Domingo 20 de mayo de 2001

 

Elisa Carrió asegura que no le interesa el poder

 

Dice que mantiene por el tema un "desprecio aristocrático".La diputada pasó por Neuquén y no paró de dar conferencias.Se definió como "gorda, periférica, provinciana y marginal".

  NEUQUEN (AN).- En el Chaco, su provincia natal y donde dice tener 70 por ciento de intención de voto, no puede vivir desde hace tres meses por seguridad; afirma que más que con el poder, para con el que se debería tener un "desprecio aristocrático", sueña con vivir frente al mar y leer literatura y filosofía, pero recorrió el país cinco veces como si fuera un candidato a presidente. La diputada nacional por el Chaco, Elisa Carrió, pasó por Neuquén y no paró de dar conferencias y entrevistas y en el medio reuniones con sectores políticos de la UCR y el Frepaso. La "gorda, periférica, provinciana y marginal" como se define a sí misma -y no se cansa de repetirlo- es consciente de muchos sectores depositan en ella sus esperanzas, pero no quiere hacerse "cargo de lo que genero" y sí quiere formar parte de lo que ella ve como "un emergente colectivo" que apela con fuerza a la moral ante el hartazgo por el maltrato y la humillación. Tal vez ese emergente se cristalice en un proyecto político y tal vez ella tenga que asumir responsabilidades en ese proyecto: "lo voy a asumir, pero no es el objetivo de mi vida".
En una extensa entrevista con "Río Negro", Carrió dijo tener la impresión de que la gente le deposita su confianza por "unir la conciencia a la acción con un grado de testimonio mayor o menor en un tiempo en el que se premian los gestos". Esto genera una "traspolación de energía unidireccional y lo único que puedo hacer es devolverla pero no me hago cargo", por estar convencida de que "si tenemos que parir una nueva sociedad, la parimos entre todos y cada uno desde su lugar".
Lo que está por parir es el resultado del final "claro de una época por el desmoronamiento simultáneo del Estado mafioso, la flexibilización de las garantías de impunidad de este Estado mafioso y por el estrangulamiento de un modelo económico que llevó al quiebre a las economías regionales y transfirió riquezas en vez de ser constructor de riquezas".
El desmoronamiento no es generado por el riesgo país ni por los mercados, sino por un "cambio social sin precedentes, donde la gente despojada, maltratada y humillada está produciendo un proceso de deslegitimación".
Hay una época que muere y otra que nace para que exista "más verdad, más justicia, más república, más distribución del ingreso y por la perseverancia de los principios que dieron la emergencia en una nueva época en 1983 y no por la aniquilación de esos principios".
Para esto nuevo que viene Carrió afirma no ser "candidata natural a nada", pero que asumirá la responsabilidad "si me toca conducir una organización o el país porque se me traspoló esa responsabilidad". De lo que hará más adelante no está segura, sí está segura de lo que no hará: "no voy a pagar el precio de acumular de cualquier manera, no voy a acumular sobre políticas de aparato y no voy a recurrir al financiamiento ilegal o empresario de la política". Si esto significa un obstáculo para llegar "no llegaré".
La diputada nacional integra -es una de sus más firmes impulsoras- la comisión que investiga el lavado de dinero en la Argentina. Esta investigación, a su criterio, está directamente relacionada con el desmoronamiento del "Estado mafioso". Esta comisión legislativa tiene el objetivo de "describir cómo la corrupción en la Argentina se generó por grandes negocios privados, por corrupción privada en complicidad por falta de controles del Estado a través de sobornos o nuevos negocios y cómo ese dinero se canalizó en inversiones pseudolegales". Está convencida de que la comisión "va a ser muy discutida, voy a ser muy atacada, no por el sector político sino por el financiero porque esta es la primera comisión destinada a decir: estos son los que se robaron el país con complicidad política".

Hacia una "república de iguales"

NEUQUEN (AN).- Al igual que el Frepaso, que durante la década pasada pregonó la existencia de otro país posible, Elisa Carrió impulsa ahora una "república de iguales" como se ha denominado la organización que integra con otros dirigentes políticos de diversas fuentes partidarias. Cree sin embargo que la diferencia entre un proceso y otro es "que está ganada la batalla en las conciencias".
En 1995 el Frepaso actuó "en otro contexto cultural, porque mientras hablaba de un cambio posible, la Argentina decía yo voto por el lavarropa y por el crédito". Ahora en cambio la gente "por devastación, por maltrato y por humillación no compra un discurso estético sino que viene por una apelación muy fuerte en lo moral, al estilo de la revolución del Parque de 1890 o al estilo de Evita en 1945". Esto es lo que denomina un "emergencia histórica" con base en lo moral, "que es transversal en las clases, en lo social y es un construcción colectiva y no un proyecto que tal vez se cristalice en un proyecto". En el caso del Frepaso fue al revés "era un proyecto que intentaba penetrar en la sociedad".
-¿El ingreso de Domingo Cavallo al gabinete fue decir `otro país no es posibleĀ“?
-En el caso de Cavallo fue por incompetencia, impericia, ignorancia y traición. Cuando se constituyó el primer gabinete, del que no formé parte, dije que estaba armada la traición. Era el corrimiento a los sectores del establishment y del Frepaso, con Chacho, que se lo recuerda por los sobornos en el Senado pero no por la reforma laboral, el impuestazo o la rebaja salarial, no sólo apoyaban, sino que hablaban de la expulsión de los que nos oponíamos

"Sueño como mujer"

NEUQUEN (AN).- Llegó a ser diputada nacional no por vocación sino por circunstancias "históricas personales" y su sueño no es la política, sino que sueña "como mujer y si me preguntás cuál es mi sueño, es estar frente al mar, vender palabras, leer literatura y filosofía que es lo que me gustó toda la vida".
-¿A todo político se le reclama ambición de poder?
-No le tengo miedo, que son cosas distintas. Hay gente que no tiene ambiciones porque le tiene miedo. Creo que lo que tenés que tener es cierto desprecio aristocrático por el poder. Si lo tenés lo usas para lo que debe hacerse, pero no es una cosa que me enamore, desprecio los despachos oficiales y las recepciones en las embajadas.
-¿No es lo que se llama una política de raza?
-Digo que no tengo expectativas, no tengo un proyecto de poder. Sueño como mujer. Pero si me toca la responsabilidad de conducir una organización o el país porque se me traspoló esa responsabilidad la voy a asumir, pero no es el objetivo de mi vida. No sueño como los políticos, no soy como Ruckauf que dice que es el candidato natural, no soy candidata a nada, aunque podría ser senadora por mi provincia donde tengo el 70% de intención de voto, o por la Capital donde tengo el 50%.
-¿Al poder se accede con una organización?
-Sí, pero con una organización flexible que también dependa de otros. Pertenezco al partido radical, tengo una fuerte pertenencia histórica desde mis bisabuelos, y pertenezco también a un espacio plural y transversal como Argentinos por una República de Iguales.

   
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