Domingo 27 de mayo de 2001 | ||
Momias, el único monstruo capaz de volver cincuenta veces y más |
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Esta semana se estrenó en los cines de la región "El regreso de la momia", obvia segunda parte del exitoso filme "La momia", de 1998 dirigido por Stephen Sommers, con Brendan Fraser. Coincidentemente con el renovado interés por los cuerpos momificados, hoy a las 21 Discovery pondrá en el aire el documental: "Momias: Los secretos de nuestros ancestros". |
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Su magia radica en que siempre vuelven. Como Aníbal Troilo, aunque mucho más truculentas. Demás está decir que no tocan el bandoneón y el barrio les importa un comino. ¿Cómo es posible que una vez más estemos por ir ver una película de momias? Ya hay de vaqueros, dinosaurios, bueno, romanos, selecto grupo de mal vestidos que bien podrían organizar una fiesta en un semi-piso de Manhattan. De todas maneras, todas nos envían su tarjeta de participación, después de un tiempo prudencial. Ya lo hicieron el año pasado los "Dinosaurios" de la Disney y el fornido general de "Gladiator". La historia del cine tiene guardadas en su álbum de los recuerdos nada menos que 50 o más películas dedicadas al monstruo vendado. Vamos por otra. "El regreso de la momia" es la vuelta de un personaje que, en rigor, nunca ha dejado de irse del imaginario colectivo. Por eso recauda como pocas producciones del género. "La momia", aquélla superproducción protagoniza por Brendan Fraser, facturó la friolera (y esto de decir "la friolera" sí que es tan repetitivo como las momias, sepan disculpar) de 414 millones de dólares. ¿Se habrán vendido muñequitos momia con el boom del filme? ¿Y que me dicen de las gasas? Para quienes se han olvidado de cómo empezó este lío, el de la momia que nos ocupa en la presente nota, vamos a hacer un breve repaso del argumento. Que nadie se siente, por favor, tampoco es para tanto. Un, digamos, primer ministro del Faraón, tiene un amorío fuera de control con la amada del aspirante a dios y, obvio, lo atrapan. Lo instalan raudamente en una especie de cápsula espacial de madera y metal, y acompañan su triste soledad con miles de animalitos, grandes como un sapo y feos como una cucaracha, que se lo engullen. Siglos más tarde Fraser "Jones" y su compañera la bella Raquel Weisz, encuentran al frustrado amante del que sólo queda un montón de rencor y la extraña capacidad para succionar a las personas (Este recurso ya lo habíamos visto antes ¿no?). El furor por las momias podría encontrar varias explicaciones, algunas de ellas enfermizas (pasión por los muertos y el olor a carne seca), o filosóficas (el inagotable interés por atravesar la trama del tiempo). O una combinación de ambas. Este domingo se abrirá en la televisión por cable un nuevo capítulo para los interesados en esta proeza, tan humana como la hamburguesa y el asado: conseguir que el cuerpo y, a veces, hasta la sangre perduren a pesar de la oposición de las reglas del universo. El Discovery Channel emitirá a partir de hoy a las 21 y hasta el 2 de junio el documental: "Momias: los secretos de nuestros ancestro". Se trata de un programa que, por fin (decimos, por fin) abarca la historia del tema. Desde las gentes del Chile prehistórico -donde se encontró la momia más antigua- hasta el cuerpo del dictador Vladimir Lenin –que durante el gobierno comunista era "retocado" cada mediodía y hoy sólo recibe una "manito" muy de vez en cuando por amor al arte— y las momias de Tutankamón en Egipto – tristemente célebre por sus supuestas maldiciones que tanto material le dieron a la industria del cine- y Eva Perón, el cadáver mejor conservado del mundo. La serie presenta momias naturales (congeladas, secas y convertidas en jabón) y artificiales. Estas últimas, embalsamadas con complejas técnicas. El conductor, Dr. Bob Brier, es uno de los más respetados especialistas en la materia. Brier junto al especialista Ron Wade, director del Maryland State Anatomy Board en Estados Unidos, fue el primer hombre en miles de años en tratar un cuerpo con los mismos procedimientos y sustancias que utilizaron los antiguos egipcios para preservar a sus figuras jerárquicas. Muchas dudas quedarán finalmente despejadas. Una, por demás obvia, es que no todas las momias tenían el aspecto de "La momia", ese torpe peleador de "Titanes en el Ring" que deleitó con sus vendajes a más de una generación cada domingo por la tarde. La técnica de la nariz Volvamos al principio. Supongamos que estamos en el Antiguo Egipto y usted no es ni remotamente el amante, o la amante, de la preferida del faraón pero si un personaje merecedor de la eternidad, esto le tocaría: primero un grupo de especialistas le extraerá el cerebro por las fosas nasales, luego le harán lo propio con las demás vísceras y procederán al primer lavado. Efectuarán el tratamiento de sus vísceras (recuerde que algunas como el corazón irán a parar a un frasquito). Más tarde deshidratarán el cuerpo con Natron, vendrá el segundo lavado y posteriormente le rellenarán el cráneo y las otras cavidades. En esta operación se tratan también las uñas, los ojos y genitales con sales y sustancias aromáticas. El resto del cuerpo será tratado, a su vez, con resinas. Por último llegará el vendaje. Feliz viaje al más allá. En Perú las técnicas variaron dependiendo de las culturas. Algunas libraban al cuerpo de sus vísceras por el ano (si, ¡uy!). Los Incas y los menos estudiados Chachapoyas, que también vivieron en los Andes peruanos, usaron la momificación con fines religiosos o similares. Estos últimos construyeron sorprendentes plataformas. Uno de los asentamientos Chachapoyas más importantes, Cuelap, está ubicado a gran altura sobre el río Utcubamba. Según cuenta el periodista e investigador de la "National Geographic", Peter Lerche: "En el microclima seco al pie de las salientes rocosas construyeron plataformas de madera o piedra; también depositaron momias en las cuevas naturales. Se han hallado momias encerradas en una cubierta de barro, piedras y hierba semejante al yeso y decorada con rostros pintados". Los arqueólogos, según recuerda Lerche, deben competir con la velocidad y voracidad de los saqueadores. La imágenes de los cuerpos encontrados por Lerche y su fotógrafo Gordon Wiltsie son impactantes. En una tumba de barro "como una caja de zapatos" fotografiaron a un ser humano detenido en el tiempo. Todavía espera el pasaje al siguiente mundo con un manto sobre su cabeza desnuda. Johan Reinhard, otro colaborador de la misma revista y sociedad científica, descubrió en el cerro Llullaillaco (Argentina) a 6,739 metros de altura – el sitio arqueológico más alto del mundo- los cuerpos de niños incas sacrificados. Ninguno de los infantes tiene señales de violencia. Al parecer fueron drogados con chicha y luego depositados en las grietas del cerro. Llevarlos hasta ese lugar, donde las temperaturas bajan a menos 37, debió ser una empresa casi imposible. El propio descubridor, Reinhard, una eminencia en el tema, se mostró sorprendido por los gestos de los pequeños, sus ropas y sus posturas. El misterio sigue en pie, incluso puesto bajo la luz de la ciencia. "Cuando examiné a la niña más pequeña, cuyo rostro y hombro calcinados se me quedaron grabados en la memoria, observé que omití en la emoción del momento en la cima. Dos trenzas enmarcaban su cara. La boca estaba ligeramente abierta dejando ver los dientes, y sus manos y pies estaban metidos en la ropa como si hubiera tenido frío". Fascinante y morboso, a la vez. A su manera, las momias ya pertenecen a un subgénero artístico –literario, cinematográfico, sobre todo- que despierta en nuestro sistema los anticuerpos de la vida. La muerte, tan palpable en las momias, tan poderosa y "viva", evidencia aun más nuestra fragilidad. Las momias nos recuerdan, como en aquella película de Bergman, "El séptimo sello", que el destino viste de negro y que, excepto él, nadie gana. Ninguna civilización ha sido inmune a este conflicto. Pensemos sino en los miles de años que tienen estos cuerpos. ¿Seguirá la pasión por los viajeros del tiempo? Todo indica que sí. En Hollywood ya están pensando en una tercera parte. No la dirigirá Stephen Sommers, sino Chuck Russell, aquel de "La máscara". Tampoco la momia será la misma. Su lugar lo ocupará un espíritu menos nostálgico que el clásico enemigo de los curiosos. El hombre que más sabe de momias "Nunca conocí una momia que no me gustara" " dice el Dr. Bob Brier, presentador del ciclo de Discovery Channel. En 1994, el Brier salió en las primeras planas de los diarios del mundo por ser la única persona en momificar a una persona moderna siguiendo los métodos de] antiguo Egipto. Trabajando con Ron Wade, director del Maryland State Anatomy Board en Estados Unidos, y utilizando instrumentos y procedimientos antiguos, Brier hizo quizás el primer intento en 2.000 años de tratar un cadáver con las mismas técnicas que preservaron a los faraones egipcios. Profesor del C.W. Post Campus de la Universidad de Long Island en Brookville, Nueva York. Programa por programa El Misterioso Mundo de las Momias Cadáveres exquisitos de la historia La Marquesa de Tai: Es una momia exquisitamente bien preservada. Murió hace más de 20 siglos, pero sus extremidades están aun flexibles y su piel es suave al tacto. En 1972 en gobierno chino excavó dos enormes entierros cerca de Changsha, la capital de la Provincia de Hunan. Una tumba allí se destacó por el lujo especial con que estaba adornada. Claudio Andrade |
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