Miércoles 2 de mayo de 2001 | ||
MAS INFORMACION El juicio se suspende una semana y los alegatos siguen sin fecha |
Reflotaron viejas sospechas, pero sin pruebas |
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Un testigo protegido habló de una "fiesta" e involucró a más de 20 personas |
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CIPOLLETTI (AC)- Dos suboficiales de la rionegrina ventilaron durante su declaración todas las hipótesis que circularon alrededor del triple crimen, e involucraron a policías, empresarios y profesionales de esta ciudad. Hicieron un aporte escandaloso por los nombres que arrojaron, pero endeble porque no lo pudieron sostener con una sola prueba. Incluso algunas facetas de sus hipótesis están desmentidas por la realidad. En varias oportunidades los jueces les preguntaron si habían corroborado lo que estaban diciendo, pero en cada caso la respuesta fue "no". La participación de ciertos personajes en el triple crimen viene mencionándose desde el comienzo de la causa. Según los policías federales que se hicieron cargo de la investigación cuando el gobierno descabezó a la Rionegrina por pedido de los familiares, todas esas hipótesis fueron investigadas y ninguna quedó en pie. Sin embargo en la audiencia del lunes, el sargento Francisco Traipi y sobre todo el cabo primero Ricardo Solís (testigo protegido y pilar de una de las causas conexas) las reflotaron. Traipi habló más de las relaciones entre sus jefes y delincuentes, de los manejos con los adicionales y vales de combustibles, temas que se relacionan con la causa por asociación ilícita. Y aunque dijo que muchos de sus compañeros saben la verdad del triple crimen, después admitió que "hacen comentarios, nunca nada puntual". Lo de Solís fue sorprendente. Elaboró su hipótesis en base a lo que le contó un remisero de Neuquén que ya falleció, Osvaldo Valenzuela, y un taxista de Cipolletti, Ricardo Delaloye, que terminó procesado por falso testimonio. Según relató ante un tribunal que lo escuchaba azorado, los crímenes ocurrieron durante una fiesta en la chacra de un profesional de Cipolletti. De acuerdo con su versión participaron desde reconocidos empresarios y personalidades del medio hasta policías y marginales. Nombró a más de veinte personas, puso en tela de juicio los hábitos de María Emilia González, dijo que un pariente político fue el "entregador" e hizo un relato confuso de cómo llevaron los cuerpos hasta los olivillos. Los jueces lo dejaron hablar y después empezaron las preguntas. El querellante José O"Reilly, claramente molesto, pidió que lo procesaran por falso testimonio. El fiscal Eduardo Scilipotti le preguntó si era experto en algo, y recibió el primero de los muchos "no" que Solís dio como respuesta. -Hay circunstancias que usted ha referido y que requieren constatación específica -observó a su turno la jueza María Evelina García- Por ejemplo, ¿usted corroboró los datos sobre María Emilia? -No -volvió a responder Solís. -¿Usted sabe que el taxista Delaloye tiene una causa por falso testimonio? -Sí, cambió algunas cosas y me da la impresión que fue apretado para que lo haga. -¿Usted lo comprobó si fue así? -No. -Usted dijo que Kielmasz tenía un pacto de silencio con Yacopino, que si hablaba le mataban a la madre. ¿Sabe que Kielmasz hizo una declaración enorme contra Yacopino? ¿Cómo lo explica? En este punto, Solís dejó de responder "no". En cambio, se escudó en que "yo sólo copiaba las respuestas que me daba Valenzuela a un cuestionario que hizo Artese". Foto: Francisco Traipi habló más de la asociación ilícita que del triple crimen. No pudo aportar pruebas, aunque dijo que sus compañeros tienen información. |
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