Jueves 31 de mayo de 2001

MAS INFORMACIÓN.

Los forenses de la Corte tendrán derecho a réplica

Le hicieron la pericia psicológica a la menor

 

En la última audiencia el fiscal amplió la acusación

 

Agregó el agravante de "ensañamiento". Faltan pruebas escritas, pero no habrá más testigos. Preparan los alegatos; el fallo sería a fines de junio.

  CIPOLLETTI (AC)- En la última audiencia del juicio oral por el triple crimen, el fiscal Eduardo Scilipotti agravó la acusación contra Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino: dijo que actuaron con "ensañamiento", porque "provocaron intencionalmente una mortificación en las víctimas superior a la necesaria para causarles la muerte".
La ampliación de la acusación fue formulada después de que declarara el último testigo citado al juicio. Ahora sólo resta recibir prueba documental: se trata de escritos del gobernador Verani, del Renar, de forenses de la Corte y de una junta médica que hace pericias psicológicas a dos mujeres.
Es posible que el Tribunal convoque a una audiencia más para informar sobre la recepción de esos documentos, y a mediados de la semana próxima comenzarían los alegatos.
Primero por las dos causas conexas, en las que están imputados de encubrimiento los policías Minervini y Torres; y la siguiente semana serían los alegatos en la causa principal. De esta manera, la sentencia se conocería en la última semana de junio.

Qué hizo el fiscal

La decisión de la fiscalía de ampliar la acusación contra los dos imputados no tiene efectos prácticos sobre una eventual condena (ambos imputados están acusados de delitos que se castigan con prisión perpetua, y es imposible aplicarles una pena superior), pero permite inferir que Scilipotti los acusará cuando pronuncie su alegato y pedirá que los condenen.
Ante el anuncio del fiscal, el Tribunal les informó a los abogados defensores que podían solicitar un plazo para reunir nuevas pruebas y rebatir la novedosa acusación.
También les ofreció a Kielmasz y González Pino la posibilidad de hablar para decir algo en su descargo. Pero los imputados eligieron una vez más el silencio, mientras que los abogados Gustavo Viecens, Alberto Cariatore y Eves Tejeda desistieron de ofrecer prueba nueva.
Hasta ahora, Kielmasz y González Pino estaban acusados de privación ilegítima de la libertad calificada reiterada (tres hechos) y homicidio calificado reiterado (tres hechos).
De acuerdo con el Código Penal, un homicidio puede ser "simple" (cuando una persona mata a otra) en cuyo caso la pena es de 8 a 25 años. O puede ser "calificado" cuando se produce bajo ciertas circunstancias que la ley castiga con más severidad porque lo considera más grave.
En esos casos, la pena a aplicar es de prisión o reclusión perpetua, la máxima de la legislación vigente.
Los homicidios que se le imputan a Kielmasz y González Pino estaban "calificados" por tres agravantes: por haber sido cometidos "con el concurso premeditado de dos o más personas"; por haber sido cometidos "para consumar u ocultar otro delito o procurar impunidad para sí o para otro", y por haber sido cometidos "por precio o promesa remuneratoria" (sólo aplicado a González Pino).
Ahora se les agrega otra calificación: por haber sido cometidos "con ensañamiento", que es provocar intencionalmente un sufrimiento innecesario en la víctima.
Para ampliar su acusación, Scilipotti se basó en la pericia médica de Ismael Hamdan "que en este aspecto no fue controvertida por los peritos de la Corte". El forense local dijo que las víctimas habían sido sometidas a una mortificación superior a la necesaria para provocar la muerte.
Tejeda consideró que la nueva imputación "es genérica" y pidió "precisiones concretas sobre la autoría directa de mi cliente".
El Tribunal le respondió que la acusación estaba formulada en esos términos y que así debería responderla. El defensor se abstuvo de hacerlo, y contó con la adhesión de Viecens y Cariatore.

Ultimo testigo

Ayer por última vez declaró un testigo en esta causa, el número 108 desde que comenzó el juicio. Fue Javier Cristaldi, quien relató que el lunes 10 de noviembre de 1997, entre las 18 y las 19, pasó con sus perros dogo a unos 15 metros de donde al día siguiente aparecerían los cadáveres. "Mis perros no detectaron nada raro", afirmó el joven.
Después admitió que sus animales están acostumbrados a oler sangre porque por los fondos de su chacra pasa el desagüe de Pollolín, y dijo que se interesan sobre todo en "cosas podridas". Los cuerpos de las víctimas no estaban en descomposición.
Cerrada la lista de testigos, el Tribunal espera ahora para clausurar esta etapa de recepción de pruebas que el gobernador Verani conteste por escrito a preguntas que se le hicieron sobre el croquis (lo cual se investigaría en una causa conexa) y que el Renar informe sobre revólveres similares al que utilizaron para matar a las hermanas González.
Mientras tanto, está armando el cronograma para los alegatos.
No serán todos el mismo día, y es probable que primero empiecen por las causas conexas (Minervini y Torres) y cierren con la principal (Kielmasz y González Pino).
   
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