Jueves 5 de abril de 2001 | ||
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Investigan si el homicida tuvo un cómplice |
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El fiscal recibió declaraciones de los familiares directos de la víctima y ordenó nuevas diligencias. En tanto aguarda el resultado de las pericias, que ahora concentran las expectativas. |
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CUTRAL CO (ACC-AN).- Los investigadores del asesinato de Sergio Javier Acuña están convencidos de que autor del crimen está dentro del núcleo familiar y ahora quieren establecer si hubo algún tipo de complicidad por parte de una tercera persona. El fiscal penal de Cutral Co, Santiago Terán, le tomó declaración a los padres del pequeño asesinado, a la hermana y a una tía, en una larguísima jornada en la que, además, solicitó nuevas diligencias. Terán espera que en los próximos días lleguen a sus manos los resultados de dos pericias clave. Una es la prueba de parafina que se le practicó a la hermana de Sergio el mismo día del crimen. Y la otra es el análisis de un par de manchas que la joven -de 16 años- tenía en su remera, que podrían ser de sangre. La prueba de parafina sirve para rastrear restos de pólvora en las manos, y en este caso se están realizado en el Instituto Balseiro de Bariloche. Fuentes policiales comentaron que el trámite de laboratorio no es prolongado -entre 24 y 48 horas- pero al mismo hay que agregarle el tiempo que demora el traslado de las muestras que se hace por vía terrestre. Mientras aguarda los informes de los peritos, el fiscal avanza con las declaraciones. Ayer sumó diez nuevas horas de trabajo al expediente que se abrió el viernes, cuando el cadáver de Sergio Javier Acuña, de nueve años, fue encontrado en el pasillo de su casa con un balazo en el pecho. El chico tenía una bolsa en la cabeza y dos toalla en el cuello, elementos que fueron colocados por el asesino con la intención de despistar a los investigadores. Durante las primeras horas, en medio de la conmoción de Cutral Co y Plaza Huincul, se creyó que el niño había sido víctima de ladrones que ingresaron a su casa, ubicada en Sáenz Peña al 324. Luego, apenas los investigadores empezaron a trabajar en firme, todas las sospechas cayeron sobre la familia. Así las cosas, los vecinos no pueden salir del estupor. La casa de Raúl Acuña, ubicada a unos pocos pasos de la avenida principal, concentra las miradas de propios y extraños. "No vamos a hablar por ahora, necesitamos paz. Confiamos en la Policía", afirmó Raúl Acuña cuando fue requerido por este diario. El hombre, un docente que desempeña como maestro de taller de una escuela técnica, estuvo durante más de cuatro horas en la Fiscalía. Lo mismo que su hija, su esposa y una cuñada. A lo largo de los distintos testimonios ante la Justicia la joven acumula la mar de contradicciones, sobre todo cuando tuvo que explicar por qué faltó al colegio el día del crimen. Cuando la madre dejó la casa, la muchacha no estaba en la vivienda y tampoco en en la escuela. A esa hora, alrededor de las 9 de la mañana, Sergio dormía. Fue ella la que denunció que el chico estaba muerto. El pequeño tenía terror de quedarse a solas con la hermana. Por otro lado, la justicia inició una investigación relacionada con crimen. Es por el esqueleto de una niña que, al parecer, la hermana de Sergio compró en 30 pesos en el cementerio local. Los mismos iban a ser analizados en una clase de Biología. El tema le puso los pelos de punta al intendente Tomás Benítez, quien ordenó un sumario al personal. |
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