Martes 24 de abril de 2001 | ||
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Ningún testigo confirmó una relación entre los imputados |
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La vinculación entre Kielmasz y González Pino era una de las hipótesis de la fiscalía. Se basaba en testigos que supuestamente los habían visto juntos en un bar. Ayer, esas personas negaron la relación. En la audiencia también se habló del croquis, pero sin que se avanzara para poder esclarecer el episodio. Hoy declararán el ex jefe de la Policía rionegrina y el forense que realizó las autopsias. |
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CIPOLLETTI (AC).- Nadie pudo asegurar que existía una relación entre Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino antes del triple crimen. Los cuatro testigos citados por la fiscalía para probar ese vínculo naufragaron ayer al declarar en el juicio. Si bien algunos de ellos recordaron que los dos imputados frecuentaban el bar Viena, ninguno los vio juntos o en actitud de complicidad. Tampoco los relacionaron con las frecuentes peleas que se registraban en el local de comidas rápidas, ubicado en Esquiú casi La Esmeralda, y que a la larga motivaran que sus dueños lo cerraran. La investigación de las presuntas relaciones entre los dos imputados en los asesinatos de María Emilia, Paula y Verónica ocuparon un tramo de la audiencia de ayer. También se interrogó al jefe de la Alcaidía, Andrés Capsi, y al ex ministro de Economía, Roberto Rapazzo Cesio, sobre el polémico croquis dibujado por Kielmasz y que llegó a manos de las familias de las víctimas. Poco se avanzó sobre este tema. Capsi confirmó que lo recibió de manos del detenido, dijo que le avisó al juez y después no recordó nada más, ni siquiera a quién se lo entregó. En cuanto a Rapazzo, insistió en que no tenía presente el momento en que el gobernador Pablo Verani se lo entregó a las familias, durante una reunión en la que él estuvo presente (ver aparte). Los dueños y el mozo del bar Viena, que declararon ayer, fueron los últimos testigos propuestos por la fiscalía para probar la responsabilidad de Kielmasz y González Pino en el triple crimen. A partir de ahora desfilarán ante el tribunal las personas propuestas por la querella y la defensa. Casi todos, como anticipó ayer el presidente de la Cámara, serán interrogados sobre temas colaterales a la materia central del juicio. Por ejemplo para hoy está citado Rubén Elosegui, ex jefe de la Policía. También el forense Ismael Hamdan, quien ampliará en la audiencia su informe de autopsia. Clientes del bar Eduardo Peña y sus hijos Héctor y Eduardo fueron los dueños, entre 1995 y 1997, del bar frecuentado por Kielmasz y González Pino. Con mayor o menor precisión los tres los recordaron como clientes, pero ninguno pudo asegurar que los uniera alguna relación o que compartieran amigos en común. Ambos imputados niegan conocerse y durante las audiencias ni se hablan. Sólo hay una declaración de González Pino en la cual menciona que Kielmasz fue a proponerle un negocio con automóviles, episodio que el joven niega. "Me comentaron que Kielmasz tenía cuenta corriente", dijo Eduardo Peña, dando la idea de que se trataba de un cliente habitual. Cuando declararon sus hijos y el mozo, Leoncio Obreque, nadie insistió sobre este punto. Durante la instrucción, el testigo también había reconocido en un álbum fotográfico a Marcelo Arratia, Hilario Sepúlveda, José Luis Arratia y José "Gringo" García como habitués del Viena. Su hijo Eduardo ratificó algo que había declarado ante el juez Pablo Iribarren: "Kielmasz se relacionaba con todos en general. Y a González Pino lo vi llegar varias veces con los ojos vidriosos, pálido, como si estuviera drogado". Obreque fue mozo en el local y también trabajó en el pool de Marta Luna. "Kielmasz iba a los dos lugares. A González Pino lo vi sólo en Viena", aseguró. Tampoco recordó si los dos imputados eran compañeros de copas pero fue preciso para evocar que ninguno de ellos participaba de las habituales peleas dentro del local, y que solían pedir "cerveza y una hamburguesa". Según Eduardo Peña, el bar era frecuentado por revendedores de autos. Al menos reconoció fotográficamente a Isaac Montecino y Sergio "Condorito" Dávila, además de González Pino. Los cuatro testigos coincidieron en señalar que el ambiente del Viena no era el mejor. "Había gente que se dedicaba a hacer pasar malos ratos", dijo Héctor Peña. El local, que ya no funciona, era pequeño: tres metros y medio de ancho por diez de largo. Allí, el consumo de cerveza se extendía a veces hasta bien entrada la madrugada. "El problema era cuando la gente tomaba de más, se quedaban sin plata y empezaban a pedir fiado. Incluso en una oportunidad nos pusieron un arma de fuego en el mostrador a modo de intimidación", dijo Héctor Peña. "Lo cerramos porque para nuestra forma de ser se había transformado en un lugar muy violento", explicó. También relataron que la mayoría de la clientela era gente de mal vivir. "Era normal que entre tres o cuatro muchachos se tomaran un cajón de cervezas", dijeron los Peña. Sin embargo, entre los clientes también figuraban algunos policías aunque "la mayoría de las veces sólo compraban la comida para llevar". Jouliá recién declarará el lunes CIPOLLETTI (AC).- El ex ministro de Gobierno, Horacio Jouliá, declarará recién el lunes y no hoy como estaba previsto, porque se encuentra en el exterior. Así lo informó la Cámara Segunda, que dio cuenta de otras modificaciones en el cronograma de testigos. "Para Elosegui estaba todo bien" CIPOLLETTI (AC).- "Lo llamé a Elosegui para que mandara al Bora a colaborar en la búsqueda de las chicas, y él me contestó que no era necesario porque según la información que tenía, las chicas se habían ido. Al otro día aparecieron los cadáveres". Foto: Leoncio Obreque era mozo del bar al cual concurrían Kielmasz y González Pino. Dijo que vio a los dos, pero que no eran amigos. Tampoco participaban de las habituales peleas. |
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