Lunes 30 de abril de 2001
 

Dos embalses de las hidroeléctricas alcanzaron el nivel de alerta

 

Cerros Colorados y Piedra están en el límite permitido por la AIC.Siete diques acumulan 70.000 millones de metros cúbicos.Ese volumen de agua llena 70.000 veces el Empire State Building.

  NEUQUEN (AN).- Lo que sobra en la región es agua y lo que verdaderamente no abunda es información sobre qué es lo que se debe hacer frente a una emergencia.
El 7 de abril último ocurrió un hecho grave sobre el río Neuquén y hoy dos de los siete embalses más importantes de la región alcanzaron el nivel de alerta que establece la Autoridad Interjurisdiccional de Cuenca (AIC), el organismo que controla el uso de los ríos. Las empresas que manejan estas centrales hidroeléctricas -Cerros Colorados y Piedra del Aguila- están obligadas a reducir progresivamente los caudales. Y lo están haciendo. Pero el manejo de información sobre este delicado asunto es algo que las autoridades deberían compartir con mayor frecuencia.
Arriba de las ciudades que se encuentran ubicadas aguas abajo de las presas, en las que viven bastante más de medio millón de personas, se acumula una cantidad de líquido que puede llenar hasta 10 metros de altura una pileta enorme, un estanque que nadie se atrevería a construir porque ocuparía 700.000 hectáreas de superficie .
En los embalses artificiales que fueron construidos sobre los ríos Neuquén y Limay están contenidos 70 mil millones de metros cúbicos de agua, según datos obtenidos de la AIC.
Este es un volumen que puede dejar bajo diez metros de profundidad a ciudades del tamaño de Neuquén, no una sino 70 veces. O cubrir bajo 700 metros de profundidad a la capital provincial.
Con esta cantidad de agua, el Empire State Building, el tradicional edificio de la ciudad de Nueva York, inaugurado en la década del 30 del siglo pasado, se puede llenar 70.000 veces. Esta construcción tiene un volumen real de 1.000.0000 de metros cúbicos.

Gas en vez de agua

El agua contenida en los embalses de Alicura, Piedra del Aguila, El Chocón, Arroyito, Los Barreales, Mari Menuco y El Chañar es equivalente al 20 por ciento de las reservas comprobadas de gas que tiene esta provincia, la que lidera en esta materia con 350 mil millones de metros cúbicos.
Más de la mitad del total del volumen de agua se encuentra en lagos los artificiales que se alimentan desde el río Neuquén.
Los lagos y sus respectivos diques fueron construidos por la ex empresa Hidronor para generar energía. Los embalses han ayudado a regular los caudales de los ríos, pero desde que se privatizó la empresa madre y se dividió en unidades de negocio, el Estado controla desde afuera a empresas privadas que pueden caer en la tentación de administrar el agua, su materia prima, con el reloj del mercado y mirando el bolsillo.
La tarea de custodiar la seguridad de las presas y el uso del agua está en manos de dos entidades que fueron creadas tras la privatización de las centrales hidroeléctricas. La Orsep, Organismo Regional de Seguridad de Presas, se encarga de vigilar puertas adentro de las hidroeléctricas y la AIC entiende en asuntos relacionados al uso del agua. Ambos tienen una misión delicada y su capacidad de reacción ha sido puesta a prueba con el incidente ocurrido en Cerros Colorados.
El informe hidrometeorológico de la AIC correspondiente a marzo, el último disponible, describe una situación delicada en dos de los siete embalses. Los Barreales, un dique ubicado sobre el río Neuquén, y Piedra del Aguila, sobre el Limay, alcanzaron el nivel límite, el que la AIC define con la palabra alerta. Los Barreales, el embalse de la central Cerros Colorados, llegó a esa frontera que no debe cruzar a mediados de febrero y desde entonces viene acompañando la curva descendente. Y Piedra del Aguila llegó a ese punto extremo en marzo último. Las dos empresas que se hicieron cargo de estas generadoras están obligadas a reducir la cantidad de agua (ver gráficos).
El episodio ocurrido el 7 de abril con la compuerta número uno del dique compensador El Chañar, el que regula la cantidad de agua que eroga Cerros Colorados al generar energía, es una prueba de que todo se encuentra bajo control hasta que se produce una falla. Y así como hoy se sabe que los errores existen, también se conoce que las autoridades están lejos de manejar un aceitado sistema de defensa civil.

Hubo pocos castigos en ocho años

NEUQUEN (AN).- La lista de multas y llamados de atención de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuenca (AIC) a las empresas que operan las centrales hidroeléctricas no es muy extensa.
Desde 1993, año en que se privatizó Hidronor, a la fecha, este organismo que controla el uso del agua de los ríos resolvió multas y sanciones en 12 oportunidades, pero no todas se aplicaron.
Más de la mitad de los retos -siete casos- los recibió Hidroeléctrica Cerros Colorados, la empresa que protagonizó el incidente del 7 de abril último con la apertura intempestiva de una compuerta del dique compensador de El Chañar.
En el cuadro estadístico de los llamados de atención le siguen Hidroeléctrica Pichi Picún Leufú -dos casos-, mientras que Piedra del Aguila, Alicura y El Chocón fueron sancionadas sólo una vez.
De la docena de sanciones dispuestas por la AIC sólo dos fueron cumplidas, una se encuentra en etapa de cumplimiento, otra fue desobedecida y en otro caso sólo existió notificación. La secretaria de Energía desestimó otras dos sanciones y no resolvió sobre otras cuatro, algunas de antigua data.
De las 12 multas, dos se resolvieron en el 94, otras dos en el 95, tres en el 96, igual número en el 99, una en el 2000 y la última en el 2001.
La opinión de la secretaría de Energía es muy importante cuando se plantean diferencias porque en el procedimiento de los castigos esta dependencia tiene la última palabra: La AIC puede resolver multas pero la cartera de Energía, en su caracter de poder concedente, confirma o desestima la decisión.
Las sanciones dispuestas por la AIC representan pagos de multas que suman 851.600 pesos, pero las efectivamente cumplidas apenas llegan a los 40.000 pesos. Esta sanción fue aplicada a Piedra del Aguila por la salida de servicio de la central. Y no pagó en dinero sino mediante la siembra de alevinos.
El resto de las penas impuestas fueron desestimadas o están pendientes de resolución, según datos que este diario obtuvo en la AIC.
Las sanciones se originaron por la transgresión de los caudales máximos, por no realizar obras que estaban comprometidas y hasta por provocar enfermedades a las truchas.

Una crecida que pudo haber terminado mal

NEUQUEN (AN).- El chamamé no echó raíces en la región de casualidad. Motivos de inspiración para poetas y músicos no faltan. Los ríos aquí son bellos y rápidos, abundan los pescadores y de tanto en tanto sorprende alguna que otra crecida, como la ocurrida el sábado 7 de abril cuando una compuerta de un dique se abrió completamente y arrastró, aguas abajo del río Neuquén, a los chanchos de un chiquero, animales que fueron divisados por testigos en peligro, entre ellos un chico de 12 años que andaba con su caña a cuesta y por poco no se ahoga.
Para completar el cuadro litoraleño la verdad es que hace falta una buena "verdulera", un clima más cercano al tropical, frondosa vegetación y un jangadero remando por el río Paraná.
Dicen que ese sábado un "error humano" casi provoca un desastre. Pudo haber sido un descuido, o tal vez otra razón que hasta aquí se ignora. Hasta circula la versión de que la empresa enfrentó un sabotaje.
Lo cierto es que la apertura no programada de una de las ocho compuertas del dique compensador de El Chañar durante tres horas derivó en una gran crecida en el río Neuquén. En minutos, el caudal pasó de 270 metros cúbicos por segundo a 520. El susto de un pequeño pescador junto a otros dos hombres que lo acompañaban es prueba de lo ocurrido.
En cualquier caso -error humano, sabotaje o lo que fuera- lo grave del asunto es que la compuerta permaneció abierta, la alarma sonó en Cerros Colorados y los operadores no informaron de lo sucedido en forma inmediata.
Por este motivo, la AIC le aplicó a Hidroeléctrica Cerros Colorados, administrada por la empresa norteamericana Duke Energy, una multa cercana a los 400.000 pesos . La Orsep resolvió una sanción idéntica. Las dos multas las debe confirmar la secretaría de Energía de la Nación, aunque el historial no la beneficia. De la docena de sanciones aplicadas muy pocas llegaron al final y el dinero recaudado por este concepto es poco (ver nota aparte).

   
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