Martes 10 de abril de 2001
		Con renovado optimismo, Boca ya piensa en Vélez
		Bianchi no haría cambios para el partido de mañana
		BUENOS AIRES (Télam).- El plantel de Boca Juniors vivió ayer el día después del categórico triunfo ante Ríver Plate con renovado optimismo y sus jugadores coincidieron en que piensan sumar otros tres puntos, el miércoles, cuando enfrenten a Vélez Sársfield por la undécima fecha del torneo Clausura. "De Ríver ya nos olvidamos, ahora pensamos en Vélez y no descartamos que ellos (por los "millonarios") puedan seguir perdiendo puntos en el campeonato", expresó el lateral derecho Hugo Ibarra, autor del primer gol en el superclásico que finalizó con victoria de los dirigidos por Carlos Bianchi por 3-0. Ibarra, quien habitualmente no habla con la prensa, decidió ayer por la tarde conceder reportajes y al ser consultado sobre el triunfo ante el acérrimo rival sostuvo que sirve "para seguir sumando puntos". "Queremos seguir sumando, naturalmente que sabemos que estamos muy lejos de Ríver, y vamos a ir de esta manera, tratando de ganar todos los partidos que jugamos", aseveró. El defensor consideró que el triunfo de Boca ante su tradicional adversario "fue justo" y amplió este concepto expresando que "en el segundo tiempo, Boca tuvo mucha personalidad, lo apretó a Ríver y por eso ganó". Tras destacar "la actitud del equipo, que en todo momento trató de imponer su estilo", Ibarra confesó que el múltiple campeón intentará seguir sumando en el torneo Clausura, "pero también va a pensar en la Copa, un torneo donde podemos repetir el título" (por la Libertadores, en la que los "xeneizes" ya están en octavos de final). En el certamen continental, Boca Juniors -actual campeón- jugará su próximo compromiso como visitante de Deportivo Cali de Colombia, aunque antes deberá enfrentarse a Colón de Santa Fe -el domingo- por la duodécima fecha del Clausura. Luego, el equipo auriazul se medirá con Rosario Central (en el "Gigante" de Arroyito) el sábado 21 del corriente y el domingo 29 lo hará ante Independiente, pero en la "Bombonera". El plantel realizó ayer por la tarde movimientos livianos en el predio de Casa Amarilla, con vistas al cotejo del miércoles (desde las 19.45) frente a Vélez Sársfield, en el estadio José Amalfitani de Liniers. Durante dos horas, el equipo se exigió físicamente a las órdenes del profesor Julio Santella, mientras el técnico Bianchi miraba sentado en el centro del campo de juego. El clima de euforia que se vivió el domingo en la "Bombonera" dio paso ayer a la tarde a la calma, y todos se empeñaron en cumplir a rajatabla las instrucciones del preparador físico. Luego de ejercicios regenerativos, Bianchi dividió al plantel en dos grupos. Los que ayer le ganaron a Ríver por 3 a 0, se dirigieron a los vestuarios, mientras que los restantes jugaron un cotejo informal de fútbol. De este minipartido, disputado entre dos equipos de ochos jugadores, tomó parte el mellizo Guillermo Barros Schelotto, quien incluso convirtió un penal, ejecutado a la izquierda del arquero, Mauro Astrada. El único que no participó de la práctica fue el colombiano Mauricio Serna, quien tuvo descanso por expresa disposición del entrenador, debido a que el domingo llegó a su quinta amarilla consecutiva y no podrá actuar ante Vélez. Por su parte, el arquero colombiano Oscar Córdoba, quien se recupera de un desgarro en la pierna derecha, efectuó ejercicios livianos. Hoy, a partir de las 9, el plantel volverá a entrenarse, y posteriormente quedará concentrado en el Hotel Los Dos Chinos. A pesar de que Bianchi todavía no adelantó nada, un probable equipo boquense para medirse con Vélez tendría apenas dos cambios, respecto del que le ganó a Ríver. El festejo de Riquelme, tema del día Más allá de su gran actuación en el superclásico, Juan Román Riquelme se hizo notar por la singularidad de su festejo al convertir el segundo gol y esa actitud se convirtió en uno de los grandes temas de ayer. Riquelme, tras convertir de cabeza, a continuación del penal que le detuvo el arquero de Ríver Franco Costanzo, solicitó a sus compañeros, con un gesto, que no lo detuvieron en su carrera, fue hasta el sector que da al palco oficial, se paró de cara al lugar que ocupa el presidente Mauricio Macri, y colocó sus manos por detrás de sus orejas, como formando dos pantallas. El propio jugador explicó luego del partido que "fue para mi hija, porque le gusta el Topo Gigio". Sin embargo, el gesto fue interpretado como dirigido a Macri, con quien se mantiene distanciado, como consecuencia de los inconvenientes en las negociaciones por la renovación de su contrato. Boca acordó con el Barcelona la transferencia de Riquelme al club catalán, al que se incorporaría a mediados de año, pero el talentoso volante todavía no definió si irá a España. (DyN). Un joven herido podría perder la visión de un ojo BUENOS AIRES (DyN).- Cuatro hinchas permanecían internados ayer en diferentes hospitales, como consecuencia de los incidentes registrados tras el clásico Boca-Ríver, y uno de ellos tiene muy comprometido un ojo. Así lo informó el jefe de guardia del Hospital Argerich, Miguel Grasens, quien puntualizó que el caso de Luis Ameris, de 27 años, es el más serio, con una lesión en un ojo. Relató Grisens que "después del partido ingresaron cuatro baleados por restos de balines de gomas, dos en la espalda, uno en el tórax y este muchacho que tenía uno incrustado en la parte inferior del ojo". Respecto de este último, explicó que se encuentra "bien, el problema es que hay que ver qué pasa con el ojo, que tiene una obstrucción, tiene un gran riesgo de tener un defecto después". Otro joven de veinte años llamado Fernando, que recibió dieciocho impactos de perdigones, fue trasladado al Policlínico Bancario, mientras que otro de los heridos fue trasladado al Hospital Francés. • Festejo desmedido: Un hombre murió y otros dos resultaron heridos con pedazos de vidrio durante una reyerta desencadenada en un bar de San Nicolás tras el partido de Boca y Ríver. La víctima fatal fue identificada por la policía como Ernesto Villalba, de 60 años, y los heridos Marcos Villaba, de 27, y Hernán Figueroa, de 64. El hecho ocurrió antenoche, alrededor de las 22, en el bar de la avenida Alberdi al 1000, donde se reunieron un grupo de vecinos para ver por televisión el superclásico. Según la policía, al finalizar el encuentro se desencadenó una pelea generalizada entre hinchas de ambos clubes que estaba en el bar y que terminó cuando uno de ellos extrajo un cuchillo y atacó Ernesto Villalba, al que hirió mortalmente. El "Melli" no se quiso tomar revancha El atacante de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, confesó anoche que en ningún momento buscó beneficiarse en forma personal por el penal que le convirtió a Ríver, y remarcó que le pidió la pelota a Juan Román Riquelme porque él es el ejecutor natural de las penas máximas en el equipo auriazul. "Tuve la suerte de entrar, patear un penal y hacer el gol", expresó Barros Schelotto en declaraciones formuladas en el complejo de Casa Amarilla, luego del entrenamiento vespertino del múltiple campeón. Barros Schelotto aclaró que remató la pena máxima -pedida a Riquelme- "porque fue una circunstancia del juego, que siempre lo hice, pues antes del superclásico había ejecutado un penal. No sé porque hacen tantas conjeturas de algo que ya está predeterminado y no tiene otra conotaciones". El atacante tiró desviado un disparo desde los doce pasos en el partido que el 20 de marzo último Boca le había ganado a Cobreloa de Chile por 1-0. El "mellizo" Barros Schelotto admitió que la conversión de anoche no fue una suerte de "desahogo" por la que había fallado frente a los chilenos. "En ningún momento quise sacar partido en lo personal de una situación de juego, ni tampoco quise desquitarme por el penal que había desperdiciado contra el Cobreloa. No es lo mismo patear un penal frente a un equipo de la Libertadores que frente a Ríver y en la "Bombonera". Además me tenía mucha fe, pero de igual manera el arquero Costanzo adivió el lugar e igual tiró el manotazo, pero por suerte no llegó", afirmó. Indicó que siempre que estuvo en la cancha fue el ejecutor natural de los penales que favorecían a Boca. "Siempre había sido el encargado de ejecutar y le pedí a Román patearlo porque antes lo hacía yo; nunca quise sacar ventaja de una situación de juego".
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