Martes 22 de mayo de 2001

 

Aumenta la presión mundial para frenar la violencia en Medio Oriente

 

Mitchell presentó las conclusiones sobre la situación.

  WASHINGTON.- La presión mundial aumentó ayer sobre Israel y los palestinos para que pongan fin a la ola de violencia que ha cobrado las vidas de más de 500 personas desde finales de septiembre.
En un largamente esperado informe, una prestigiosa comisión liderada por el ex senador estadounidense George Mitchell pidió un fin inmediato de los enfrentamientos y pasos para reconstruir la confianza entre las partes, incluyendo el fin de los asentamientos judíos en Cisjordania y la Franja de Gaza.
"Miedo, odio, ira y frustración han aumentado en ambas partes. El mayor peligro de todos es que la cultura de la paz, nutrida en la década previa, está siendo despedazada", dijo Mitchell.
Además de Mitchell, la comisión está formada por el ex presidente turco Suleyman Demirel, el representante de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana; el ex senador estadounidense Warren Rudman y el ministro de Asuntos Exteriores noruego, Thorbjoern Jagland.
El informe fue divulgado después del repunte de la violencia el viernes, cuando un extremista palestino suicida dio muerte a cinco israelíes y bombardeos aéreos por cazas de combate israelíes F-16 provocaron la muerte de 12 palestinos.
Los ataques han intensificado la preocupación internacional de que los combates se están saliendo de control tras disturbios casi diarios en los que han muerto al menos 443 palestinos, 13 árabes israelíes y 87 israelíes.
Ayer, helicópteros artillados israelíes dispararon siete misiles en contra de objetivos en la Franja de Gaza, a pesar de las crecientes críticas a su uso de la fuerza para sofocar la revuelta palestina. (ver aparte)

Las recomendaciones

En primer lugar y ante todo, el comité reclamó que la violencia se detenga en forma inmediata e incondicional, seguida por "un proceso de enfriamiento" durante el cual las partes darán los pasos para restaurar la confianza necesaria para reanudar las conversaciones de paz finales.
Entre las medidas, el panel recomendó que se detenga la expansión de todos los asentamientos israelíes en Cisjordania y la Franja de Gaza, incluyendo el "crecimiento natural" de las comunidades israelíes existentes.
Mitchell, que en 1998 ayudó a gestar el acuerdo de paz para Irlanda del Norte, señaló que "Estados Unidos mantiene una estrecha alianza y un gran respaldo de Israel. Pero incluso dentro de esa relación tan vecina hay diferencias de opinión".
El informe también recomienda que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) deje en claro que "el terrorismo es reprensible e inaceptable" y que adopte "los pasos inmediatos para capturar y encarcelar a los terroristas que operan dentro de la jurisdicción de la ANP".
"Queremos dejar en claro que no consideramos una recomendación condicionada a otra. Que no establecimos equivalencia moral o políticas de ninguna índole entre los pasos", dijo Mitchell.
El informe desestimó las denuncias palestinas de que la rebelión fue causada por la controvertida visita de septiembre pasado del primer ministro israelí, Ariel Sharon, entonces un líder opositor, a los venerados al-Haram al-Sharif de los musulmanes y explanada del Templo de los judíos, en Jerusalén. Pero el panel dijo que la visita se hizo "en un mal momento y que fue provocatoria", a la vez que estimó que los métodos letales utilizados por la policía israelí tras las siguientes protestas palestinas, ayudaron a avivar la rebelión.
El informe también rechazó la afirmación israelí de que la ANP tenía un plan deliberado para fomentar la violencia como consecuencia de la fallida cumbre de paz de Camp David, en julio.
Pero el panel dijo que había pocas evidencias de que los palestinos hayan hecho un esfuerzo considerable para contener la violencia una vez que estalló.
La Autoridad Palestina aceptó los puntos principales del informe y solicitó a Bush -al igual que posteriormente hizo Annan- que asuma sus conclusiones y las tome de base para reanudar las negociaciones. Por su parte, Israel también dijo aceptar el documento, pero mostró su desacuerdo sobre la petición de detener nuevos asentamientos judíos en Gaza y Cisjordania .

Respaldo de EE.UU.

El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, rápidamente respaldó el informe e instó a ambas partes a un cese al fuego inmediato e incondicional. Powell nombró al embajador en Jordania, William Burns, como "asistente especial" en Oriente Medio para que ayude a palestinos e israelíes a construir una oportunidad para la paz.
Entretanto, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo a la prensa que la recomendación de la Liga Arabe a sus países miembros de cortar los contactos políticos con Israel no iba a facilitar la solución del conflicto. (ANSA, Reuters, EFE)

Dos muertos en disturbios y nuevos bombardeos en Gaza

Jerusalén .- Dos palestinos murieron y por lo menos ocho personas -siete palestinos y un israelí- resultaron heridas ayer en enfrentamientos registrados en Cisjordania y Gaza.
Los dos palestinos, campesinos del campo de refugiados de El Bureij, en la Franja de Gaza, murieron por disparos de colonos de uno de los asentamientos judíos vecinos, según fuentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Sin embargo, fuentes israelíes señalaron que se trataba de dos militantes del movimiento Al Fatah, del líder palestino Yasser Arafat, que fueron abatidos por soldados del Ejército, aunque no se aclararon las circunstancias del hecho.
Helicópteros artillados israelíes lanzaron ayer también un ataque con misiles en contra de objetivos palestinos en la Franja de Gaza Nadie murió en el ataque aéreo, que Israel dijo fue dirigido contra una fábrica de morteros artesanales.
Tanques y excavadoras del ejército israelí realizaron una nueva incursión en territorio palestino en la Franja de Gaza, para despejar una zona desde la que poco antes se dispararon varios proyectiles de mortero contra el asentamiento de Netzer Hazani. Por otro lado, tres niños palestinos resultaron heridos en la ciudad cisjordana de Hebrón por soldados israelíes
En tanto, milicianos palestinos dispararon contra varios asentamientos en las inmediaciones de Ramallah y en la ciudad de Hebrón, mientras que dos ómnibus israelíes fueron atacados cerca de los asentamientos de Otniel y Bet El, en la parte norte de Cisjordania, informaron fuentes israelíes.
Milicianos palestinos también hicieron detonar un carga explosiva al paso de un ómnibus escolar israelí en una ruta de Cisjordania, pero no se registraron víctimas, según las mismas fuentes.
Por su parte, un israelí del barrio-asentamiento de Guiló, cerca de Jerusalén, resultó herido en un ojo por un impacto de bala que entró en su vivienda procedente de la vecina aldea palestina de Bet Yala.. (Télam/Reuters)

Análisis: EE. UU., muy lejos de un claro compromiso

El gobierno de los Estados Unidos aumenta la fuerza de la presión sobre israelíes y palestinos para que "cese inmediata e incondicionalmente todo tipo de violencia". Sin embargo, vacila antes de descender directamente al campo y ratifica que "la tregua es condición para la reanudación de las negociaciones de paz entre las partes, nadie puede imponer las tratativas".
La postura de EE. UU. es clave: es el gran aliado de Israel en la región y su opinión es la única que lograría flexibilizar las rígidas posturas del premier israelí Ariel Sharon.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, al avalar las conclusiones del "informe Mitchell", dijo que Estados Unidos quiere trabajar con israelíes y palestinos para que cese la violencia en Medio oriente.
Powell encargó a los diplomáticos norteamericanos en la región y, en particular, al embajador en Jordania, William Burns, que tomen contacto con israelíes y palestinos para que pongan término a la violencia y tomen medidas de confianza previstas en el informe Mitchell.
La iniciativa de Powell, anunciada por la prensa norteamericana como un nuevo "plan de paz" norteamericano para Medio Oriente, se reduce a un nuevo llamado y al anuncio de una diplomacia silenciosa.
Powell no prevé, por el momento, encuentros con los líderes árabes e israelíes. El viernes antes que empeorara la situación en Medio Oriente se dijo que Powell tal vez se encontraría con el presidente palestino Yasser Arafat, pero hoy esta posibilidad ha desaparecido.
Las dificultades surgen cuando Powell debe responder a preguntas difíciles como el aumento en los asentamientos israelíes en territorios ocupados o el uso de aviones norteamericanos en las represalias sobre los palestinos.
La Administración republicana de Bush se desliza cada vez más por la pendiente de la crisis de Medio Oriente sin poder tomar, sin embargo, la iniciativa de manera decidida.Pero cada vez se le hace más difícil mantener la posición de distancia inicial de Bush: "Le toca a las partes involucradas negociar, no a Estados Unidos".

   
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