Lunes 28 de mayo de 2001 | ||
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Exportarán truchas de la zona cordillerana al Japón |
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El país oriental es el mayor comprador de pescado |
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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La apertura de nuevos mercados externos es el factor clave para el crecimiento de la producción de salmónidos en la región, que ya encontró su techo en el abastecimiento del mercado nacional pero tiene un gran potencial de desarrollo. Así lo reconocen los especialistas y empresarios del sector, quienes señalaron además que la Patagonia argentina podría aprovechar el valor agregado de sus peces criados en aguas de alta calidad y libres de plagas y enfermedades. La empresa líder de la actividad es Truchas Alicurá, que produjo el año pasado 700 toneladas (el total nacional fue de 1.300) y facturó algo más de dos millones de pesos. A sus habituales envíos a los Estados Unidos sumará en las próximas semanas las primeras colocaciones en Japón, que es el mayor comprador mundial de pescado. Por ahora el precio que obtendrán en el país oriental es poco atractivo, pero según el titular de la empresa, Eduardo Rottari, el esfuerzo vale la pena por el futuro comercial que puede abrirles ese nuevo mercado. El director del Centro de Salmonicultura de la Universidad del Comahue, Víctor Báez, explicó que "la actividad en realidad no crece porque, como todo en el país, está jaqueada por la crisis" y que dos de los obstáculos principales son "los insumos caros y las dificultades para la comercialización". Dijo no obstante que el futuro de la producción de salmónidos en Argentina depende en buena medida "de la madurez de los empresarios", porque la potencialidad es muy grande. Sólo basta con decir que Chile, con sus establecimientos asentados en la costa del Pacífico, produce 200 mil toneladas anuales de salmones y la Argentina apenas 1.300. Según Báez "lo difícil es arrancar, porque no se trata de una actividad para pequeños emprendedores. Una piscicultura empieza a ser rentable desde un piso de 60 toneladas anuales y eso exige una inversión inicial de 150 mil pesos como mínimo". La demanda interna se reparte entre los restaurantes, que compran la "trucha-plato" de unos 330 gramos, y luego los supermercados de las grandes ciudades, donde el público puede adquirir el pescado fresco, en piezas de unos 3,5 kilos y a un precio que varía entre los 6 y los 12 pesos el kilo. Rottari explicó que ese mercado tiene un tope "porque no se puede competir con la merluza, que es más barata y fácil de preparar y porque culturalmente la gente no come más pescado". De modo que la única forma de crecer es hacia afuera. El emprendimiento de Truchas Alicurá está ubicado en el embalse de ese nombre, sobre la costa neuquina, donde las jaulas flotantes son visibles desde la ruta 237. La empresa tiene parte de los trabajos mecanizados -como el conteo y la clasificación de peces- y emplea a 35 personas. Según Rottari vienen creciendo desde sus mismos inicios: en 1993 comenzaron con 60 toneladas de truchas producidas y el año pasado alcanzaron las 700. El centro Bariloche de la UNC, donde se dicta la carrera de técnico en acuicultura, ofrece no sólo un aporte importante para los productores en materia de asesoramiento técnico sin que también es la principal proveedora de ovas y juveniles de trucha arco iris. Báez destacó que en este campo "hay un ejemplo claro de la amplitud que puede tener la relación universidad/empresas". Para la UNC es también una fuente de ingresos porque la venta de 850 mil juveniles de un gramo le reportó el año pasado alrededor de 50 mil pesos. Para el experto, además de encontrar nuevos mercados, el productor necesita "estímulos para poder trabajar que tienen que ver con el crédito accesible y la política impositiva", y también lograr mejores precios del alimento que reciben las truchas. En este momento lo están pagando un peso el kilo más el flete (viene desde Buenos Aires) y según Báez "representa entre el 50 y el 75 por ciento del costo final del producto. Con todas estas cosas la ecuación económica cerraría un poco más, sobre todo para el productor chico -agregó-, que muchas veces se contiene porque la producción de salmónidos es una actividad con mucho riesgo". Un espacio ínfimo en el ranking SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En la comparación con los países que encabezan el ranking de exportaciones de salmónidos, Argentina ocupa un espacio ínfimo, pero todos los expertos indican que tiene mucho para crecer, debido a la calidad de sus ambientes. Sospechas cada vez más firmes SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Una de las mayores preocupaciones de los productores locales es preservar la calidad de la trucha argentina, que no requiere vacunas ni antibióticos porque todavía los lagos y ríos del país están a salvo de varias de las enfermedades características de la especie. Foto: Los expertos aseguran que las condiciones de la cría de alevinos que se presentan en la cordillera son óptimas. |
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