Condenaron a 13 años a un policía "justiciero"

El cabo primero Guillermo Huete confundió a dos jóvenes con presuntos ladrones y mató al padre de uno de ellos

ROCA (AR).- Un policía acusado de hacer justicia por mano propia y estando de civil, fue condenado a 13 años de prisión por un asesinato ocurrido durante la madrugada del 1º de enero de 2000 en un barrio de Roca.
La sentencia fue leída ayer por el presidente de la Cámara Primera del Crimen, Mario Buffi, y la pena recayó sobre el cabo primero Guillermo Huete, quien desde la misma mañana del hecho se encuentra detenido.
Los jueces consideraron que Huete actuó "como un ciudadano común que pretende hacer justicia por mano propia", con el agravante de tener once años de servicios en la Policía de Río Negro.
Huete fue encontrado responsable de haber asesinado sin motivo alguno a Domingo Saavedra, luego de haber golpeado a un joven con la culata de su arma reglamentaria y de haber apuntado a éste y al hijo de la víctima.
El hecho se originó tras un robo en la casa de su familiar Carlos Tripailao, a quien le habían sustraído un televisor.
Ambos decidieron salir en busca de los delincuentes, cuando a las pocas cuadras vieron a dos muchachos que llevaban un equipo de música y dos parlantes.
Los jueces se basaron en los testimonios de tres testigos presenciales del hecho, y concluyeron en que Huete redujo a uno de los jóvenes y comenzó a golpearlo con la culata de su arma. Los golpes siguieron a pesar de que el herido no opuso resistencia y que estaba reducido. Además, en un momento le apuntó con el arma y le gritaba "querés que te mate".
Entre los argumentos a la hora de dictar sentencia, los camaristas resaltaron que en ningún momento Huete se identificó como policía, ni preguntó sobre el origen del equipo de música.
El joven golpeado era Nicolás Berdugo, quien acompañaba a Gustavo Saavedra, dueño del equipo de música e hijo de la víctima.
El forcejeo se produjo en la vereda de la casa de este último, quien también fue apuntado por Huete.
En un momento salió Domingo Saavedra para ver qué pasaba, y recibió un disparo de la pistola calibre 9 milímetros desde una distancia de entre 30 centímetros y un metro.
La agresión se produjo sin forcejeo alguno ni advertencia de por medio, según los testigos.
Sin embargo, Huete declaró que había forcejeado con Berdugo y que el disparo se escapó. Ante la Cámara dijo que vio cuando un fogonazo salió de su arma, y que corrió porque pensaba que lo habían herido a él. El dato del fogonazo no lo mencionó en la instrucción, y en aquella oportunidad dijo que pensaba que estaban tirando con otra arma.
"Es una versión insólita decir que no se dio cuenta que el disparo fue de su arma. Es una falta de respeto a la magistratura de la instrucción", señaló Buffi.
Incluso Tripailao, quien había salido en busca de los ladrones junto al policía condenado, reconoció haberse quedado sorprendido por la reacción de Huete y confirmó que golpeaba sin razón al joven Berdugo.
Cómo habrá sido la sorpresa de los dos jóvenes, que Gustavo Saavedra dijo que pensaba que era un ladrón, y le ofreció el equipo de música con tal de que dejara de golpear a su amigo.
La sala de audiencias estuvo ayer despoblada. Ni Huete ni su abogado José O"Reilly concurrieron a la Cámara Primera. Sólo los familiares de la víctima, que en varios momentos de la lectura de sentencia no pudieron contener el llanto.

Foto: La sala estuvo casi desierta. Huete se negó a concurrir a la Cámara. El juez Mario Buffi (foto) fue quien leyó la sentencia.