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DAMASCO.- Por primera vez en la Historia, un Papa, Juan Pablo II, se quitó ayer los zapatos y entró en una mezquita, el grandioso templo de los Omeyas, en Damasco, donde según la tradición se conserva la cabeza de San Juan Bautista.
Karol Wojtyla se convirtió así en el primer pontífice católico romano en visitar un templo musulmán en los 1.400 años de historia del Islamismo.
El anciano Pontífice, que se apoyaba en un bastón, se calzó unas babuchas blancas, con las que penetró en la mezquita acompañado del gran Mufti (máxima autoridad religiosa del Islam) de Siria, el jeque Ahmad Kuftaro, y del ministro sirio de Asuntos Religiosos.
Aunque con aspecto cansado y costándole trabajo caminar (tropezó dos veces, tal vez debido a no estar acostumbrado a llevar babuchas), Juan Pablo II recorrió un centenar de metros hasta llegar al lugar donde se encuentra el mausoleo de Juan el Bautista, a quien los musulmanes veneran como el profeta Yahia, donde oró en silencio durante varios minutos.
En un principio estaba previsto que el Papa y el Mufti recitasen una oración, común, pero tras las críticas levantadas, sobre todo en los países del Golfo Pérsico, la idea fue abandonada. Cada uno oró en solitario.
Los límites para la religión
Una vez fuera del recinto, en el patio de la mezquita, se reunió con los líderes religiosos musulmanes de la región, ante quienes dijo que las dos grandes religiones monoteístas "jamás" deben ser presentadas "como dos comunidades en conflicto" y que no se puede usar la religión para justificar o promover odios y violencia.
"Deseo que los responsables religiosos y enseñantes musulmanes y cristianos presenten las dos grandes comunidades religiosas como dos que mantienen un dialogo respetuoso y jamás como comunidades en conflicto. Es importante que a los jóvenes se les enseñe las vías del respeto y la comprensión" afirmó el Papa.
Juan Pablo II añadió que la violencia destruye la imagen del Creador y que jamás debe ser considerada fruto de las convicciones religiosas.
Apoyándose en el anterior argumento dirigió luego un llamamiento a cristianos, musulmanes y judíos para que trabajen "con audacia" por la paz en Medio Oriente.
El obispo de Roma hizo un nuevo llamamiento en favor de la paz y dijo que no se deben permitir que experiencias negativas puedan minar la esperanza.
El gran Mufti por su parte resaltó las buenas relaciones que siempre han mantenido los musulmanes y los cristianos y en un discurso de marcado carácter político en el que denunció que Tierra Santa siempre vivió en paz, así como Palestina, pero que por desgracia hoy esa zona no goza de paz y de seguridad.
Denunció que Israel no deja en paz a los musulmanes de Tierra Santa y que los crímenes que comete son vistos con indiferencia en todo el mundo. "Están echando a la gente de sus tierras y saqueando las mezquitas" dijo el Mufti.
Afirmó que los musulmanes quieren que se ponga fin a "todos estos asesinatos" y que esperaba que el Papa y todos los Gobiernos cristianos del mundo "convenzan" a Israel para que "no siga practicando lo que ahora hace en Tierra Santa".
La entrada en la mezquita has sido considerada como el momento más importante del viaje del Papa a Siria.
Juan Pablo II ya visitó la explanada de la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, durante su visita del pasado año, pero no llegó a entrar.
El momento histórico de ayer trae a la memoria otro gesto histórico del papa Wojtyla: cuando el 13 de abril de 1986 pisó la Sinagoga de Roma, la primera vez que un Pontífice entraba en un templo judío.
La entrada en la mezquita también recuerda el primer encuentro del papa con miles de musulmanes en Casablanca (Marruecos) el 19 de agosto de 1985.
La mezquita de los Omeyas se encuentra en el corazón de la ciudad y fue construida en el siglo VIII -tras la conquista árabe de Damasco en el 636- sobre los restos de una iglesia cristiana, que a su vez antes había sido un templo romano dedicado a Júpiter.
Es el edifico religioso más antiguo del Islam y en su interior se encuentra la tumba de Juan el Bautista.
Según los musulmanes, el profeta Yahia habría anunciado con el profeta Isa (Jesús) la venida de Mahoma. Por ello el califa Al Walid ordenó en señal de veneración que se construyera una cúpula sobre el lugar donde se afirma que se encontró la cabeza de Yahía.
Hoy, el Papa se trasladará a los Altos del Golán para orar en la ciudad destruida de Quneitra por la paz en oriente medio. (EFE y ANSA)
Un llamado a cristianos, musulmanes y judíos
DAMASCO.- En el segundo día de su visita a Siria siguiendo las huellas de San Pablo, el Papa Juan Pablo II dirigió un llamamiento a cristianos, musulmanes y judíos para que trabajen "con audacia" por la paz en Medio Oriente.
"En esta tierra santa -dijo el Papa en lo que pareció una respuesta al discurso antisemita y antiisraelí hecho el sábado por Bashar Al Assad- cristianos, musulmanes y judíos están llamados a trabajar juntos con confianza y audacia, y a hacer que llegue pronto el día en que cada pueblo vea respetados sus derechos legítimos y pueda vivir en la paz y el acuerdo recíprocos".
El Papa llamó a las religiones a actuar por la paz. Lo escucharon, junto a unos 40 mil cristianos sirios y de todo Medio Oriente, algunos musulmanes. Todos participaron en una misa celebrada por primera vez en la historia de Siria en un estadio y trasmitida por una televisión que normalmente muestra ritos católicos solamente para Pascua y para Navidad.
"Estamos aquí desde hace dos mil años -explicó un médico, ortodoxo- pero somos una minoría, nunca nos habíamos reunido en este número. Es algo muy bueno, sobre todo para los jóvenes".
Hay muchos jóvenes en el estadio, la mayoría de los presentes. Jóvenes con vaqueros, cantando con alegría, saludaron al Papa con una ovación en el estadio y agitaron carteles en diversas lenguas.
Antes de la llegada del Papa un grupo cantó en árabe un eslogan que en Siria es conocido: "Bashar, estamos prontos a darte nuestra sangre y nuestra alma".
Después continuaron agitando las banderas blanco-amarillas del Vaticano y las de Siria. Alrededor del estadio predominó, en cambio, el color caqui de los uniformes de miles de policías y de soldados que se ven por todas partes. (ANSA)
La gran mezquita Omayyad
DAMASCO.- La historia del lugar donde surge la Gran Mezquita Omayyad, donde ayer entró el papa Juan Pablo II,comienza hace tres mil años cuando los arameos, que entonces poblaban la región, levantaron el primer templo a su divinidad Hadad.
En el siglo III de la era cristiana los romanos edificaron un enorme templo dedicado a Júpiter que medía 310 metros de largo por 380 de ancho pero, con la llegada del cristianismo en el siglo siguiente el santuario romano fue transformado en una catedral bizantina dedicada a San Juan Bautista. Ese santo es venerado como profeta también por los musulmanes con el nombre de Yahya Ben Zakariyah.
Cuando en el 636 los árabes conquistaron Damasco convirtieron en mezquita la parte oriental de la iglesia, pero permitieron a los cristianos que continuaran usando la parte occidental para sus ritos.
La iglesia titulada a San Juan Bautista -de quien hoy queda solamente la tumba donde según la tradición cristiana se conserva la cabeza- siguió siendo tal por otros 72 años después de la conquista de Damasco, es decir desde cuando el califa El Walid, en el año 708 la expropió.
Después de la expropiación el califa hizo construir allí la mezquita, en la que invirtió siete años de entradas fiscales. Las estructuras romanas y bizantinas fueron completamente demolidas.(ANSA)
Medio Oriente, un tema ineludible
DAMASCO.- Aunque el objetivo oficial de la visita del Papa Juan Pablo II a Siria es religioso, la situación del Medio Oriente ha sido una cuestión ineludible de su viaje.
Tras referirse al conflicto árabe-israelí a su llegada a Siria el sábado, el Papa volvió sobre el tema en la misa del domingo, celebrada ante una entusiasta multitud de unas 50.000 personas, muchas de ellas cristianos ortodoxos.
"Con todos vuestros compatriotas, sin distinción de comunidades, continúen infatigablemente sus esfuerzos para construir una sociedad marcada por la fraternidad, la justicia y la solidaridad, donde la dignidad de todos los seres humanos y los derechos fundamentales sean reconocidos", dijo.
La multitud dio la bienvenida al Santo Padre ondeando banderas sirias y papales, y cantando: "Te queremos Juan Pablo", cuando éste llegó al estadio Abbassiyeen, en el corazón de la capital siria. Miles de personas se congregaron también en las calles aledañas al estadio para ver pasar de cerca al pontífice en su "papamóvil", rodeado de una enorme caravana de vehículos. (Reuters)
Israel avanzó con sus tanques
Jerusalén.- Un palestino murió ayer en un enfrentamiento con soldados israelíes en Belén, Cisjordania, durante una incursión de los tanques del ejército de Israel en la población palestina de Beit Jala, al sur de Jerusalén.
Mohamed Abayat, de 45 años, fue muerto en un tiroteo con los soldados israelíes que entraron en una zona bajo control total de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Beit Jala, a la búsqueda de palestinos armados que atacaron el barrio judío de Gilo.
En total, otros 21 palestinos, incluidos dos niños, y un miembro de la Fuerza 17, la guardia del presidente de la ANP, Yasser Arafat, resultaron heridos por los disparos israelíes, indicaron fuentes hospitalarias palestinas.
La radio militar israelí indicó que los militares avanzaron hacia las posiciones desde donde los palestinos estaban disparando, cerca de un túnel de carretera prácticamente reservado a la circulación de colonos judíos.
El número de muertos desde el inicio de la intifada, el 28 de septiembre pasado, se eleva a 511: 422 palestinos, 74 israelíes, 13 árabes israelíes, un argentino y un alemán.
Por otra parte, el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, solicitará un aumento en el presupuesto de las colonias judías en Cisjordania y en la Franja de Gaza en 1.500 millones de shekels (375 millones de dólares), informó ayer el diario israelí Haaretz.
Según el periódico, Sharon piensa proponer a sus ministros un proyecto para aumentar la ayuda financiera gubernamental a los asentamientos judíos.
El aumento del presupuesto de las colonias fue elaborado por un equipo dirigido por el director general de la presidencia del Consejo, Rafi Peled, indica el diario, precisando que el ministerio de Finanzas ya había rechazado una primera propuesta por considerarla "demasiado pesada" para el presupuesto del Estado.
En tanto, la viceministra israelí de defensa, Dalia Rabin Philosof, afirmó ayer que el ejército israelí se está preparando para una confrontación armada de larga duración con los palestinos.
Sin embargo, expresó su esperanza en que "la razón termine imponiéndose y los palestinos comprendan que la única solución es política". |