Lunes 14 de mayo de 2001

 

"Pretender más ventas hubiese sido absurdo"

 

La Feria del Libro fue un éxito de público, aunque se vendió menos que el año pasado.

  Buenos Aires (ABA).- Menos ventas, más convocatoria, balance positivo. Tal es la primera conclusión a la que arribaron los organizadores de la 27 Feria Internacional del Libro luego de dos semanas de trabajo intenso.
Es que el lunes de la semana pasada, cuando la mega exposición cultural tuvo su punto final, llegó también el momento de reflexionar sobre la labor desempeñada este año.
Y, sin dudarlo ni un instante, las autoridades respondieron que esta edición de la feria fue un verdadero éxito.
No los hizo cambiar de opinión el hecho de que las ventas de ejemplares hayan caído entre un 15 y un 20 por ciento en comparación con el último año (según informaron las editoriales). Tampoco los afectó que algunas de las visitas estelares que esperaban -Ray Bradbury y Paulo Coelho- cancelaran su presentación a último momento, luego de meses de compromiso.
Pero, ¿qué es entonces lo que los hace pensar que fue un éxito? La respuesta es sencilla, pero efectiva: Los chicos de colegios carecientes que por primera vez en sus vidas tuvieron un libro en sus manos. Los adultos que luego de años de ausencia de la feria volvieron. Los adolescentes que se deslizaban en grupo por los pasillos de la Rural, en permanente contacto con la cultura.
En conclusión, la satisfacción de los organizadores radica en que la convocatoria fue un 30 por ciento superior a la última feria -donde, según las cifras oficiales, hubo 1.100.000 personas-, y en que tal fenómeno de popularidad, que fue la consecuencia directa de la gratuidad de la entrada de lunes a viernes, posibilitó que sectores sociales que habitualmente no parecen demostrar interés por los libros tomaran contacto con el fabuloso universo de la lectura.
En una entrevista exclusiva para "Río Negro", Marta Díaz, directora de la Fundación El Libro y principal referente de la organización, destacó logros e interpretó los motivos del descenso de las ventas.
-¿La caída de la venta de libros en un 20 por ciento habla mal de la feria?
- No, en absoluto. Hay que entender que estamos en un país que es distinto al del año pasado. Pretender que se tenga más ventas que en el año pasado es absurdo. Además, depende de los libros y de las ofertas. Evidentemente una editorial que vende libros de arte o de ciencia, que son caros en promedio, puede no tener un buen resultado en este momento, pero eso responde al poder adquisitivo de la gente. No hay que decir "qué pasa con la feria que se vendió menos". Se vendió menos porque se están cerrando librerías, porque en todo el país la industria no está bien. Pretender hablar de una feria exitosa y brillante en ventas es pensar que nos hemos trasladado a otro país.
-¿Qué balance hace de la feria?
- El balance es absolutamente positivo, porque el objetivo de la feria no es la venta directa de ejemplares. Es la promoción del libro y el aumento de los hábitos de la lectura. Y este año, eso se cumplió mejor que nunca. Con la entrada gratuita se logró un aumento del 30 por ciento en términos de convocatoria. Y esto hizo posible el acercamiento de gente que habitualmente no viene a la feria, que aunque no haya comprado libros, el sólo acercamiento ya es una semilla que se planta y que puede fructificar. Es la posibilidad de haber dado el primer contacto con el libro para mucha gente que nunca, pero jamás, ha tenido un libro en sus manos. Y eso es lo más importante.
-¿Es apresurado pensar que se ha vendido menos porque la lectura está en crisis?
-Yo creo que en su mayor parte la caída de las ventas responde a factores económicos. Sabemos que la crisis de la lectura es mundial. Pero el objeto libro no va a desaparecer por más de que existan otras nuevas tecnologías. El interés por la lectura existe. Basta con recorrer la feria para encontrarse con chicos mirando libros y algunos comprándolos.
Además, la feria siempre ha tenido un efecto residual. Lo que no se compra durante la feria, se compra después en las librerías.
-El lema de la feria era el placer de la lectura ¿considera que los visitantes se llevaron esa impresión?
-Yo creo que sí. Estamos en condiciones de asegurar que se dieron todos los medios para poder acercar a la gente a descubrir el placer de la lectura. Todas las actividades estuvieron organizadas en torno de ese fin.
-¿El momento que más recuerda?
- La visita de Muhammad Yunus, el economista de Bangladesh, que tuvo una concurrencia descomunal. Fue muy atractivo en su propuesta y con su magnetismo como persona, que llamó la atención de todos. También, indudablemente un espectáculo de mucha jerarquía fue el show de Maximiliano Guerra.
-¿El momento que prefiere no recordar?
- No voy a negar que hubo algunos, pero no pretenda que se los diga. La verdad es que no estaría bien de mi parte.
Lucas Colonna
   
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