Sábado 12 de mayo de 2001

 

Italia: sólo los indecisos podrían frenar a Berlusconi

 

Los partidos italianos cerraron ayer la campaña electoral italiana para los comicios que definirán al próximo gobierno. La centroderecha se afirma como clara favorita, aunque la centroizquierda de Rutelli confía en un vuelco de última hora del 20% de indecisos y apela al "voto útil".

  ROMA . - Con los sondeos de opinión claramente inclinados a favor del centro-derecha de Silvio Berlusconi, ayer se cerró en Italia la campaña electoral más incandescente de los últimos años.
La palabra pasó por lo tanto a los electores, que con su voto de mañana deberán decidir si quieren ser gobernados por el líder conservador o por su archirrival, el candidato de centro-izquierda y ex alcalde de Roma Francesco Rutelli.
Visto que alrededor del 20% de los electores aún tiene dudas sobre su voto del domingo, la batalla decisiva Berlusconi-Rutelli se jugará precisamente en el terreno de los indecisos: el candidato que sepa seducir a este sector moderado y titubeante del electorado - sobre todo en el sur del país- será muy probablemente el ganador final de los comicios políticos italianos más importantes de las últimas décadas.
Los candidatos se multiplicaron durante la jornada de ayer para intervenir en mítines en diversas regiones del país y aparecer en televisión en los horarios de máxima audiencia.Las últimas horas de la campaña no fueron muy diferentes a los últimos días, con mutuas acusaciones e incluso furibundos ataques personales, y muy poco de concreto. Se confirmó así un debate lleno de peleas sobre detalles y aspectos intrascendentes y sin una verdadera pasión política sobre los problemas de fondo del país.
En sus últimos actos, Berlusconi pidió un respaldo para obtener una amplia mayoría, mientras el progresista Francesco Rutelli reclamó el "voto útil".
En un informativo del Canale Cinque (Canal 5) de televisión, perteneciente a Mediaset, el grupo de empresas de Berlusconi, el candidato volvió a dejar en suspenso si venderá la compañía.
El empresario pidió el voto para obtener una mayoría amplia en el Parlamento que limite el peligro de posibles tránsfugas en los cinco años de legislatura, aunque se mostró convencido de que la Liga Norte de Umberto Bossi permanecerá en la coalición, a diferencia de su breve etapa de Gobierno, hace siete años.
Rutelli, por su parte, quiso cerrar su campaña en Nápoles, la capital del sur de Italia, donde El Olivo se ha esforzado por captar apoyos, ya que las desarrolladas regiones del norte son un "granero" de votos para el centro-derecha.
En su cierre de campaña, Rutelli no dejó pasar la oportunidad de hacer un último llamamiento a los indecisos y, en especial, a los progresistas que simpatizan con otras formaciones, como los radicales o los comunistas. "No desperdiciemos ningún voto", pidió Rutelli, en un intento por hacer suyo todo el voto de izquierda.
En el largo y muy accidentado camino de la democracia italiana hacia un sistema político bipolar, Berlusconi y Rutelli acapararon todo el escenario y hubo muy poco espacio para otros conocidos personajes, como por ej. el ex fiscal anti-corrupción Antonio Di Pietro, que se presenta con su partido, los radicales Emma Bonino y Marco Pannella, y el eterno Giulio Andreotti, siete veces premier y ahora presidente de una pequeña formación centrista.
En vistas del resultado final de los comicios -se vota para renovar 630 diputados y 315 senadores- la gran mayoría de los sondeos de opinión y de los analistas apuesta a favor de Berlusconi, que podría obtener una cómoda victoria o incluso un triunfo arrasador.
Sin embargo, tampoco es imposible una derrota del favorito, posibilidad que podría verificarse sólo si la mayoría de los indecisos diese a último momento la espalda a la Casa de las libertades y al sonriente magnate de la televisión italiana.
El "factor indecisos" es fundamental sobre todo para Rutelli, una de cuyas tareas más importantes al frente del bloque de la centro-izquierda ha sido precisamente la de tratar de interceptar las preferencias del electorado moderado.
El domingo por la noche, con los primeros "exit polls", se sabrá si el ex alcalde de la Ciudad Eterna habrá logrado llevar a cabo esa delicada misión.(ANSA/EFE)

El "guapo" Rutelli apuesta por una victoria en Roma

Muchos lo llaman "el arma milagrosa": el candidato principal del centro-izquierda a las elecciones legislativas de mañana en Italia, Francesco Rutelli, de 46 años, viaja con la velocidad del viento de un mitin electoral a otro, pero nunca se le ve estresado.
Los medios de comunicación italianos llaman a este político romano siempre sonriente "cicciobello" (muchacho guapo). Algunos incluso han descubierto similitudes con ilustres antepasados como los emperadores romanos Julio César y Augusto.
Las más recientes encuestas ubican a Rutelli detrás de su rival conservador Silvio Berlusconi, de 64 años, en la intención del voto, pero este hecho sólo le da aún mayor empuje para seguir en la lucha.
"Lo voy a rebasar en la última curva", promete el desenvuelto ex alcalde de Roma, al compararse a sí mismo con el exitoso piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher. El lenguaje deportivo no es casual en la política italiana, ya que a Berlusconi, presidente del Milán, también le gusta arengar a la nación con lemas futbolísticos.
Para la izquierda italiana, es todo o nada en estas elecciones. En 1996, la izquierda había ganado por primera vez, con su alianza variopinta "El Olivo", unas elecciones legislativas después de la Segunda Guerra Mundial, pero actualmente esta coalición está más dividida que nunca. Los eslóganes electorales del centro-derecha y del centro-izquierda se parecen bastante. "Eliminaremos los impuestos para las familias con un ingreso de menos de 25.000 dólares anuales", promete Rutelli. "Menos impuestos para todos", ofrece Berlusconi. Los dos candidatos proponen generar más empleo y mejorar la seguridad.
"Le cae bien a las mujeres", se regocijan los estrategas de la campaña electoral de Rutelli. El atractivo político romano es visto como un hombre ambicioso con un optimismo inquebrantable, que sabe interpretar a la perfección el barómetro político del momento.
En su juventud, Rutelli abrazó posiciones anticlericales y de rechazo al servicio militar obligatorio. Defendió el derecho al aborto y el divorcio y participó en manifestaciones contra la energía nuclear. En 1993, cuando fue elegido alcalde de Roma, donde por su buena gestión y aggiornamiento lo llamaron "Clintonino" (el pequeño Clinton). Actualmente, pertenece al influyente partido gubernamental "Los Demócratas".

Perfil: El "cavaliere" que no deja indiferentes

Para sus críticos, el magnate Silvio Berlusconi es el típico amante latino: un ex cantante de clubes nocturnos con bronceado permanente y un pasado turbio, incluidos los turbulentos siete meses en los que se desempeñó, en 1994, como primer ministro. Para sus admiradores, es la brisa de aire fresco empresarial que necesitan la caduca burocracia de Roma.
La prensa escrita europea dedicó cientos de páginas para explicar por qué el "cavaliere" (caballero) es, como lo calificó el periódico británico The Economist, "incapaz de gobernar Italia", haciendo alusión a conflictos de intereses y problemas con la ley.
¿Pero le importa esto a Berlusconi? No mucho. Con una confianza arrolladora y su legendaria elocuencia, el multimillonario ignora todas las acusaciones y críticas e insiste que su coalición centroderechista va a arrasar en las elecciones del domingo.
Berlusconi es el hombre más rico de Italia y el tercero en Europa, con un ingreso anual declarado de 7,7 millones de dólares y una fortuna estimada en unos 11.000 millones de dólares. Su red de negocios abarca tres canales de televisión nacional, la agencia de publicidad más importante de Italia, una editorial, inversiones en bienes raíces y uno de los clubes de fútbol más glamorosos de Milán: el AC Milan.
En el pasado se le acusó de financiar ilegalmente su partido y de realizar sobornos. Sin embargo, tras varios juicios y apelaciones, se le declaró inocente . Berlusconi encontró la manera de sacarle provecho a sus desencuentros con la ley. Los italianos tradicionalmente admiran a quienes eluden las normas para lograr lo que desean y Berlusconi, de 64 años, se promueve como un defensor que lucha contra los magistrados indiscretos y la burocracia paralizante.
Berlusconi, que nació en Milán el 29 de setiembre de 1936, es hijo de un banquero y de una ama de casa. En la década de 1970 compró su primera estación de tevé y en 198 6 ya tenía casi el 80% del mercado Tiene dos hijos de su primer matrimonio y tres de su segunda esposa , una actriz a quien persiguió por año, estando casado.
En cuanto a sus principios políticos, Berlusconi detesta el comunismo, promueve una desregulación del mercado y baja de impuestos.

   
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