Miércoles 18 de abril de 2001

 

Rosso también quiere el sillón de gobernador

 

Si gana la interna para senador nacional por el PJ, Rosso buscará la gobernación en el 2003. Ayer llegó a Roca, donde inauguró su centro de operaciones para la interna de mayo. Se distanció del apoyo insinuado por Ruckauf a Carlos Soria como candidato a mandatario.

  Truco y retruco en la interna del PJ rionegrino.
El domingo, Miguel Pichetto, precandidato a senador nacional, dijo que el logro de esa banca es un mero paso rumbo a una aspiración mayor: ser gobernador en el 2003.
Rápido de reflejos, su rival más duro en la interna para senador -Eduardo Rosso- se le cruzó ayer en el camino: "Yo también quiero ser gobernador", respondió.
Así, algo es evidente: los dos precandidatos están dispuestos a dejar mucho más que una luz sobre la mesa.
Rosso sabe que Nicolás Maquiavelo estampó una frase que explica su ansiedad por gobernar la provincia: "Cuando una guerra es inminente hay que declararla".
-¿Usted está pensando en estos términos en función del 2003?
-Sí, por supuesto... decir otra cosa sería mentir. No en términos de guerra, sí de luchar por el poder -dijo mientras giraba su cabeza hacia ambos lados para certificar el consentimiento de su compañero de fórmula, Rubén Crespo, precandidato a diputado nacional. En esos movimientos de cabeza se expresaba búsqueda de consentimiento a lo dicho. Quizá Rosso, en décimas de segundo, percibió que se había apresurado. Pero la apuesta estaba formulada, no pudo volver atrás.
En ese clima se desarrolló ayer la inauguración en Roca del local de campaña de la lista Azul y Blanca del PJ rionegrino que postula a Rosso para senador nacional y a Crespo.
Es conocido que el perfil del precandidato viedmense es bajo a la hora de las definiciones, que no admiten mucho margen de maniobra. Siempre con lo justo.
-¿Qué compromiso tiene con el diputado Carlos Soria después de que Ruckauf manifestara que lo ve a éste como un posible hombre a integrar el gabinete nacional en el 2003? -le preguntó este diario.
-Yo no tengo ningún compromiso con las opiniones de Ruckauf. Son pensamientos que forman parte de su ideario.
Dentro de este marco, el precandidato también rescató la nacionalización de la campaña que está llevando adelante su línea interna, algo que su adversario más duro en la carrera por la senaduría -Miguel Pichetto- cuestiona. "Nosotros somos un movimiento nacional y como tal es natural que existan apoyos y referencias, como los que me brinda el gobernador Ruckauf", expresó.
El pacto por un "juego limpio y transparencia" tampoco puso incómodo al precandidato a senador. La propuesta de la lista Blanca -justicialistas alineados bajo el ala del gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner- tiene como propósito limitar los gastos de la campaña y darlos a conocer; detallar una declaración de bienes y listar los asesores de los bloques y la abstención de firmar cheques en campaña a los precandidatos que integren el Consejo Provincial del PJ.
-Yo voy a firmar ese pacto -aseguró Rosso
Luego, evitar lo inevitable: el internismo. Durante toda la reunión Rosso se llamó a no lidiar con los compañeros de interna. "Uno de los sentidos de esta marcha es justamente no condenar al que piensa distinto. Tenemos que recuperar a los compañeros que se nos fueron. En Río Negro, el PJ siempre tuvo un problema: la interna. Por su dureza y agresividad, siempre sembramos desconfianza hacia afuera del partido. Esa beligerancia debe terminar de una vez", reflexionó Rosso y acotó:
-Gano yo, que nadie dude...

Carga de Soria contra su ex socio Pichetto

No hay política sin levantar polvareda.
Seguro de sí, el domingo el precandidato a senador nacional por le PJ rionegrino Miguel Pichetto dijo que la elección interna del 20 de mayo es un "trámite formal y de resolución rápida, pues no me cabe duda de mi seguro triunfo".
Y claro, tanto convencimiento generó reacciones.
Su ex socio en tantas patriadas internas del PJ -Carlos Soria -, declaró que "nadie puede subestimar a los candidatos, menos a los sospechosos ante la Justicia y mucho menos a los que traicionaron a sus compañeros.
Lo primero está referido al senador Remo Costanzo quien hoy, respaldando a Pichetto, está bajo sospecha de haber sido coimeado por el radicalismo para apoyar la sanción de la ley de Reforma Laboral.
Lo segundo se relaciona con la decisión de Pichetto de bajar a su primer precandidato a diputado nacional Rodolfo Ponce de León para entregarle ese sitio al ultracostancista Carlos Larreguy.

Análisis: Oxígeno

Responde directamente a la lógica del momento que vive el PJ.
Ese es el marco en que deben interpretarse los deseos de Miguel Pichetto y Eduardo Rosso de ser candidato a gobernador en el 2003.
Porque es natural que quien gane la interna del 20 de mayo aspire a convertirse en síntesis de las aspiraciones de un partido martirizado por 17 años consecutivos de derrotas a manos del radicalismo.
Desde esa expectativa hablan Pichetto y Rosso. Sólo la historia por venir dirá si aquella candidatura recae en algunos de ellos o tercia en otro.
Y los planes a futuro de ambos se forjan en medio de una interna que está oxigenando sin estridencias al PJ. Es una instancia alentada por una razón de peso: el paso al costado dado por el senador Remo Costanzo. Retirada imposible de no mediar la sospecha de que Costanzo fue coimeado en el Senado.
Claro, Costanzo no dejó la política. Está detrás de la candidatura de Pichetto, con quien acordó una lista única.
Si esto es o no un lastre para Pichetto, es un tema abierto. El resultado de la interna quizá diga mucho sobre esto. Si gana Pichetto, compartirá el triunfo con el senador y el aparato que éste puso a disposición de aquél en función de la interna.
Si pierde, la derrota será más de Pichetto que de Costanzo, porque será aquél el responsable de haberse aliado con el polémico senador, causa, en todo caso, de una eventual derrota.
Pero la interna está oxigenada porque con su imagen a nivel del zócalo, Costanzo no le puede imprimir el estilo -y quizá nunca más lo logre- con que siempre hizo política: el del personalismo y la ansiedad que transformó el internismo y la discusión de espacios, en el único sentido que por muchos años tuvo trabajar desde el peronismo.
Porque con Costanzo, el PJ se olvidó de hacer política hacia afuera.
Y casi pierde su sentido de ser.

   
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