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ROMA- Las elecciones en Italia entraron esta madrugada (local) en un gigantesco cono de incertidumbre, ya que el líder del centro-derecha, Silvio Berlusconi, quien por encuestas a boca de urna parecía perfilarse como claro ganador, comenzó a perder terreno y según los últimos datos, pese a que seguía al frente, no obtenía mayoría ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado.
La caótica jornada electoral italiana escribió así un nuevo capítulo, que se agregó al escándalo por los retrasos en las votaciones a punto tal que en algunos puntos se seguía sufragando pasadas las dos de la madrugada del lunes.
Berlusconi y su coalición Casa de las Libertades se insinuaron como contundentes ganadores de los comicios y en carrera prácticamente sin obstáculos para for-mar el nuevo gobierno italiano.
Pero con el correr de las horas, los amplios márgenes iniciales se redujeron a punto tal que en el Senado cada banca se disputaba palmo a palmo, y en la Cámara de Diputados la ventaja inicial de más de ocho puntos se achicó a unos tres.
Las proporcionalidades respecto de qué cantidad de bancas en una y otra cámara corresponderá a las fuerzas mayoritarias variaba a cada instante.
Tal es la confusión y la incertidumbre, que el presidente de Democracia Europea (ex demócratas cristianos), Ostensio Zecchino, deslizó la posibilidad de formar un "gobierno institucional" que conduzca un proceso que debería desembocar en nuevas elecciones "dentro de un año". En los primeros sondeos a boca de urna difundidos tanto por la televisión pública RAI como por la privada Mediaset, el candidato a primer ministro por la Casa de las Libertades cosechaba una holgada ventaja sobre su rival, Francesco Rutelli, líder del centro-izquierda.
Las proyecciones posteriores sobre el Senado, sin embargo, redujeron la inicial magnitud de la victoria de Berlusconi, ya que daba una situación incierta en la cámara alta.
Según datos oficiales aún parciales (un tercio del total) sobre el voto en el Senado, la Casa de las Libertades obtendría el 40,5%, mientras el Olivo cosecharía el 41,3%, pero esos guarismos tendían a variar minuto a minuto. En diputados, las proyecciones da-ban a El Olivo el 43,1 % y a la Casa de las Libertades, el 46%.
Hasta las cuatro de la madrugada del lunes (2 GMT), los dos principales líderes no aparecieron en televisión para comentar los primeros resultados, y esperaban datos más ciertos antes de hacer declaraciones.
Fuera de las dos grandes coaliciones, todo parece indicar que que sólo el partido de Refundación Comunista, de Fausto Berti-
notti, podrá entrar en el Parlamento nacional, al superar la barrera del 4% prevista para acceder al reparto de escaños.
Ni la Italia de los Valores del ex fiscal Antonio Di Pietro, ni el Partido Radical de Emma Bonino, aún en huelga de hambre, ni la recién formada Democracia Europea, del ex sindicalista católico Sergio D'Antoni, obtendrían representación, según los institutos demoscópicos Abacus y Datamedia.
Otra formación que tampoco alcanzaría el 4% necesario sería la secesionista Liga Norte, de Umberto Bossi, aliada de Berlusconi en la Casa de las Libertades, que resultaría una de las grandes perdedoras de estas elecciones.
Más allá de los resultados aún inciertos, estos comicios serán recordados sin ninguna duda por las largas colas que los ciudadanos tuvieron que hacer en los colegios electorales.
Aunque el cierre estaba previsto para las 22, en Roma se votó hasta pasadas las dos de la madrugada y del mismo modo, pasada la medianoche, aún se sufragaba en varios colegios de Nápoles, Milán y Catanzaro.
Algunos electores, exasperados por las largas filas para votar, irrumpieron en los colegios electorales, tiraron al suelo algunas urnas y echaron al aire las papeletas.
Esta demora en el cierre de los colegios provocará un retraso en el escrutinio y, por consiguiente, en el conocimiento de los resultados totales, ya inicialmente esperados para muy avanzada la madrugada.
Las elecciones para el Parlamento italiano constan de un complejo sistema, que adjudica el 75 por ciento de los escaños de la Cámara de Diputados (630 bancas) y del Senado (315 escaños en total) según el modelo de voto mayoritario, pero el 25 por ciento restante de acuerdo a una proporción de votos.
(ANSA, EFE/Télam)
El Olivo se quedaba con Roma
ROMA (EFE).- La coalición de centro-izquierda El Olivo roza la mayoría absoluta en la primera vuelta de las elecciones para la alcaldía de Roma, por lo que podría evitar el desempate con el segundo candidato más votado.
Según una encuesta hecha pública por la cadena estatal RAI, el candidato de El Olivo, Walter Veltroni, habría obtenido entre el 47 y el 51% de los votos. Para convertirse en alcalde en primera vuelta es necesario superar el cincuenta por ciento de los votos y Veltroni está cercano, según esas estimaciones.
Situación similar en Nápoles, donde la candidata de El Olivo, Rosa Russo Jervolino habría conseguido entre el 47 y el 51 por ciento, frente al conservador Antonio Martuscello, que habría logrado entre el 43 y el 47 de los sufragios. Por su parte, el centro-derecha de la Casa de las Libertades parece haber conseguido las alcaldías de Milán y Turín, según el mismo estudio de Abacus para la RAI.
Largas colas y demoras
Roma.- Las colas de ciudadanos ante los colegios electorales se convirtieron en la imagen del día en Italia.
Todavía pasadas las 22.30 hora local, superado en más de media hora el plazo oficial para la apertura de los colegios muchos ciudadanos aguardaron su turno para poder votar, después de una circular urgente del Ministerio del Interior a los gobernadores para que consientan el derecho al sufragio a todos los ciudadanos que estuvieran todavía ante el colegio electoral.
Roma, Milán y Nápoles fueron las ciudades con más problemas de afluencia ante las urnas y que vieron prolongada la apertura de las urnas.
De la burguesía de Milán al poder político
ROMA.- Nacido el 29 de septiembre de 1936 en el seno de una familia burguesa de Milán, Silvio Berlusconi, el indiscutido triunfador de los comicios italianos de ayer, encarna la imagen del triunfador nato, después de una carrera fulminante en el mundo empresarial y un desembarco exitoso en 1994 en la política.
El líder de centro-derecha, que ya ejerció de presidente de gobierno durante 7 meses, como empresario ha tenido intereses en sectores más diversos, desde la construcción hasta la comunicación, pasando por el fútbol y la publicidad.
Una vez recibido de abogado, y con tan sólo 26 años, se lanzó de lleno a la construcción.
Luego ingreso al mundo de la televisión, en el que logró crear el más poderoso grupo privado de Italia, Mediaset, a través del cual controla tres canales nacionales que compiten con la televisión pública RAI.
El crecimiento del grupo se favoreció por una ley promulgada por el gobierno de su amigo Bettino Craxi, líder socialista que murió el año pasado, en Túnez, donde se refugió escapando a la justicia que lo buscaba por corrupción.
En 1986, Berlusconi compró el club de fútbol Milán, mientras su imparable ascenso comenzaba a suscitar interrogantes sobre el origen de su fortuna.
El 26 de enero de 1994, anunció su ingreso a la política al frente de Forza Italia, un partido creado por él mismo. Se alió a los posfascistas de Alianza Nacional y a la Liga Norte de Umberto Bossi y, pocos meses después, ganó las elecciones del 27 de marzo de 1994.
Abandonado por la Liga Norte después de siete meses en el poder, su gobierno cayó. Unos meses antes, cuando aún era primer ministro, Berlusconi había recibido un aviso judicial durante la cumbre de la ONU sobre criminalidad que se celebraba en Nápoles.
De ahí en adelante debió afrontar una larga serie de problemas judiciales: recibió varias condenas en primera instancia, que después se convirtieron en absoluciones.
En las elecciones de 1996, Berlusconi se volvió a presentar al frente del Polo de las Libertades, la coalición de centro-derecha, pero fue derrotado por el Olivo liderado por Romano Prodi, hoy presidente de la Comisión Europea.
A principios del 2000 recompuso su relación con la Liga Norte, fundamental para garantizarse votos en esa región de la península, y, en vista de las elecciones de ayer, creó una nueva alianza a la que bautizó Casa de las Libertades. (ANSA) |
