Amigos son los amigos

Hace quince días, cuando Aníbal Ibarra anunció sorpresivamente los cambios en su gabinete comunal, el delarruismo porteño se vio totalmente sorprendido.
Cecilia Felgueras, vicejefa de Gobierno de la ciudad, se enteró ese mismo día que sus funcionarios más cercanos serían desplazados.
Así se quedó sin dos secretarías que le "correspondían" por el acuerdo original con el Frepaso y también perdió dos subsecretarios. Ibarra, en una jugada estratégica arriesgada, dejó sin espacio a los hombres del Presidente y le abrió el juego al alfonsinismo: Aldo Neri, amigo personal del caudillo de Chascomús, llegó para hacerse cargo de la Secretaría de Salud.
La mañana de la jura de los nuevos funcionarios, Felgueras entró a la Casa Rosada echa una tromba. Estaba tan enojada que tenía decidido avisarle a De la Rúa que renunciaría a la vice jefatura. "Quería hacer la Gran Chacho, como Ibarra no la tuvo en cuenta, pegaría el portazo", cuenta un legislador radical que comulga con Ibarra. Pero el Presidente ni siquiera la recibió. Aiello la paró en la puerta y le dijo: "Vos te quedás ahí a pelear nuestros espacios".
El invitado ilustre en la jura porteño fue Raúl Alfonsín, para preocupación delarruista, que apareció en el Palacio municipal rodeado por todos sus referentes porteños. Al terminar el acto, Ibarra volvió a la carga. "Acá sólo faltó Lilita", dijo al oído del viejo caudillo.
Aunque no se conocen en profundidad y nunca tuvieron demasiada sintonía, la crisis oficial los está acercando. Además, Ibarra y Carrió tienen distintos objetivos personales, lo que ayuda a esta amalgama.
El frepasista quiere presentarse en el 2003 a la reelección cómo Jefe de Gobierno. Ya elaboró un plan de gestión a largo plazo -ayer oficializó un proyecto de inversión de 1.800 millones en los próximos cinco años- y cree que su tiempo presidencial llegará recién en el 2007. La diputada, en cambio, está pensando cada vez más seriamente que su oportunidad llegará pronto, en el 2003.
"Ante el derrumbe de De la Rúa, yo soy la única que puede detener a Ruckauf", le dijo a un asesor esta semana. Y los números le dan cierta razón: en encuestas nacionales de imagen positiva, le lleva 12 puntos de ventaja al gobernador bonaerense.
Hasta hace poco tiempo, la chaqueña repetía: "no hay que apresurarse, primero tenemos que trabajar". Ahora cambió de discurso: "No puedo evadir las responsabilidades que la gente me quiere dar". Todavía no sabe si será candidata a senadora en octubre del 2001. Pero ya tiene casi decidido que será candidata presidencial en el 2003.

Gonzalo Alvarez Guerrero