Viernes 20 de abril de 2001 | ||
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Dos mujeres, dos motivaciones diferentes |
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Esta semana declararon Alicia Guanque y Sandra González. La primera sigue siendo pareja de Claudio Kielmasz. La otra rompió, en malos términos, su relación con Guillermo González Pino. Eso se reflejó en las motivaciones que tuvieron al declarar, tanto en la instrucción como en el juicio oral. Eran dos de los testimonios más esperados y se notó por lo prolongado e intenso de los interrogatorios a que fueron sometidas. |
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CIPOLLETTI (AC)- Eran dos de los testimonios más esperados. Y cuando terminaron de declarar, una se acercó a su concubino -aunque acababa de comprometerlo más en el triple crimen- y tuvieron una breve reunión privada. La otra, en cambio, abandonó la sala por el extremo opuesto acompañada por un policía sin mirar en ningún momento hacia "el hombre que más me marcó en la vida, y que es capaz de cualquier cosa", según dijo. Fue un símbolo de los diferentes lazos que unen a estas dos mujeres con los imputados. Marta Alicia Guanque sigue visitando a Claudio Kielmasz en la cárcel, le lleva a los hijos y declaró que "conmigo siempre se portó bien". Eso no le impidió sostener un testimonio que lo incrimina. En cambio Sandra González terminó su convivencia de cinco meses con Guillermo González Pino con una agria disputa que derivó en una causa penal, lo definió como "medio degenerado" y entre lágrimas describió las costumbres sexuales a las que según dijo la sometía su ex pareja. Ambas declararon esta semana ante la Cámara, y en las dos se notó cuál es el lugar que ocupan los imputados en sus vidas: Guanque dijo algo menos que durante la Instrucción, González un poco más. A los relatos de ambas les faltó espontaneidad y hubo que recordarles frase a frase lo que le habían dicho al juez Pablo Iribarren. Allí se notó otra diferencia: Guanque nunca fue reticente. Desde el primer día relató el estado de exaltación y nervios que poseía a Kielmasz la noche del 9 de noviembre, el desorden y suciedad de sus ropas, y esa preocupación que le ensombrecía el rostro cada vez que se hablaba del crimen de las chicas. En cambio González, recién la tercera vez que declaró ante Iribarren introdujo esa frase que aprisionó a González Pino dentro del expediente: "yo las quise golpear, no matar". No fue necesario confrontar a Guanque con Kielmasz; en cambio González Pino y su ex pareja protagonizaron un careo porque uno niega lo que la otra afirma. En el juicio oral las dos ratificaron lo que se sabían, pero con matices. Guanque no mencionó las manchas de sangre y hasta la rotura en la ropa de su pareja. También minimizó los rasguños y le quitó tierra a las zapatillas: "no tenía tanta cantidad", dijo. Y relativizó esa supuesta facilidad de Kielmasz para armar historias: "Yo me refería a que me hace el verso con mujeres", aclaró. Su pareja la espiaba por detrás de los defensores, y por momentos lloraba. Con todo, Guanque aportó una frase nueva: "el 10 de noviembre salió el tema de las chicas, le comenté si él había visto algo porque los horarios coincidían y Claudio me preguntó: ¿cómo vas a pensar que yo voy a hacer algo así?". Ese día lo único que se sabía era que las jóvenes habían desaparecido. Sandra González fue todavía menos espontánea. Hubo que leerle prácticamente todo lo que ya había declarado y ella fue ratificando con monótonos "sí". Jamás mencionó a González Pino por su nombre; aludió a él como "ese hombre". Mientras el imputado la atravesaba con los ojos esperando cruzar una mirada, ella mantuvo una distancia glacial. Aumentó el tamaño de los rasguños que supuestamente le vio en los hombros y los prolongó hasta el pecho. También engordó los fajos de billetes de cien pesos, que primero estuvieron estirados y después enrollados, cuando le recordaron que así lo había declarado la primera vez. Cuando por enésima vez le preguntaron por qué había demorado tanto en declarar lo que sabía, apeló al argumento de las escabrosas costumbres sexuales de su ex pareja. Nunca hasta entonces lo había esgrimido como fundamento de su silencio. Con las diferencias y similitudes que tuvieron, ninguna de estas dos declaraciones definirá, por sí sola, la suerte de los imputados, según coincidieron en señalar todas las partes del proceso. Y recordaron que "hay que compararlas con el resto de las pruebas y ver si encajan". Ese análisis "debe hacerse a la luz de la sana crítica racional, despojadas de la carga emotiva con que fueron volcadas en el juicio oral". En definitiva, las dos declararon y sus testimonios fueron, si no decisivos, muy importantes. Pero paradójicamente, el más gravoso haya resultado el de la mujer de Kielmasz, porque lo hizo desde una postura de amor y no de resentimiento. En la audiencia de hoy se seguirá hablando de González Pino CIPOLLETTI (AC).- En la audiencia de hoy, se seguirá hablando de Guillermo González Pino. Después del polémico relato de Sandra González, ex concubina del imputado, se escuchará a la madre de sus dos hijos y a otra de sus ex parejas. También declararán personas de su entorno que describirán las actitudes que tuvo el detenido después del triple crimen y las relaciones que tenía con la policía, especialmente con el ex comisario José Luis Torres. |
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