Jueves 17 de mayo de 2001

 

Se robaron 125.000 pesos en joyas de una cabaña

 

Los robos en cabañas de alquiler son habituales en Bariloche. Generalmente se llevan comida y otros elementos. Esta vez se alzaron con un maletín y no sabrían lo que había en el interior.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En uno de los habituales robos a cabañas destinadas al alquiler temporario, delincuentes se llevaron entre otras cosas un maletín que contenía joyas y piedras preciosas valuadas en 125 mil pesos.
Después de retirar prolijamente el vidrio de una abertura, uno o más ladrones sustrajeron cámaras fotográficas, chequeras, una computadora portátil, alimentos y otros artículos, pero no desecharon un maletín exhibidor que contenía alrededor de 300 piezas de oro engarzadas con piedras preciosas y semipreciosas.
El hecho ocurrió entre las 19 y las 22 del martes, mientras sus moradores estaban ausentes, en una cabaña ubicada en el fondo de una vivienda de la calle Patagua, en el barrio Pinar de Festa.
En ese lugar se domicilia en forma transitoria un productor minero oriundo de la provincia de Misiones, identificado como Ernesto Busch, quien habría llegado a Bariloche hace poco tiempo con la intención de instalar una joyería en el hall del aeropuerto local.
De acuerdo con lo que trascendió en fuentes judiciales, además de sus efectos personales y el dinero necesario para iniciar el emprendimiento, Busch había llegado a esta ciudad con un maletín negro en el que atesoraba gran cantidad de dijes de oro, aros, pendientes y anillos con valiosas piedras engarzadas.
El martes a las 22, al regresar a su domicilio, observó que los delincuentes habían removido un vidrio sin quebrarlo, y que además de la plancha, los alimentos y sus pertenencias se habían llevado el maletín con su valioso contenido.
Esa misma noche la policía estableció una discreta vigilancia cerca de los domicilios de algunos sospechosos, pero por el momento el juez de turno no ordenó ningún allanamiento y preocupa el destino que pudieran dar al botín sustraído.
Entre las hipótesis que manejan las autoridades y círculos allegados al damnificado, sobresale la que presume la acción de delincuentes comunes, tanto por la modalidad de la comisión del delito como por los efectos de menor valor sustraídos.
Por un lado es habitual que en los robos o hurtos a cabañas de alquiler o casas de familia los delincuentes arrasen con el contenido de placards, heladeras y alacenas, debido a que en muchos casos el hambre y el frío forman parte del motor que los impulsa a delinquir.
Por el otro, si bien los ladrones en ocasiones pueden desarmar una ventana para evitar el estruendo que produce la rotura de un ventanal, también suelen hacerlo para evitar caer en la figura del robo, que tiene una pena mucho mayor que la prevista para el hurto.
De lo que están convencidas las autoridades es que se trató de un hecho común, sin estudio ni planificación, y que obtuvieron un botín impensado del que probablemente desconozcan su valor.

Foto: Los investigadores creen que los delincuentes no esperaban encontrar las valiosas joyas en el interior de la cabaña que asaltaron.

   
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