Martes 15 de mayo de 2001

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Triple crimen: Minervini se defendió atacando al juez y a Jouliá

 

La Cámara le dio un sermón al pastor Schneider

 

Cuatro testigos dijeron cosas distintas; uno fue detenido y otro será investigado

  CIPOLLETTI (AC)- El juez César López Meyer le dio un sermón al pastor metodista Guillermo Schneider, a quien citó ayer a declarar como testigo porque en una conferencia de prensa había afirmado: "el juicio es parte del encubrimiento". Internándose en el mismo terreno del religioso, el presidente del Tribunal le hizo una admonición: "no podemos guiarnos por impresiones populares. La historia está llena de injusticias cometidas por impresiones populares. Por eso hasta condenaron a Cristo".
La actitud de la Cámara al citar a Schneider, quien terminó disculpándose con los jueces porque según dijo "este es un juicio correcto", estuvo dirigida a cortar los cuestionamientos que viene recibiendo por la manera de llevar adelante el debate.
Desde el primer día del juicio oral, López Meyer y sus colegas Juan Rotter y María Evelina García levantaron la bandera de la transparencia como guía de sus actos. Y cada vez que sufren una crítica, salen a responder.
Las declaraciones de Schneider provocaron un profundo disgusto entre los magistrados. Hasta convocaron a la familia Villar y a su abogado Fernando Dalmazzo para pedirles que bajaran el tono. "Fue un tirón de orejas expresado con amabilidad", dijo a este diario uno de los participantes de ese encuentro, registrado la semana pasada fuera de las audiencias.
A lo largo del juicio, los únicos encontronazos que tuvo el Tribunal fueron con Dalmazzo. Cuando declaró el ministro Horacio Jouliá y un grupo de estudiantes manifestó en la sala acusándolo de "encubridor", se pudo ver claramente a la jueza García reprochándole al abogado de los Villar: "haga algo, esta gente es suya". El Tribunal expulsó a los jóvenes de la sala basándose en un artículo del Código Procesal que impide las manifestaciones en medio de juicio.
A los jueces también les molestan los carteles colocados en la entrada del sindicato de Luz y Fuerza, donde se realizan las audiencias, que rezan "no al juicio trucho" o "¿cuando empieza el juicio por el triple crimen?", entre otras consignas similares.
En este contexto se inscribió la citación a Schneider. "Explíquenos dónde está el encubrimiento, y dónde está la verdad que usted conoce y nosotros no". También le pidieron: "díganos qué cosas que no hemos hecho podemos hacer para encontrar la verdad".
Schneider habló de la pobreza de la instrucción, que deja "un vacío difícil de llenar aunque los jueces sean excelentes", y aclaró: "mi declaración no tenía que ver con lo que el Tribunal podría estar haciendo para encubrir". Cuando los jueces le dijeron que eso era muy distinto a lo que había dicho en la conferencia de prensa, el pastor esbozó que quizá la prensa había recortado sus dichos. "No ví que usted lo desmintiera", lo acorraló López Meyer.
Y después lo sermoneó. "Usted es pastor, la gente confía en el equilibrio de sus palabras. De allí la responsabilidad especial que se le requiere a quienes son escuchados por muchos". Y terminó aconsejándolo con una frase atribuida a García Márquez: "si Dios me diera un trozo más de vida no diría todo lo que pienso pero pensaría todo lo que digo".

De intimidado a casi procesado

CIPOLLETTI (AC)- Un testigo que dijo haber sido intimidado por la policía para acusar a Hilario Sepúlveda podría ser procesado por falso testimonio. Es que no supo explicar cuál fue la presión a la que lo sometieron, ya que no habló de amenazas más que en forma velada. Uno de los efectivos a los que acusó estaría identificado y sería citado a declarar.
El testigo es Miguel Angel Giménez, un jornalero que el 9 de noviembre creyó ver a Sepúlveda en un Taunus verde en la calle San Luis. Una vez aparecidos los cuerpos le comentó ese episodio a su amigo Rafael Verdugo quien a su vez se lo dijo a la policía.
Se presentó entonces en su casa un efectivo -está en duda su identidad- quien lo llevó en automóvil hasta la tapera del marginal que estuvo imputado en los asesinatos. Según Giménez, él se sintió presionado cuando el policía lo dijo: "tenés que decir que lo viste a Sepúlveda".
El 13 de noviembre, cuando fue a declarar a la unidad 69, el subcomisario Luis Seguel le advirtió: "declará bien porque vos tenés una hija". Giménez afirmó que "eso suena como a presión, ¿no?".
El testigo declaró tres veces en la instrucción. Las dos primeras afirmó que había visto a Sepúlveda en el Taunus y la tercera lo relativizó.
Los jueces no quedaron convencidos con sus explicaciones. César López Meyer anunció que resolverán más adelante si le inician una causa por presunto falso testimonio.

   
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