Miércoles 25 de abril de 2001

 

Confirman negligencias en la tragedia del Tronador

 

Peritos dicen que el accidente pudo haberse evitado.

  SAN CARLOS DE BARILO-CHE (AB).- Los cuatro peritos designados por la justicia federal para evaluar el accidente de montaña en el cual murieron 6 militares coincidieron en que la cordada que se accidentó cometió todo tipo de imprudencias. También afirmaron que el Ejercito debería revisar sus metodologías de instrucción en la montaña.
Al cumplirse 2 meses de la tragedia, el juzgado federal local informó que los peritos Sebastián de la Cruz, Máximo Schneider, Nicolás Benedetti y Ricardo Bustos redactaron un informe común, lo cual indica que coincidieron en un todo con respecto al peritaje que se les encomendó.
De la Cruz, Schneider y Benedetti son expertos guías de montaña e instructores nacionales de escalada de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM) y el teniente coronel Bustos es instructor militar de esquí y andinismo condecorado con el cóndor dorado, la máxima distinción militar en montaña.
La causa fue caratulada "Gómez Luis María y otros sobre averiguación de homicidio y lesiones" y giró en torno a los artículos 84 y 94 del código penal. El primero de ellos estipula que "será reprimido con prisión de 6 meses a 5 años e inhabilitación especial, en su caso, por 5 a 10 años el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, causare a otro la muerte".
En el inicio del extenso informe los peritos señalan que a su criterio el accidente ocurrido en el cerro Tronador el día 22 de febrero, hacia las 9.30, pudo haberse evitado. Consideran que lo realizado por la cordada accidentada no se corresponde con las reglas de prudencia en montaña y asimismo critican el desplazamiento general del curso en la parte alta del pico Argentino. "Existieron conductas contrarias a las reglas elementales de prudencia y técnica", afirmaron.
El informe confirma lo publicado oportunamente por "Río Negro" y confirmado por Toni Rodríguez, un andinista neuquino que fue testigo de la tragedia. En la parte alta de la montaña, donde la inclinación de la pendiente supera los 40 grados, había instaladas dos sogas fijas, a las cuales debían asegurarse las cordadas tanto en el ascenso como en el descenso.
La cordada accidentada descendió alejada de la soga fija (que estaba ocupada por una cordada de inexpertos seminaristas, ajenos al curso) y la caída de un integrante (que los peritos indican fue el último en la linea de descenso) arrastro a todo el grupo.
Los expertos revisaron los dos cuerpos que tiene la causa y constataron que en la cumbre se cometieron muchos errores y que la mayoría de los militares que ascendieron y descendieron por las cuerdas fijas no se aseguraron correctamente. "Muchos sólo se tomaban con las manos de la soga fija", detallaron.
El informe rescata los testimonios de los principales testigos del hecho y asimismo hace referencia al libro "Seguridad y riesgo, análisis y prevención de accidentes de escalada", de Pil Schubert, publicado en español por editorial Desnivel.
El informe indica que el jefe y el encargado del curso se encontraban en el momento del accidente en la cima de la montaña, desde donde no pudieron ver lo que estaba aconteciendo en el sector de sogas fijas.

Hay que actualizar los manuales militares

Tal vez la conclusión más importante de los peritos es que recomiendan al Ejército que revea y actualice sus manuales para cursos en montaña. Contrariamente a lo que aseguraron el general Ricardo Brinzoni, jefe del Ejército, y el coronel Héctor Desmarás, a cargo de la escuela militar de montaña local, hay varias cosas para mejorar en los cursos que se dictan en la zona del Tronador y cerro Catedral.
Además de objetar la técnica empleada en al ascenso y descenso por el último tramo del pico Argentino, el sector más difícil de toda el ascenso, los peritos indicaron que "no había ningún instructor en el punto de unión de las cuerdas fijas, lugar en donde se unían la cuerda de bajada con la de subida. Por las maniobras que se efectuaban, esto era lo aconsejable".
En un párrafo de opinión personal, el teniente coronel Bustos expresó que "la falla no pasa por el número de los que participan, sino que pasa por no respetar estos las reglas y las normas vigentes que regulan la actividad".
Con ello corrobora de que él sólo hecho de ir 8 personas encordadas no implica que halla un accidente, pero lo potencia. Si la cordada habría sido de 12 personas la tragedia sería mayor y si sólo habría sido de 3, sería muy inferior.
Hace varios años que los militares dejaron de usar los pesados borceguíes y las mochilas de lona. Actualmente emplean botas plásticas y mochilas tubulares de cordura. Asimismo, utilizan arneses de escalada y rapelean con descensores tipo "ocho". Para ello actualizaron sus manuales. Los expertos indicaron que se deberían suprimir las cordadas "cien pies" y otros procedimientos considerados arcaicos.
   
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