Miércoles 4 de abril de 2001

 

El abogado esgrimió un convenio extrajudicial

 

Una niña de 11 años perdió un ojo en un accidente y la Justicia fijó el resarcimiento en 300.000 pesos. Los damnificados no saben leer y sostienen que fueron engañados por el profesional.

 
CHOS MALAL (ACHM).- El abogado Adrián Squilliario negó haberse quedado con 300.000 pesos de un resarcimiento económico a una joven del paraje Chacay Melehue, derivado de un juicio civil. No obstante, admitió haberse quedado con más de 130.000 pesos, por un convenio extrajudicial con sus clientes.
Los damnificados aseguraron haber recibido sólo 28.900 pesos, en billetes de bajo valor, y no saber qué firmaban cuando acordaron con el imputado sus servicios profesionales.
Squilliario, Marcelo Vázquez y Néstor Leandro Smoldi, los tres imputados en la causa en la que se investiga defraudación de 300.000 pesos, fueron junto a la familia Moya los principales protagonistas de la primera jornada del juicio. El fiscal Marcelo Hertzriken Velasco acusó al abogado por el delito de "defraudación". Lo propio hizo con Vázquez, a quien acusó de de- fraudación, pero en grado de partícipe necesario, y Smoldi como partícipe secundario.
El abogado cobró mediante un cheque judicial librado por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería, 333.472 pesos, cifra resarcitoria en una acción por daños y perjuicios iniciado por la familia Moya por un accidente con un arma, en la cual su hija Marta Rosana perdió un ojo.
En ese expediente caratulado "Moya Marcos Carlos c/Castedo José, Provincia del Neuquén y Concejo Provincial de Educación s/Daños y Perjuicios", Squilliario recibió un cheque que cobró en la sucursal local del Banco Provincia del Neuquén.
En la audiencia dijo que se quedó con 132.000 pesos, por que lo habían pactado en forma extrajudicial, en un convenio por honorarios. Los Moya negaron rotundamente haber recibido el total del resarcimiento y dejaron claro que existía suficiente confianza con el abogado como para creer que estaban cobrando el monto correcto.
Los denunciantes, una familia de crianceros, coincidieron en que no contaron el dinero hasta la noche del día que lo recibieron del profesional. Cuando lo hicieron encontraron sólo billetes de 50 y 100 pesos, que en su totalidad sumaban 28.900 pesos.
La constante en el relato de los Moya fue "no sabíamos qué firmamos ni cuánto recibíamos".
El fiscal destacó que la madre de la joven es analfabeta y que carecía de anteojos. La joven, por su parte, tiene las dificultades visuales ocasionadas por el disparo que impactó en el ojo.
Momentos tensos se vivieron cuando Hertzriken Velasco le preguntó a Squilliario sobre algunas adquisiciones efectuadas con posterioridad al cobro, entre ellos el de la camioneta por la que había pagado de contado y dos caballos de salto. Se trata de una Silverado que se valuó en 34.990 pesos y dos caballos de salto de 20.000 y 40.000 pesos.
El fiscal dijo que Squilliario había recibido en ese entonces una suma que no llegaba a los 30.000 pesos por honorarios. Sin embargo, le pagaba a Vázquez 1.000 pesos mensuales y citó un proyecto para construir una casa de 240.000 pesos.
Vázquez, fue el encargado de trasladar a Marta Moya y su madre desde Chacay Melehue a Chos Malal y luego de cobrado el dinero, desde el estudio a la vivienda de un familiar en esta ciudad. A Leandro Smoldi lo acusan de haber cerrado las puertas de entrada del estudio con llave, impidiendo el ingreso de Patricia Moya, otra de las integrantes de la familia.

Un proceso que se puso en marcha hace 12 años

CHOS MALAL (ACHM).- Todo se desarrollaba con normalidad en la apacible vida de campo de una familia de crianceros del paraje Chacay Melehue, hasta que les informaron sobre un hecho lamentable: su hija Marta Rosana Moya había sido alcanzada por un disparo.
El hecho ocurrió en la Escuela Primaria 77, a 18 kilómetros de Chos Malal donde la niña de entonces 11 años concurría al sexto grado. Era el 4 de mayo de 1989.
En el establecimiento educativo las niñas se encontraban realizando trabajos de bordado y tejido cuando José Castedo, docente de la escuela efectuó un disparo con el fin de espantar un gato que había entrado en un depósito, ubicado en cercanías del lugar.
Una esquirla de ese disparo impactó en el ojo de Marta provocándole heridas que originaron un clima de desconcierto en el establecimiento, así como también su inmediata atención.
En tanto, los Moya eran informados de lo acontecido y horas más tarde partían con su hija rumbo a Chos Malal, quien luego fue derivada a Neuquén, debido a la gravedad de la herida.
Luego de varias semanas la niña regresó a la escuela, pero el daño sufrido era irreversible. Marta perdió el ojo y todo ello le trajo aparejadas innumerables dificultades.
Su padre Marcos fue quien decidió iniciar una acción civil por el daño infligido a la niña y puso en marcha el juicio contra el docente José Castedo y consecuentemente al Consejo Provincial de Educación y a la Provincia del Neuquén.
El expediente se tramitó en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Chos Malal y concluyó una condena resarcitoria de 333.472 pesos.
Pasaron ocho años desde aquel lamentable episodio hasta que se dictó la sentencia condenando a pagar por los daños ocasionados a la joven.
Pero la familia Moya dice no haber recibido la totalidad del dinero y aunque nada cambiará el pesar que significa en sus vidas la pérdida de un ojo en su hija, quieren que se haga justicia.
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación