Martes 10 de abril de 2001

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Cómo decir "lo siento" en chino y en inglés

 

La palabra "sorry" suena muy mal para el Pentágono, que puso a sus traductores en la dura tarea de consensuar con sus pares chinos un término decoroso que ponga fin a la crisis actual.

  El regreso a Estados Unidos de los 24 tripulantes norteamericanos detenidos en China por el siniestro aéreo del 1 de abril, parece estar empantanado por el significado que puede tener la palabra "disculpa" en chino y en inglés.
Según el periódico "The New York Times, se trata de una cuestión de traducción: los chinos quieren "una manifestación de excusas", es decir, una suerte de admisión de culpa que calme el "ultraje" recibido por el pueblo chino. Los norteamericanos, con su particular cultura legalista vinculada con el significado de las palabras, no quieren saber nada con eso.
Ya se han enfrentado los términos "disculpa" contra "pesar" y "espía" contra "reconocimien-to".
Ahora los estrategas de política de Estados Unidos consideran si deben llamar "rehenes" a los 24 tripulantes del avión detenido en la isla china de Hainán. El presidente George W. Bush evitó el término cuando se le preguntó ayer sobre en calidad de qué está detenida la tripulación. Su vicepresidente, Dick Cheney, claramente se apartó de la letra "R" ante la televisión, llamándolos "detenidos" y llamó a no utilizar término que puedan "inflamar la situación".
Todas las esperanzas de Estados Unidos se centran ahora en los diplomáticos y traductores de ambos países que trabajan en una declaración conjunta. Ellos están tratando de llegar a un compromiso lingüístico que suene como una admisión de culpa, pero que no lo sea.
Sin embargo, hay un detalle que lo complica todo: la forma en que los estadounidenses dirán "sorry" (perdón). La tarea de los traductores es encontrar una fórmula del concepto en chino que ayude a ambas partes a salvar las apariencias. "Jugamos con palabras. Pero esto es justamente lo que hace la diplomacia", indicó Stapleton Roy, ex embajador estadounidense en China.
China insiste en que EE.UU. debe disculparse de manera oficial, ya que para ellos se trata de una cuestión de "orgullo nacional". En cambio, Washington prefiere expresar su "pesar" ("regret", en inglés) por el incidente.
Según el "New York Times", esto significaría en chino "yihan" y no reflejaría un reconocimiento de la culpa. Un pedido oficial de disculpa sería, traducido, "dao qian".
Lingüistas chinos consideran que una salida sería el concepto "bao qian": esto contiene un ma-yor contenido de disculpa que "yihan", aunque no llega tan lejos como "dao qian".
Monte Bullard, ex director del instituto de idiomas de las Fuer-zas Armadas en Monterey, California, se mostró convencido de que se encontrará una salida idiomática a la disputa.
El secretario de Estado, Colin Powell, según trascendió, quería expresar enseguida el pesar norteamericano a China por la muerte del piloto Wang Wei, pero "la vieja guardia" de las administraciones de Reagan y Bush padre aconsejaron al presidente George W. Bush la línea dura con Pekín, reveló "Newsweek".
Mientras la diplomacia norteamericana se ocupa por encontrar la palabra justa en su trato con China, algunos republicanos acusaron al presidente de "debilidad" .
En un editorial publicado en la revista conservadora "Weekly Standard", los politólogos William Cristol y Robert Kagan, curadores de un libro de ensayos "Present Dangers" en defensa del mantenimiento de la hegemonía norteamericana, dispararon con-tra el manejo de la administración Bush de la crisis con China, y sin pelos en la lengua.
"Bush mostró su debilidad y está llevando la nación a la humillación", dicen Cristol y Kagan. "Peor aún, el presidente reveló su miedo, el miedo de las consecuencias políticas, estratégicas y económicas que derivarían de una respuesta adecuada al desafío chino". Para Cristol, la pulseada con China es más que una cuestión circunstancial: la "capitulación" de Bush "alentaría a otros en el mundo que están mirando la crisis chino-norteamericana como una prueba para la nueva administración de Estados Unidos".
Según Cristol, no debería haber ni disculpas ni expresiones de lamento; son los chinos los que se portaron mal y "deben pagar". (Reuters/ANSA/DPA)

Bush endurece su postura e insinúa posibles sanciones comerciales a Pekín

PEKIN (Reuters).- Estados Unidos intensificó la presión sobre China por el caso de un avión espía, al sugerir posibles repercusiones comerciales negativas para Pekín, mientras los 24 tripulantes de la nave pasaron ayer su noveno día de detención en la isla de Hainán.
Las negociaciones para hallar una salida al entredicho prosiguieron con China exigiendo una disculpa por la colisión aérea del 1 de abril, que inició la disputa, y Washington negándose a ofrecerla.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, advirtió ayer que las relaciones entre ambos países podrían verse afectadas si China continúa reteniendo a los miembros de la tripulación. "Cada día que pasa aumenta el potencial de que nuestras relaciones con China puedan verse perjudicadas", dijo Bush al reiterar un aparente endurecimiento en la posición de Washington.
Afirmando que "la diplomacia toma tiempo", Bush dijo también que Estados Unidos continúa negociando con las autoridades chinas la liberación de los tripulantes. "Estamos trabajando tras bastidores, tenemos abiertos todos los canales diplomáticos", dijo. "Estamos sosteniendo conversaciones con los chinos. Ya es hora de que nuestros soldados regresen a casa para que nuestras relaciones no se vean perjudicadas".
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, dijo al responder a una pregunta sobre si hubo progreso en las negociaciones con China durante el fin de semana: "Continúa el movimiento, pero como el presidente puso en claro esta mañana es hora de llevar esto a un fin".
Agregó que ya hay algún perjuicio a las relaciones, citando la cancelación de visitas de delegaciones del Congreso a China, aunque dijo que "el daño visto hasta ahora es reversible".
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, repitió que EE.UU. no tiene intenciones de disculparse, incluso si una investigación revela errores estadounidenses.
Aunque se refirió a que Bush y el vice primer ministro chino, Qian Qichen, se concentraron en los aspectos positivos de la relación bilateral durante una reunión en la oficina Oval el mes pasado, Fleischer advirtió que eso podría cambiar si los chinos continúan reteniendo a la tripulación del avión. "Desde el punto de vista del presidente, si esto continúa, mucha de las cosas buenas de las que hablaron pueden ir mal, y él quiere evitar eso", dijo.
El agregado de Defensa estadounidense en Beijing, general Neal Sealock, dijo que varios diplomáticos sostuvieron ayer una "muy exitosa" reunión de 40 minutos con los 24 miembros de la tripulación. "Nos complace informar que están en excelente estado de salud, su moral está extremadamente alta y tuvimos una buena conversación", dijo Sealock.
Según el funcionario, la cuarta visita desde que fueron detenidos confirmó que los tripulantes del avión espía estaban recibiendo mensajes de correo electrónico, artículos de tocador y otras provisiones y que están viviendo en instalaciones similares a las de los oficiales chinos.

Familiares de la tripulación y el ala conservadora presionan al presidente

Washington.- A más de una semana de la colisión de un avión espía estadounidense y un caza chino, aún no está claro si los 24 estadounidenses retenidos en la isla de Hainán podrán pasar los próximos días feriado en sus hogares.
Entretanto, sus familias en Estados Unidos están cada vez más impacientes e intranquilas. "Tengo una sensación de flojedad en el estómago", afirmó Tom Crandall en Loves Park, estado norteamericano de Illinois.
Su hijo, de 20 años, forma parte de la tripulación del avión espía estadounidense que debió aterrizar de emergencia en China. "La cosa empieza a consumirme. Día a día siento una presión mayor", explica Crandall.
Esto también vale para el presidente estadounidense, George W. Bush. El jefe de Estado permaneció el sábado y el domingo en la residencia presidencial de Camp David, como si fuera un fin de semana normal, consecuente con la estrategia aplicada hasta ahora de no definir el conflicto con China como un asunto de rehenes.
Sin embargo, los analistas coinciden en que cada día que transcurre sin avances la situación del presidente se vuelve más precaria.
Según las encuestas, su proceder cuenta hasta ahora con el apoyo de dos tercios de los estadounidenses, pero esto podría variar rápidamente, afirma el "Washington Post".
Existe el riesgo de que en el Congreso se alcen cada vez más voces pidiendo medidas punitivas contra Pekín, que los republicanos más conservadores acusen a Bush de debilidad y que surjan claras diferencias al interior del gobierno en Washington respecto de la política hacia China.
Ya durante el fin de semana hubo indicios de que Bush afronta mayor presión.
Bajo el título "Una humillación pública", el semanario conservador "Weekly Standard" apunta a que el mandatario muestra indicios de temor.
Una "capitulación" estadounidense alentaría a otros países a desafiar y provocar a Estados Unidos, añade.
Esta hipótesis se vio alimentada por el hecho que Bush le envió una especie de carta de condolencia a la viuda del piloto fallecido en la colisión.
La asesora de seguridad Condoleezza Rice se vio reiteradamente obligada a sostener que Bush de ninguna manera se "quebró" ante China con la misiva.
Pekín, por su parte, sigue exigiendo disculpas, manteniendo una pulseada que puede terminar con la incriminación de los norteamericanos detenidos en la isla de Hai-nán y su inmediata expulsión. (DPA/ANSA)
   
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