Jueves 17 de mayo de 2001

 

Iaies quiere perdurar en su música

 

Imparable, en junio el pianista Adrián Iaies hará otra gira por el sur y estará en Neuquén capital y volverá a la cordillera, en la que brilló el año pasado durante su presentación en el Festival de los 7 Lagos. Esta vez actuará en Bariloche y San Martín de los Andes en trío. A menos de veinticuatro horas de partir a España, con las valijas aún sin hacer y un montón de cabos sueltos, Iaies sostuvo una exclusiva y extensa entrevista con "Río Negro".

  Pianista, compositor y arreglador nacido hace cuarenta y un años en Buenos Aires que compartió escenarios con Ron Carter, Stanley Jordan y los Yellowjackets, Adrián Iaies pisó el mismo tablado -en trío- que Michael Brecker, Dave Holland, Nicholas Payton, John Patitucci, Chucho Valdés y Dino Saluzzi, durante el "Festival Internacional de los 7 Lagos" en octubre pasado; en ese mismo mes, participó del "Tercer Festival Argentino-Brasileño de Jazz en New York". En noviembre, grabó un nuevo disco -el primero en Barcelona- que salió en abril bajo el título de "Tango reflections", y realizó una gira por siete ciudades catalanas. En febrero se presentó en Aspen, Colorado y, luego, en el Miami Film Festival. Imparable en junio el pianista hará otra gira por el sur y estará en Neuquén, Bariloche y San Martín de los Andes.
En su tarea musical ha desaparecido -hace rato ya- la preocupación por poner bien las notas y cursa la etapa de buscarle sentido y significado a lo que hace. "Cuando la información no está en la cabeza, sino en las manos, empezás a entender que tocar bien las notas, es sólo un medio, un instrumento y no el fin en sí mismo. En una primera parte se trata de ubicar correctamente cada sonido, con cierta y entendible preocupación de agradar a los colegas; de sonar bien y que quien escuche, sepa que estudiaste esto y aquello. Pero en un punto te desembarazás de todo eso, claro...".
- Y comienza un nuevo dilema, otro riesgo.
- El riesgo, me parece. Tocando jazz, más allá de haber tenido o no maestros y métodos, los verdaderos docentes son los discos de los clásicos. Entonces, hay un par de niveles a imitar: sonar a Miles Davis, a Bill Evans, a éste, al otro... Pero existe un segundo nivel más profundo, de aprendizaje de esos tipos, que pasa por ver qué tenían en común: la búsqueda de un sonido propio, una voz propia. Cuando lo entendiste, sabés cuál es el camino. Sonar de un modo personal, es el riesgo. Después están los vehículos.
Yo no tomé el tango de una manera consciente o estratégica, para resultar original a partir de él. Me gusta tocarlo y desde allí, traté de hacer un desarrollo. Me interesa que suene a mí. Es difícil, pero ayuda ir ganando confianza. Estoy en esto desde hace muchos años. Cuando lo que hacés llega a la gente y vibra, se emociona, tenés la primera intuición de transitar en la senda correcta y te soltás, te dejás llevar. Ya no te preocupa tanto qué vas a tocar.Y eso es muy importante, es justo el punto en el cual el público, más ayuda al artista. Es tu referencia.
- ¿Un espejo de mil cristales?
- Algo así. Si tantas personas diferentes -algunos más entendidos que otros- se emocionan ante tu versión de determinado tema, estás mostrando algo auténtico. Sucede que lo que más me gusta tocar, es lo que más agrada y sospecho que es porque estoy explayándome de un modo más claro, más auténtico, más personal. Y eso se percibe.
- ¿Mirás a la gente al tocar?
- No, nunca. Me cuesta. En general miro a los músicos, el piano, el arpa de mi piano. No al público. Tengo cierta timidez, sí...
- Te da más confianza el grupo que te sostiene, te apoya.
- No, no es ésa mi relación con ellos. Yo toco con dos músicos más que eventualmente toman la iniciativa y yo los apoyo y sostengo. Es mi trío, porque le doy la dirección y decido el repertorio, qué tocar y qué, no. De alguna manera es como mi instrumento. Pero en el escenario, en los ensayos, cuando nos juntamos, tengo una idea -muy influenciada por Evans- de que el trío de piano no es un pianista y dos que acompañan. Se lo llama así, respondiendo al instrumento preponderantemente solista, pero alguien toma la iniciativa y puedo no ser yo. Me encanta que así suceda, que me sorprenda y replicar, contestarle al bajo o a la batería. Esto da la posibilidad de que sucedan siempre cosas diferentes.
- En el camino de expresarte a través de la música, salen cosas buenas, pero también aspectos negativos que ocultás, que te atemorizan...
- Sale todo. Cuando escucho versiones mías, encuentro esas aristas. Paso de tocar algo casi naif, y de golpe meto un acorde duro. ¿Por qué? Hay como una obsesión de jugar con lo diferente. Me gustan los claroscuros, pasar de un clima a otro. Algo que el formato de sólo piano, permite plenamente. Cuando toco solo puedo jugar con los silencios. En teoría se sabe, algún maestro me lo dijo, pero hasta que no lo experimentás, no cierra: el silencio es parte de la música.
- Lo que expresás, podés leerlo porque te conocés, pero es también legible por el público?
-Creo que sí. Juego con su complicidad, la gente participa del juego. A veces me he colgado con las cuatro primeras notas de una melodía y generé otra historia con toques humorísticos, el oyente lo celebra. Si la música no me posibilita transparentarme, pierdo las esperanzas porque no hay otra cosa que me lo permita. Yo soy un tipo bastante pa"dentro. Si no me lo permite, barajemos y demos de vuelta.

Estudio, escenario y mate

"El estudio de grabación es más propicio para tocar reflexivamente. En el escenario, funcionás con otro o no, y hay momentos en que me pregunto cómo puede ser que los tres hayamos coincidido en una idea. Eso es mágico, no está arreglado ni prefijado. Si escucharas el trío en vivo hoy, las versiones de los temas no tienen nada, pero nada que ver con las de los discos. Tomás la partitura que le escribí al bajo y no se relaciona con lo que toca después... No se me ocurriría, en modo alguno, decirle que no es lo que pensé. Es la idea básica para el tema, un punto de partida, pero veamos hasta dónde llegamos.
Cualquier músico te va a decir que es muy difícil irse a dormir después de tocar. Yo no puedo. Me ha pasado, si tuve una buena noche, volver a casa y se hacen las seis de la mañana tomando mate, porque no puedo bajar.
- Después de una noche así, cómo transmitirle a tu familia el cúmulo de sensaciones que te rondan?
- Es imposible. Y además pasan cosas crueles. Un músico es alguien que marca cuatro y hasta que no se durmió, está en lo suyo. Yo no puedo parar de pensar en mi trabajo. Pero no es sólo la obsesión por trabajar que tiene cualquier tipo, es algo más. Entonces, desatendés a tu familia, claramente. Por otra parte, no hablo mucho de lo que me sucede, inclusive entre colegas. Fue una buena noche y punto. Todos saben qué ocurrió. Tengo hijos y trato de orientarlos para que sigan este camino porque es un modo de transmitirles lo que me va pasando. Es una buena vida que les recomiendo, pero no intento explicarles más nada.
- Lo que lograste, te serena, te tranquiliza?
- Estoy muy contento y orgulloso con los discos que hice. Hay proyectos en concreto que voy haciendo, pero estoy bien con lo hecho. Tengo un particular miedo a la muerte. La única vez que fui a un psicólogo, tenía cuatro años y me mandaron por ese temor. Ya hablaba de tales cosas. Y me obsesiona grabar, registrar. Un día descubrí, elaborándolo, que es como dejar documento, un registro de lo que hago: un modo de luchar contra la muerte. Digo, en menos de tres años grabé cuatro CDs, tres editados, el que está saliendo en España y el que haré en Barcelona En agosto vuelvo a grabar acá con el trío y estoy pensando otro con tal y otro más. Finalmente, terminaré haciéndolos porque trabajo así. Soy un tipo ejecutivo, pero tengo obsesión con el disco.
Nada me gusta más que tocar en vivo, más aún que grabar; es inigualable. Hay juego y esa cosa de ¡no tiene arreglo, ya lo hemos tocado! En estudio se puede regrabar. Pero dejar un documento en forma de disco, es muy fuerte. Siempre me preocupó que los músicos que más admiro de Argentina, mis héroes, han registrado poco. No echo la culpa a los músicos, Argentina es un país donde faltan productores discográficos. Productor es un tipo que te paga un café, nada más; artísticamente no hay tipos con idea de la responsabilidad histórica que les cabe. Siempre tuve la obsesión de que eso no me pase; que mis hijos a los veinte, puedan decir mi viejo hizo esto y tengan veinticinco, treinta, cuarenta compactos.

Giras

Adrián Iaies arrancó en España -donde graba su segundo disco para el sello Barcelona Ensayo- sus presentaciones en vivo en Casa de América de Madrid. De allí fue con el trío que integra con Horacio Fumero en contrabajo y Fernando Martínez en batería a Pontevedra, Galicia. Mañana tocará en los jardines de Casa de la Cultura, Lagarriga, en Barcelona y el sábado en Nova Jazz Cava de Terrassa, también en la capital catalana. Las últimas tres funciones, en formación de cuarteto, junto a Pablo Mainetti en bandoneón.
En junio volverá a la Argentina . A su regreso, Iaies realizará un tour por nuestro país, con el antes citado trío -incluyendo la visita especial de Horacio Fumero- que comienza en Neuquén, el 8; al día siguiente tocan en Bariloche; el 10 en San Martin de los Andes, el 14 y 15 en el Club del Vino de Buenos Aires; y cierran el 16 de junio en Rosario.

Eduardo Rouillet

   
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación