos.
"Río Negro" lo entrevistó luego de la exposición.
- ¿Cree que las dictaduras militares puedan volver a imponerse en América Latina?
- Ese peligro está siempre presente en cualquier país de América Latina. Y merece que lo recordemos de vez en cuando y que advirtamos que esa posibilidad no fue desterrada. No tenía específicamente a Argentina en mente cuando dije eso, pero no creo que algún país de esta región del continente esté exento de ese peligro.
- ¿Pero qué hace falta para que la democracia florezca y funcione de la manera que lo hace en Estados Unidos?
- En principio, simplemente tiempo, y por lo tanto también tradición. Y se necesita no sólo una solo elección libre y pacífica para lograrlo, sino que hace falta que se realice una elección detrás de la otra, constantemente, a través de las décadas, para que así el sistema se incorpore definitivamente a las mentes y corazones y tradiciones del pueblo. Pero desafortunadamente por mucho tiempo en América Latina la democracia ha ido y vuelto, sin constancia, con tanta velocidad que no se ha incorporado a la tradición de los latinoamericanos.
- ¿Considera que la "Alianza por el Progreso" que Kennedy propuso para la región tuvo algo que ver con las dictaduras que fueron surgiendo en América Latina?
- Supongo que muchos han intentado probar una causa y un efecto entre las políticas de Kennedy para América Latina y el surgimiento de los regímenes militares. Pero la eliminación de las dictaduras militares en todo el continente era, contrariamente, uno de los objetivos de su política exterior. Y quizás la contribución más importante de Kennedy para la eliminación de las dictaduras militares fue ayudar a crear en las personas el concepto de la democracia y de los gobiernos responsables. Un trabajo que todavía no ha sido completado.
- ¿Viendo la situación actual de América Latina, piensa que los puntos de la "Alianza por el Progreso" de Kennedy se cumplieron?
- Muchas medidas positivas que muestran hoy a la región económicamente y políticamente integrada, en vías de desarrollo, con un mercado común como el Mercosur y con perspectivas de comerciar con las economías del resto del mundo con total libertad, fueron el resultado de la corta duración de la "Alianza por el Progreso". Sin embargo, hay muchos otras que no lograron afianzarse a la tradición de algunos países y que deberían ser tomadas en el corto plazo.
- ¿A cuáles se refiere?
- Por ejemplo, mejorar las condiciones de vida de todos sus habitantes a través de la educación, la distribución de los recursos y la alimentación. Muchos de esos items no fueron completados, pero hubo algún progreso desde los días de Kennedy.
- ¿Cuál considera que fue el principal legado de Kennedy para América Latina?
- El más importante es la creencia y la fe absoluta de que la justicia social y económica de la de democracia puede devenir en una tradición en la región. Su fe y su necesidad de transmitir las nociones de lo que la democracia significa para un país es el principal legado que dejó al continente. Y, claro, al resto del mundo también.
- ¿Trabajar en medio de la polarización del mundo en estados capitalistas y comunistas fue la mayor presión que afrontó como parte del joven gabinete de Kennedy?
- No lo diría así, pero fue una gran presión, por supuesto. Pero yo, al igual que mis compañeros, tenía confianza de que teníamos a un gran presidente, capaz de llevar la palabra y la acción hacia la paz mundial, y queríamos ayudarlo. Teníamos confianza de que la libertad era un valor que debía sobrevivir y finalmente teníamos esperanzas de que Kennedy no sólo resistiría los ataques a la libertad, sino que estaría dispuesto a hacer lo necesario para preservarla. Incluso buscar la manera de apelar al diálogo con la Unión Soviética para encontrar la manera de garantizarla, con las dos superpotencias trabajando juntas.

Lucas Colonna

   
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