Sábado 26 de mayo de 2001

 

El detenido fue reconocido por una víctima

 

Las sospechas que pesaban sobre el único detenido del ataque a los chacareros de Roca se fortalecieron ayer. Alejandro Coria, uno de los heridos, reconoció a Tapia como la persona que le disparó un escopetazo a su primo, que sigue internado y en grave estado. El detenido se negó a prestar declaración indagatoria ante el juez. Pero a los investigadores les habría indicado dónde había escondido una escopeta, como la buscada.

  ROCA (AR).- El sospechoso de haber asesinado y haber herido a dos chacareros -a uno de estos últimos de gravedad-, fue trasladado de Barracas a Roca y reconocido como el agresor por Alejandro Coria, quien soló sufrió heridas leves durante la agresión. En cambio, su primo sufrió un escopetazo en la cabeza que lo mantiene internado en un sanatorio de Roca.
De esta manera, la situación de Tapia -tal el apellido del detenido- se complicó y mucho, por lo que ahora comenzaron a correr los diez días hábiles para que el juez Emilio Stadler determine la situación procesal del detenido.
Además, en las próximas horas se podría develar otro de los puntos oscuros que tenía el caso y que era motivo de rastrillaje de la Policía, ya que Tapia habría mencionado el lugar donde escondió una escopeta, tipo de arma con la que fueron atacados los chacareros.
En las próximas horas se iba a llevar a cabo un allanamiento, ya que si se encuentra, podría confirmarse definitivamente si los ataques a los productores Marilao y Coria fueron realizados al menos con la misma escopeta calibre 16.
También se tratará de establecer de quién es el arma larga y se comparará con los cartuchos testigos recogidos por los investigadores.
De todos modos, el detenido se abstuvo de prestar declaración indagatoria ante el magistrado.
Los investigadores tenían cifradas expectativas en lo que podía ocurrir en la rueda de reconocimiento. Además, consideraban que se tenía que realizar apenas llegara el detenido al Alto Valle, para evitar cualquier cambio en su fisonomía que pudiera confundir al testigo directo de uno de los ataques.
Fue así que alrededor de las 13 de ayer, Alejandro Coria lo señaló como el sujeto que dejó a su primo en grave estado, luego de que le disparara con una escopeta a la cabeza.
Tras esta diligencia judicial, Tapia fue trasladado a la sede que el grupo de elite Bora de la policía provincial tiene sobre calle Los Andes.
"Por el momento no será trasladado a la alcaidía", informó ayer una fuente cercana a los investigadores.
Una comisión de la policía rionegrina había partido el miércoles rumbo a Barracas, donde el domingo 20 de mayo fue detenido Tapia, y trasladado a la comisaría 26 a la espera de que efectivos rionegrinos lo vayan a buscar.
La comitiva regresó ayer a las 12.30 con el detenido, e inmediatamente se lo trasladó a Tribunales.
Tapia está sospechado de haber asesinado de un escopetazo en la cabeza a Héctor Marilao, el sábado 12 de mayo; mientras que tres días más tarde habría llegado durante la noche a una chacra de Cuatro Galpones, donde habría atacado a Javier y Alejandro Coria.
De los dos, el más perjudicado fue Javier Coria, quien sufrió heridas de carácter muy graves en la cabeza, aunque los médicos lograron estabilizarlo.
Increíblemente, Alejandro Coria sólo recibió algunos perdigones en el brazo, ya que el agresor efectuó sólo un disparo con la escopeta.
"No hay muchas explicaciones y es muy raro. Nosotros nos inclinamos por la hipótesis de que el atacante haya pensado que los dos primos estaban muertos. De otra forma no se explica su proceder", manifestó uno de los investigadores.
Según lo reconstruido por los uniformados, Tapia (de 24 años) estuvo unos días en la zona de Stefenelli -lugar donde vive-, y luego se fue hacia la capital neuquina.
Desde allí habría tomado un colectivo con rumbo a la Capital Federal, hasta que el 20 de mayo fue detenido en un hotel de Barracas mientras descansaba.
Además, los investigadores aseguraron que Tapia dio detalles muy "finos" a integrantes de su círculo íntimo.
"Son cosas que sólo las puede saber alguien que presenció o que fue quien atacó a las víctimas", dijeron.
Mientras tanto, en la zona de Chacra Monte y Paso Córdoba reina el desconcierto por la brutalidad de los ataques.
Los vecinos aseguraron que las víctimas eran personas muy queridas y que no tenían problemas con nadie. Incluso algunos aseguran que Tapia habría estado en el sepelio de Héctor Marilao.
   
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