Miércoles 9 de mayo de 2001

 

Francella, un clásico sutil

 

"Poné Francella", es el nuevo programa del conocido actor cómico.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La renovada propuesta de Guillermo Francella está centrada, como casi todos sus ciclos, en su capacidad de transmitir doble sentidos y mensajes cómplices con gestos.
Las cámaras no desaprovechan oportunidad de captar su rostro rico en matices. "Poné a Francella" es emitido los miércoles a las 21 por Telefé.
Los sketches humorísticos son enlazados con las coreografías creadas por Daniel Fernández en las que el actor incursiona con algunos pasos de baile.
El elenco que lo acompaña está integrado por Gabriel Goity, Carmen Vallejo, Florencia Peña, Roberto Carnaghi, Alberto Fernández de Rosa (director de los actores), Mariana Briski, Toti Ciliberto y la modelo Julieta Prandi. La dirección es de Víctor Stella.
La expresividad del actor encuentra eco en el solvente equipo, capaz de improvisar una respuesta a sus inesperadas aunque cuidadosamente medidas acciones.
Sin caer en el mal gusto las insinuaciones -y no tanto- que el padre de familia hace a la candorosa y aparentemente inocente amiguita (Julieta Prandi) resultan graciosas aunque predecibles.
La joven incursiona en la actuación con este papel que encarna con solvencia y el humor de cada uno de los diálogos parece descansar por momentos exclusivamente en los guiños cómplices que el actor hace al televidente.
El cliente acosador de la sastrería, el masajista que disfruta de cada una de las sesiones con seleccionadas señoritas y la reunión de amigos en el sauna suelen no tener desperdicios. A pesar de su estructura fija, cada miércoles son agregados ingredientes novedosos con los que el espectador disfruta de un buen momento.
Aunque éste podría ser considerado un punto en contra, la previsibilidad también tiene importancia a la hora de establecer un nexo con el televidente.
Si bien resulta difícil delinear un límite preciso entre la picardía y la grosería, hasta el momento el programa parece mantenerse acotado a aquella.
Quizá sea la reunión en el sauna la que permite mayor lucimiento del actor que pasó de la telecomedia al programa cómico. Allí sus compañeros sólo dan pie para que continúe con el relato de alguna historia que en la mayoría de los casos es tan rica en detalles que desde atrás de cámara le piden que redondee para acercarse al final. El propio Francella se encarga de hacérselo saber al espectador.
Liviano de contenido, "Poné a Francella" encuentra en su protagonista la riqueza expresiva y gracia capaces de sustentar el proyecto.
   
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