Santiago Feliú cantó para una Argentina triste
El cantautor cubano Santiago Feliú confió a este diario que en esta última visita encontró al país "más triste". Opinó que "es raro" que uno no pueda "elegir mejor a sus gobernantes".
El cantautor cubano, que mostró su trova el domingo en el Aula Magna de esta ciudad conversó con "Río Negro" sobre la realidad del país, sobre su Cuba natal y la música hoy.
-¿Cómo ves la trova que se hace actualmente?
-Este arte empezó en el siglo antepasado, los trovadores en aquellos años le cantaban al amor, la patria y a las guerras independentistas y después de la revolución aparece la nueva trova, que es la que nace en la Nueva Cuba, la cuba revolucionaria, la del "59 y aparecen Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, entre otros, Noel Nicola, Vicente,mi hermano y después de eso vengo yo, Carlos Varela y otros más y queremos hacer la recontra nueva trova. Después sigue la otra generación, más virada a la canción únicamente amorosa, que no habla tanto del compromiso social...
Ideológicamente tal vez haya un aburrimiento, además de que la canción social es de coyuntura, coyuntural y muchas envejecen rápido...
-¿Porqué creés que sigue vigente tu receta?
-Yo lo hago bien y soy un trovador que cuenta lo que pasa, lo que no pasa, lo que invento, lo que siento y me preocupo siempre en lo musical y en lo poético, de renovarme, de hacerla más rebuscada, más inteligente, o más interesante, aunque no sea eso lo que me lleve a la popularidad, pero sí a un público muy exigente y muy chévere y estoy contento, con esto. No tengo drama si gano más o menos, pero si le gusta a más de diez está bien.
-¿En lo musical, a qué atribuís fenómenos como el que generó recientemente Buena Vista Social Club?
- A tanto ruido, a tanta música facilista. La gente está intentando o necesita regresar a lo auténtico. Y a pesar de que esos músicos hace tantos años están en Cuba, recién ahora es como que descubren el son y esas músicas. En todo caso es bárbaro que pase eso. En Cuba igualmente, ahora el son es más rebuscado y agresivo...
-En tu canción hay una visión nostálgica de Cuba. ¿Cómo la ves hoy?
-Ahí estamos (piensa).....hay apetito, pero no precisamente hambre. Pocos recursos, pero sí amanece y los niños estudian y van a la escuela todos. Los hospitales están ahí y también los transplantes gratis, eso puede parecer romántico, pero es una realidad muy objetiva y hay mucha música y hay movida y sobre todo en comparación con Latinoamérica, somos distintos...
En general lo que pasa es lo mismo en toda Latinoamérica: las democracias de cuarta y el robo y el circo. En cambio en mi país la gente, el gobierno es serio, los políticos son gente seria, nunca oyes una historia de corrupción, de este tipo de cosas. Y si la revolución existe es por el pueblo cubano, que históricamente es muy antiimperialista y si Fidel no le gustara a los cubanos, lo hubieran echado...
-¿Cómo encontraste la Argentina?
-La encuentro más triste, el país está más jodido. Es tan raro... un país de gente inteligente, de un humor tan neuronal, de gente inteligente, tan chévere y donde hay unos recursos increíbles. ¿Porque no eligen un mejor gobierno?
Entre la trova y la nostalgia
NEUQUEN.- La excusa era presentar los temas de su última producción "Futuro inmediato", pero el encuentro devino en una cita con la nostalgia y en un repaso de aquellas canciones entrañables que tiene su trova cubana.
Porque la mochila de Santiago Feliú se compone de canciones sencillas, sin grandilocuencias ni grandes estridencias, pero de esas que llegan en el momento justo y producen el efecto adecuado. Canciones de amor y de militancia, con poesías para los desangelados, los desposeídos y los que todavía creen en las utopías.
Y de eso se trató esta vez. Ante un auditorio donde se podía ver desde parejas de adolescentes, hombres y mujeres de mediana edad y hasta bebés, el trovador cubano desgranó el domingo en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue su música y poesía en un encuentro cargado de emociones.
A lo largo de más de dos horas, un Feliú verborrágico como nunca y compinche sedujo con sus confesiones, anécdotas e historias sobre las letras que lo tienen por autor.
Pasadas las 21.45, el músico subió al escenario acompañado por Elmer Ferrer en guitarra para interpretar temas como "Vida", "Mi mujer está muy sensible", "Sedante", "Buscame", "Razones para despertarse temprano" y "La ilusión", donde le cantó al amor y a su Cuba natal desde su música "antifogón", como el mismo la llama.
Luego vendría su costado irónico sobre el amor con canciones como "Sin Julieta" ("sobre la soledad aprovechada, para no esperar que sea el amor el que resuelve la soledad"), "Iceberg" ("donde se habla de lo desamorado")- o "Beso"("que no es de esas canciones tontas y halagadoras").
También estuvieron presentes los autores de la trova tradicional "que son viejos que tocan en el Madison, tienen como ochenta y van a cumplir como ochenta más", con canciones como "Las miradas" y "Creció una flor", cantadas a modo de homenaje "a esa trova más sencilla y más tradicional que la aplauden más que a la mía".
Y otras de su particular inventiva como "Mickey y Mallory" donde le canta a los protagonistas de la película "Asesinos por naturaleza" o una épica "dedicada a las madres de Plaza de Mayo" como la "Declaración de principios" del subcomandante Marcos.
Para los bises, un Feliú sumamente inspirado se luciría con temas como "Madre" o "Qué tiemble la injusticia" con los que llegaría la despedida, punto en el que el cantautor aconsejó que "ayudemos a los chacareros para que no los jodan tanto", para luego saludar con un cálido "hasta la próxima y muchas gracias". (AN).
Milena Delgado
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