Miércoles 16 de mayo de 2001
		Deportivo Roca intentará hacer el doblete para luego definir en casa
		Un partido de gran atracción será el que jugará esta noche Deportivo Roca en su visita a San Isidro. La serie está con un punto de ventaja para el equipo cordobés, por lo que los naranjas necesitan invariablemente una victoria para tener de ese modo la chance de un desempate.
		Si pudo ganar el lunes, ¿por qué no pensar que puede también hacerlo hoy? En esa reflexión podría sustentarse la esperanza con la que Deportivo Roca acometerá el partido de esta noche frente a San Isidro. Y ahora, con la consigna puesta en una victoria que le permita igualar la serie de cuartos de final del Torneo Nacional de Ascenso, que sigue favoreciendo al equipo de San Francisco aunque ahora por la corta diferencia que grafica el 2-1. A las 21,30 se verán nuevamente las caras, otra vez en el gimnasio de la entidad enclavada en los pagos del ministro Cavallo y donde los árbitros serán J. Ibáñez y E. Valente. Roca jugó antenoche un interesante partido. No sólo porque lo ganó -fue en forma ajustada y con tinte dramático en algo que le era impostergable conseguir-, sino porque en gran parte del encuentro su funcionamiento adquirió tal consistencia que al final de cuentas, justificó haberse mantenido durante largo rato al frente en el marcador. La clave estuvo en algo archisabido: jugar mucho en la zona interna, donde la producción de Gregory, Chiappero y Castelli -el orden meritúa la importancia que tuvieron- comenzó desde muy temprano a hacer añicos la estructura defensiva de San Isidro. El resto ayudó como pudo. Algunos, mucho más que otros. En el primer caso, Aguilar -por su contagiante espíritu y algunos tiros que anotó en momentos muy oportunos- y Gelsi, quien tuvo un cuarto final donde se empinó del todo con una andanada de triplazos. Sureda y Chaila se las compusieron con la precariedad que implica moverse ante una marca presionante. No es fácil y por ahí habría que entender algunos desaciertos en la traslación y asistencia, especialmente en el "fatídico" tercer cuarto donde casi se va todo por la borda. Pero lo importante es que pudo triunfar. Y eso motiva. Al equipo lo hace ganar en confianza. Y si cumple con la receta adecuada ante un rival como San Isidro -forzar el rigor físico del adversario al extremo del castigo de la falta personal-, su chance se agiganta en la misma manera en que se da a la inversa si se somete al estilo del contrincante. Pero esta noche hay un detalle más: San Isidro entra con toda la presión imaginable en el hecho de que por la mente de cada uno de sus jugadores pasa el riesgo de tener que llegar a un quinto partido y ya en terreno ajeno. Habrá que ver cómo asimila eso y cuál es el rendimiento de un equipo que aunque está completo y dispone de buenos elementos -Jhonson, Migliori, Bernabei, Sciutto, Iturria, Hoya, etc-, tendrá la carga extra del desgaste físico -como el del lunes- del que suele costarle recuperarse. Para Roca es a todo o nada. Para San Isidro, casi lo mismo.
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