Jueves 17 de mayo de 2001

 

Y pensar que ya pasaron veinte años...

 

El último grito argentino en la F-1 fue de Reutemann, en Bélgica "81.

  BUENOS AIRES (Télam, por Mario Visiconte).- La bandera a cuadros cayó ante el paso del Williams número 2 de Carlos Reutemann aquel 17 de mayo de 1981 en el autódromo belga de Zolder y nadie imaginó que esa sería la última victoria de un piloto argentino en la Fórmula 1, que trajo como saldo posterior dos décadas de frustraciones.
El duodécimo éxito de Reutemann traía satisfacción y esperanzas de obtener un campeonato, tras los recordados cinco títulos del inolvidable Fangio.
Sin embargo, la cuota de suerte necesaria o quizá la "vendetta" de Frank Williams en el final de la temporada, dejó al santafesino sin poder consagrarse número uno como ansiaba y merecía.
De cualquier manera, y precisamente veinte años después, la historia comenzó a repetirse el pasado domingo en Austria, con la orden que le dieron a Barrichello para que le cediera el segundo puesto a Michael Schumacher. Pese al "refunfuño", la cara de amargura y "pocos amigos", el brasileño cumplió.
En cambio, "Lole" no le hizo caso al ahora inválido Frank Williams, quien en el Gran Premio de Brasil de aquel año le indicó que debía dejar pasar a Alan Jones. Reutemann siguió su camino, puso en juego su orgullo y honestidad deportiva y recibió el banderazo consagratorio como ganador.
La respuesta la tuvo posteriormente cuando se quedó sin la colaboración necesaria del equipo, pese a lo cual luchó hasta la última carrera, en Las Vegas.
Reutemann, que había logrado la "pole position" y tenía la gran posibilidad de consagrarse campeón mundial, se encontró con un "sorpresivo" problema en la caja de cambios y debió abandonar. La carrera la ganó justamente su compañero Alan Jones y el campeonato por medio punto de diferencia fue para el brasileño Nelson Piquet (Brabham), dejándolo al argentino con la amargura del subcampeonato. Frank Williams festejó la Copa de Constructores.
Reutemann, casi de compromiso y sin la motivación necesaria, corrió posteriormente con Williams las dos primeras carreras de la temporada 1982 y abandonó la actividad. El retiro del "Lole" significó para Argentina casi el final de las participaciones con continuidad y posibilidades para otros pilotos argentinos que intentaron mostrarse en la máxima vidriera automovilística mundial.
Tras seis años de ausencia, Oscar Rubén Larrauri intentó suerte en la Fórmula 1 con un auto del equipo Eurobrum, pero poco pudo hacer para mostrarse. En 1997, Norberto Fontana hizo su intento con un Sauber, pero lamentablemente sólo pudo correr cuatro pruebas sin buenos resultados.
Siempre con escasos recursos económicos y esfuerzos particulares, en 1999 Esteban Tuero ingresó al modesto equipo Minardi, pero al no encontrar resultados decidió abandonar la actividad.
La última esperanza y quien más pudo competir fue Gastón Mazzacane, que concursó durante toda la temporada 2000 en Minardi y participó en las primeras cuatro carreras de este año en el equipo Prost Acer. Ante la falta de continuidad en el aporte económico necesario para el argentino y la urgencia de Alain Prost para mantener la vigencia del equipo, fue reemplazado por el brasileño Luciano Burti, que llegó respaldado por su compatriota y mayoritario accionista Pedro Diniz.
Quizá por todo esto, el "es muy difícil" que siempre acompañaba a Reutemann en sus declaraciones sobre la F-1, tenga hoy más presencia que nunca. Pero aquel triunfo que provoca la nostalgia de muchos, pensando en que difícilmente se pueda repetir algo así en lo inmediato, seguirá siendo un hito en la historia para el automovilismo argentino, y será una de las pocas cosas que no perderá la carrera contra el único rival imbatible: el tiempo.
   
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