Miércoles 9 de mayo de 2001

 

Barenboim, enfrentado al tabú antiwagneriano

 

El reconocido director argentino se propone romper con un tabú e interpretar en Jerusalén "La Walkiria" de Wagner. A pesar del rechazo de algunos sectores, Barenboim asegura que las obras maestras del compositor no son antisemitas.

  BERLIN (EFE).- El director Daniel Barenboim se propone romper un tabú e interpretar en Jerusalén "La Walkiria" de Richard Wagner con la orquesta de la Staatsoper berlinesa, por encima de las connotaciones que despierta en los supervivientes del Holocausto la música del compositor preferido de Hitler.
El director argentino-israelí reconoce que la música de Wagner provoca aún "terribles asociaciones" de ideas entre los 350.000 víctimas del nazismo que viven en Israel o los familiares de los millones de judíos asesinados por el Tercer Reich.
Barenboim asegura que su intención no es "herir los sentimientos" de esas personas, a las que expresa su "máximo respeto". Las composiciones de Wagner eran el acompañamiento musical para los confinados en los campos de concentración antes de morir en las cámaras de gas.
Sin embargo, considera que existe un "derecho democrático" a elegir si se asiste o no a una audición de ese autor, también en Israel, explicó ayer en la presentación de la próxima temporada de la Staatsoper de Berlín.
"Mantener el tabú significa perpetuar la instrumentalización ideológica que hizo el nazismo de su obra", afirma el director. Por ello, Barenboim se propone interpretar el próximo julio, en el festival de verano de Jerusalén, el primer acto de "La Walkiria" con la Staatskapelle, la orquesta de ópera que dirige desde 1992.
La incorporación en el programa de esa pieza ha levantado las protestas del Centro Simon Wiesenthal, el célebre caza nazis, que ha interpuesto una demanda judicial contra el concierto.
Asimismo, una asociación de supervivientes del Holocausto ha solicitado la cancelación del concierto ante el Tribunal Supremo de Israel, mientras que el Parlamento israelí ha instado a que se suspenda.
Pero Barenboim argumenta que aunque Wagner fue un virulento antisemita sus óperas no lo son, y por ello estas obras maestras deben dejar de ser un tabú en Israel.
Durante décadas, la música de este compositor estuvo vetada en ese país. Recientemente empezó a romperse el veto, con la transmisión de obras wagnerianas en emisoras de música clásica y la interpretación en directo de "Sigfrido", el pasado año.
Sin embargo, que la interpretación corra a cargo precisamente de una orquesta alemana es considerado una provocación. "Si el problema soy yo, que dirija el concierto otro, pero creo que el repertorio debe mantenerse", argumenta Barenboim, en alusión a que su origen israelí podría herir aún más algunos sentimientos.
Barenboim recuerda que hace aproximadamente una década ya intentó interpretar a Wagner en Israel, pero su actuación se vio bloqueada por manifestantes contrarios al concierto.
"El panorama de estas pancartas, todas iguales y con la inscripción "no queremos a Wagner", me recordó a las manifestaciones espontáneas convocadas por dudosos regímenes", dijo.
La controversia entorno a la actuación en Jerusalén acaparó la atención de la presentación de la temporada 2001-2002 y eclipsó lo que en los últimos tiempos han sido los "habituales" temas polémicos en torno a Barenboim, como la renovación de su contrato por la Staatsoper, que expira el próximo año.
   
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