Sábado 12 de mayo de 2001

 

El día de "Apocalypse Now" en Cannes

 

Con más minutos y brindando la visión final del director, "Apocalypse Now" y Francis Ford Coppola se "robaron" la tercera jornada del Festival Internacional de Cine de Cannes.

  CANNES, (ANSA) - Veintidós años después del triunfal estreno mundial de "Apocalypse Now", Francis Ford Coppola volvió al Festival de Cannes que lo premió con la Palma de oro en 1979 con una copia nueva de su película a la que agregó 53 minutos, incluyendo dos largas secuencias inéditas que completan el mensaje del filme.
Igual que en 1979 Coppola monopolizó la tercera jornada y dejó las migajas de atención periodística a un filme iraní, "Safar e Ghandehar" (Camino a Kandahar) de Mohsen Makhmalbaf que describe con rabia y coraje la condición femenina en el Afganistán dominado por la barbarie talibán.
Sin dudas fue emocionante rever un clásico del cine como "Apocalypse Now" en el mismo festival que lo vio nacer (entre una y otra presentación sólo cambió el edificio del Palais, ahora ocupado por el Noga Hotel) y con algunas secuencias inéditas que, sin agregar nada esencial, completan el punto de vista del director.
Las dos principales secuencias muestran, una, a las conejitas de Playboy obligadas a prostituirse para conseguir la nafta que les permita huir del infierno vietnamita y la otra, más importante, a una familia de colonos franceses que se empecina en conservar la plantación legada por sus mayores y cuya ceguera histórica y obcecado egoísmo es igual a los de los generales norteamericanos empecinados en continuar una guerra perdida.
Pero ninguna agrega algo esencial a una obra visionaria que dejó su marca en la historia de cine y cuyo interés y temática no han envejecido en todos estos años.
Y la frase final de Kurtz, "¡Qué horror! ¡Qué horror!", sigue obsesionando la mente del espectador, así como sigue subyugando igual que hace 22 años el ataque de helicópteros con la música de la "Cabalgata de las Valquirias" de Wagner o la jungla en llamas con la música de "The end" por los Doors.
La novedad en Cannes, empero, fue "Camino a Kandahar" con la que Makhmalbaf cumple con un deber humano y político al mismo tiempo: denunciar el oscurantismo de los talibanes que matan de hambre a su pueblo y roban imagen e identidad a sus mujeres.
Para Makhmalbaf, las estatuas de Buda afganas no fueron destruidas por los talibanes sino que se desmoronaron solas por la vergüenza de no haber podido librar a su pueblo de sus sufrimientos ni haber convencido a occidente para que lo ayudara.
Contando la historia (verdadera) de una periodista afgana refugiada en Canadá que vuelve a su país para tratar de salvar a su hermana que le ha comunicado su decisión de suicidarse el día del último eclipse del milenio, Makhmalbaf describe en una serie de episodios. Como fondo de todo está el drama de un pueblo sin derechos humanos ni cívicos que vive a la merced de una minoría religiosa integrista que lo mata de hambre, falta de medicamentos, y lo humilla con reglas religiosas inhumanas.

Los críticos le dan la bienvenida a Lisandro Alonso y "La libertad"

Cannes, Francia - El director argentino Lisandro Alonso, que el jueves presentó en la sección "Un certain regard" su película "La Libertad", dijo ayer que "es el espectador quien tiene que terminar la cinta".
"La libertad" fue aplaudida tras su proyección. Se trata de una película insólita y simple que, según afirmo su realizador, fue terminada en nueve días.
La cámara sigue obsesivamente, durante todo un día, a un leñador que trabaja en un campo argentino. El argumento prácticamente no existe y únicamente se escuchan algunas frases a lo largo de la cinta.
Se trata de un filme experimental que recuerda a los que dieron origen al cine: la pura imagen y el desarrollo cronológico de una situación.
El director explicó que veía seguido al protagonista trabajando en el campo."Y me parecía que su forma de vida aislada reflejaba cómo puede sentirse una persona en la ciudad".
"No es un actor profesional, es un hombre que trabaja con el hacha, que tala árboles, y nunca había ido al cine ni visto la televisión. Para escribir el guión observé su vida y marque los distintos momentos de su rutina diaria".
"Me gusta la idea de que el espectador pueda salirse de la película sin dejar de verla -añadió-, que tenga el tiempo para hacer eso, tomarse a si mismo como referencia y después, volver. Irse, pensar, volver y repensar qué hace este hachero mientras a uno le parece que no está pasando nada".
"Yo pienso -siguió- que la película tiene que terminarla el espectador: si no logra insertarse, no llega a descifrar cosas, acciones, movimientos, formas de pensar el mundo, no llega a ser una película. Lo es, en cambio, cuando el que la ve se mete dentro e intenta interrelacionarse".
"Elegí no mostrar hechos extraordinarios. Uno vive la mitad de su vida en una rutina que nadie nota. Quise registrar esos momentos mínimos para que al verlos uno pueda pensar qué está haciendo con su propia vida".
La cinta está protagonizada por Misael Saavedra y sus productores son Hugo Alonso, padre del realizador, Hernán Musaluppi y los directores Martín Rejtman y Pablo Trapero.
(EFE)
   
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