Lunes 14 de mayo de 2001

 

Nonnenmacher desplegó todo su repertorio

 

Gran turismo

  Más flaco que hace algunos años, tal vez con varios pelos menos, pero siempre con su mismo talento. Sin contar con el mejor auto, pero apelando a su conocida calidad de manejo, el huerguense Alberto Pérez Nonnenmacher consiguió ayer una notable victoria en el Gran Turismo Patagónico y se convirtió en el nuevo líder del certamen anual de la especialidad, después de una carrera electrizante de principio a final.
Una vez más el autódromo roquense fue escenario de una obra maestra del popular "Cabezón", quien comenzó a edificar su triunfo a la hora de las series de ordenamiento.
Si bien Raúl Favre ganó con facilidad la primera -abandonó sorpresivamente por la rotura de la caja de velocidades de su auto el campeón Rodolfo Lorca, quien había mandado en la clasificación-, Nonnenmacher en la segunda hizo una serie más veloz y se aseguró la mejor posición de partida para la esperada final.
Eran varios los que se postulaban a la victoria, en especial por el lado de los Ford Falcon, con los citados Pérez Nonnenmacher y Favre, al igual que el cipoleño Javier Moreiro.
Pero también estaban el riocoloradense Carlos Pilotti, con su Torino; los viedmenses Hugo Ochoa y Ricardo O. Alzueta, y el neuquino Ricardo Della Chá, con Chevrolet.
¿Lorca? Largaba último, casi un imposible en condiciones normales que pudiera pelear el primer lugar.
La expectativa era enorme y ayudó para hacer olvidar el frío. El público, que acompañó en gran cantidad -lo que sorprendió hasta los mismos dirigentes, en especial por las malas condiciones del tiempo-, se preparó para presenciar un espectáculo que prometía.
Y Nonnenmacher, quizás sin contar con el auto más veloz, edificó su triunfo en la misma largada.
El huerguense movió impecable y se fue adelante, al tiempo que Moreiro perdía sorpresivamente el segundo lugar con Favre.
Se armó una carrera interesante, más allá que es cierto que faltaron los sobrepasos en la punta.
Fiel a su estilo, el "Cabezón" los apiló a todos y se formaron dos "trencitos". Adelante, Nonnenmacher, Moreiro -se recuperó enseguida- Favre y Pilotti. Y un poco más atrás, Ochoa, Della Chá, y Alzueta.
Así fueron hasta la novena vuelta -en la séptima se quedó Pilotti-, cuando tuvo que ingresar el auto de seguridad, porque el Chevrolet de José L. López quedó en incómoda posición en el medio del curvón.
Un par de vueltas neutralizados sirvió para juntar a todos, pero a la hora de volver a acelerar a pleno Nonnenmacher marcó la diferencia. Moreiro se desesperó por encontrar un hueco donde meter el auto, sabía que tenía resto y podía ganar, pero el "Cabezón" con su talento intacto y una increíble tranquilidad no cometió excesos, impuso el ritmo que más le convenía y terminó logrando un triunfo impecable, que tuvo un signicado especial ya que le permitió alcanzar la punta en un certamen que lo tiene como gran protagonista.

López, en un "carrerón"

El joven Alejandro López hizo historia en el autódromo roquense. Es que su triunfo quedará grabado como el primero de la monomarca Gol, que ayer inauguró su esperado certamen anual con una carrera espectacular.
La paridad de los autos fue notoria y los pilotos armaron una prueba donde abundaron los sobrepazos y las maniobras al límite, en la lucha por una posición.
A pesar que en la misma largada se quedaron Luis Diez y Augusto González, los otros once pilotos se las arreglaron para hacer una carrera bárbara.
A pesar de usar el circuito chico, las veinte vueltas de la final parecían una exageración. Pero fue tan buena, que todo pasó rápido.
En el inicio dominó Moreiro, tomándose el buque. Lo mejor estuvo atrás, con Alejandro López, Fernando Quinteros, Marcelo González y Claudio Castro Gamero luchando por la segunda posición.
En el noveno giró se quedó el auto de Moreiro y la lucha por la punta ganó en emoción. López y Quinteros se dieron con todo, definiéndose en favor del primero en los metros finales, después de una dura porfía que movió al aplauso reiterado de los aficionados.
Sin dudas, la monomarca Gol aprobó su primer examen. El certamen ya está en marcha y parece que los buenos espectáculo serán habituales. A esperar la próxima.

Una actitud que no tiene justificativo

Sin buscar justificativos para lo que hizo, es indudable que al roquense Eduardo "Tató" Cardín lo traicionó su temperamento. No pudo largar la segunda final del certamen del Gran Turismo Patagónico y se ganó una sanción, siempre y cuando la Federación Once no tome su actitud como un simple desliz, más allá que hay incidentes similares que no recibieron castigo alguno en los últimos tiempos.
A Cardín lo excluyeron de la segunda serie, pero se lo comunicaron recién cuando estaba por salir de los boxes para largar la final. Y hay lo traicionó su temperamento.
Se bajó de su auto, infiló para la torre de control y lo agredió verbalmente al presidente de la Federación Once, Raúl Ginóbile, incluso recordándole algún altercado que habían protagonizado cuando corría en rally. Fue lamentable.
Antes hubo una historia. Es cierto que Cardín se vio perjudicado, pero nada justifica su reacción. En la largada de la segunda serie, al llegar al curvón Norberto Di Tulio le pegó en la parte trazera de su Dodge y lo hizo entrar en un trompo, dejándolo en la última posiciómn.
El toque fue visto por un veedor e informado, pero Di Tulio no recibió en el momento sanción alguna. Un grueso error de quienes tenían la misión del contralor deportivo, que no es la primera vez que ocurre. Y después, en el parque cerrado Cardín cometió su primer error. Intentó agredir al barilochense -le pateó el auto- y su acompañante Cristian Van Opstal que la cosa pasara a mayores.
Las autoridades de la prueba se tomaron su tiempo y minutos antes de la final informaron del apercibimiento de Di Tulio y la exclusión de Cardín, desatando la irá del roquense.
Es cierto que las autoridades de la prueba se equivocaron al no sancionar a Di Tulio por la maniobra, pero nada justifica las dos reacciones que tuvo Cardín. Protagonizó un auténtico bochorno y seguro que costará algún dolor de cabeza más, porque será pasible de una dura sanción disciplinaria.

"Como lo esperábamos"

Alberto Pérez Nonnenmacher sólo perdió la paciencia cuando minutos antes de largar la final le comentaron que había problemas con una goma que cambió antes de iniciar su serie. La polémica de siempre por algunas cuestiones de reglamento poco claras y de diferentes interpretaciones, que hasta hicieron dudar al comisario técnico Pedro Romera, lo sacaron de tema al "Cabezón". Discutió un rato y se fue a correr. Después de su gran triunfo, comentó que "salió como lo esperábamos. Sabía que si agarraba la punta, el ritmo lo íbamos a imponer nosotros y así fue".
Nonnenmacher reconoció que "fue de trámite apretada la final, era lo que más nos convenía y así salió".
Y destacó que "quiero felicitar a Javier (por Moreiro). Fue muy leal para pelear el primer puesto, lo que no me extraña. Había lugares en donde su auto iba mejor, pero lo controlamos".
En relación con el citado tema del neumático, señaló que "hay cosas que se tendrán que dejar bien en claro, para el bien de la categoría. Yo estoy tranquilo porque no quise sacar ventaja. Tenía una goma rota y la cambiamos. Me autorizó el comisario técnico. De las otras tres que quedaban de la pasada carrera, dos estaban casi destruídas. Era imposible usarlas. Eso fue todo".

Calendario apretado

Las primeras fechas del certamen anual del Gran Turismo Patagónico están muy apretadas y los bolsillos de los pilotos lo comienzan a sentir.
Después de las dos primeras pruebas en el autódromo roquense, ahora vendrá la tercera en el "General Enrique Mosconi" de Allen.
Será el 3 de junio, mientras que la cuarta irá el 27 del mismo mes en el circuito bahiense de "Aldea Romana".
Fueron unos cuantos los pilotos que señalaron que "hay que correr más distanciado entre prueba y prueba, porque así no vamos a aguntar el ritmo".

•¿Qué pasó?: Parece, porque de parte de los técnicos no hubo información, que algunos pilotos estuvieron más livianos a la hora de clasificar en la monomarca Gol.
Si bien no se bajó a nadie del clasificador, estaba previsto que todos los autos salieran con veinte litros y algunos apenas lo hicieron con cinco.
La pregunta quedó sin respuesta. Con los tanques sellados, cómo aguantaron las veinte vueltas de la final.

   
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