Viernes 25 de mayo de 2001

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El centenario de un historia que tiene más alegrías que tristezas

 

Carrizo, el más grande entre los grandes

 
  BUENOS AIRES (DyN, por Amadeo Carrizo) - Estoy muy orgulloso por haber sido arquero de Ríver Plate tantos años. Allá en Rufino, Santa Fe, mi ciudad natal, cuando era un pibe, me hablaba mucho de Ríver mi padre, Manuel Carrizo, un fanático de la "Banda Roja". Por entonces, ya me decía que era el mejor de los clubes.
Hoy, después de haber jugado en Ríver y maravillarme con lo que ha progresado social y deportivamente, con su incalculable popularidad, no corro el riesgo de equivocarme si digo que es el más grande entre grandes. Sin desmerecer al resto, esto es así. Simplemente.
Además, Ríver es un sello, una marca de gloria, un club en el que se identifica un estilo de juego emparentado con la grandeza. Que prestigia al jugador que viste su camiseta.
Su grandeza se agigantó en las últimas décadas, pero existe desde que yo tenía seis años y mi padre me comentaba con orgullo del súper ídolo de Ríver nacido en Rufino, Bernabé Ferreyra, quien revolucionó el fútbol argentino y si jugaba en una cancha con 40 mil espectadores, treinta y nueve mil iban a verlo a él.
De pibe fui creciendo imaginando, por los relatos radiales, cómo era ese crack de todos los tiempos. Y el pueblo de Rufino también. Después, ya ciudad, de mí también se habló. Pero muchos se hicieron hinchas por él y hoy el 70 por ciento de sus habitantes goza por cada gol "millonario".
Mis mayores emociones defendiendo el arco de Ríver fueron las conquistas de campeonatos. De títulos que no eran sólo para el grupo de futbolistas. Lo compartíamos con la gente. Es que le retribuíamos esa alegría inmensa a su insobornable fidelidad. Porque alienta al equipo en las buenas y en las malas.
Esta noche y mañana asistiré a los festejos por su centenario. Y, como ocurrió en la celebración por "El Campeón del Siglo", en el año 2000, volveré a emocionarme, a derramar alguna que otra lágrima. Porque en aquella fiesta jugué al lado de grandes monstruos, como Enzo Francescoli, Norberto Alonso y Ramón Díaz, entre otros. Porque volví al arco de mi vida a los 74 años. Volé y me sentí joven, pese a que también me hicieron un gol.
Soy muy respetuoso de los grandes arqueros que pasaron por la entidad, como Ubaldo Matildo Fillol, "el Loco" Hugo Orlando Gatti o Angel Bossio, a quien le decían "la Maravilla Elástica", que deslumbró a propios y extraños cuando a los guardavallas les colocaban sobrenombres. Por eso, nunca diré que soy o fui "el Número 1".
Confío plenamente en el porvenir del equipo de Américo Gallego. Tanto en el torneo Clausura cuanto en la Copa Libertadores de América, más allá del desgaste físico y mental que implica la doble competencia, afrontarla en forma simultánea. Pero la exigencia en Ríver es así: el honor de vestir esta camiseta se juega a ganador siempre.
Mi presente también transcurre en Ríver. Formo parte de Relaciones Públicas y observo a los arqueritos del semillero. Para ver a los que vienen "pintando" para sobresalir en el futuro. Es una forma de ser recíproco con la inmensa gratitud que siento por el club.

Una fiesta con partido y show musical

River Plate festejará hoy sus cien años de vida con una fiesta que comenzará en el Obelisco, continuará en el estadio "Monumental" con un partido amistoso ante Peñarol de Montevideo y terminará con un espectáculo musical y fuegos artificiales.
Tal como indica la tradición, Ríver eligió a Peñarol como rival del partido que será el centro del festejo, porque fue también con un partido amistoso ante el equipo uruguayo que inauguró el estadio de la calle Tagle en 1923, y el "Monumental" en 1938.
El encuentro enfrentará a los planteles de primera división, aunque Ríver utilizará a varios juveniles debido a los lesionados que tiene el equipo y la cantidad de partidos que jugó las últimas semanas.
Los festejos comenzarán con la "Caravana del Centenario", como se denominó a la procesión que realizarán los hinchas del club desde el centro porteño hasta el estadio Monumental.
Junto a los hinchas desfilarán cerca de 500 integrantes de 8 murgas identificadas con Ríver, se soltarán 20 mil globos y se portará "la Bandera del Centenario", de casi mil metros de largo.
Los hinchas agotaron en los últimos días las entradas para la fiesta, por lo que los dirigentes esperan contar con un estadio "Monumental" repleto.
Los festejos también incluirán una ceremonia religiosa en el estadio en memoria de los socios fallecidos, que comenzará a las 11.
Mientras que dos combinados de jugadores infantiles se enfrentarán a las 16, y una hora más tarde está previsto el arribo de los hinchas que participaron en la caravana.

Wálter Gómez, el máximo goleador

BUENOS AIRES (Télam, por Sebastián Agostoni).- El uruguayo Wálter Gómez, uno de los goleadores más grandes que dejó la historia de Ríver, vive hoy junto a su familia en Bánfield y no duda en afirmar que el club de sus amores fue "lo más grande" que le pasó en su carrera deportiva y que, a un día de que la entidad de Núñez cumpla 100 años, todavía siente "el cariño de la gente".
"Ríver fue lo más grande que me pasó en mi carrera deportiva: significó todo. Es que Ríver es mi casa y eso no lo voy a olvidar jamás. Además, todavía siento el cariño de la gente y eso es imborrable", sostuvo este gran delantero uruguayo, quien a los 73 años todavía es recordado por el tan conocido cántico: "La gente ya no come, por ver a Wálter Gómez".
"El recuerdo más lindo es aquel cantito de la hinchada. Cada vez que lo escuchaba sentía una gran emoción. Yo era extranjero y nunca me lo hicieron sentir. La gente iba temprano a la cancha porque había tres partidos. No es que no comían por verme a mí", reconoce, entre risas, Gómez.
El "Botija de Oro", como lo llamaban, llegó a Ríver en 1950 por 650.000 pesos más el pase definitivo a Nacional de Montevideo de Rubí Cerioni (cotizado en 100.000), después de un previo paso por Central de Uruguay.
Su debut en Ríver ocurrió el 2 de abril de 1950, frente a Newell"s Old Boys, en Rosario, donde convirtió al minuto de juego.
"No lo podía creer. Hice mi primer gol ni bien empezó el partido. Después, al regreso, la gente me estaba esperando en Retiro. Los mejores años de mi vida los viví en este club", precisó este gran delantero oriental, quien marcó 75 goles en 140 encuentros y, además, ganó tres títulos.
Entre los recuerdos más importantes que Wálter Gómez guarda en su memoria figuran el primer superclásico frente a Boca, en la "Bombonera", que finalizó con una victoria "millonaria" por 2-1. "No lo voy a poder olvidar porque marqué el gol del triunfo", apuntó. Sobre los campeonatos también habló. "Todos los torneos son importantes. Los tres que gané los siento de la misma manera. No hay ninguno que tenga una mayor importancia que otro. De todos me quedaron grandes recuerdos".

   
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