Domingo 29 de abril de 2001

 

Una ráfaga de fanatismo llegó a Neuquén

 

En un show multitudinario, el grupo "Ráfaga" volvió a demostrar el sábado en la disco ubicada en Primeros Pobladores 2000 de esta ciudad que atraviesa por uno de sus mejores momentos.

  NEUQUEN (AN).- "Nos gustan desde siempre, los amamos por la buena onda que tienen y nos encanta Ariel porque está re-bueno por su cara, por su pelo, su forma de ser y porque es muy simple y sencillo".
Enfundada en un banderín con el logotipo del grupo "Ráfaga", Romina Valdéz -escasos 16 años- resume el sentimiento colectivo de sus amigas por la banda de sus amores.
Ella como miles de chicas, algunas acompañadas por sus sacrificados padres, esperarán estoicamente en la puerta de entrada del boliche ubicado en Primeros Pobladores 2000 para ver al conjunto más fuerte de la escena tropical en este momento.
Es sábado. Son las tres de la madrugada y Romina, que hace cola desde las 19 para poder ver a su ídolo en el hall de la megadisco parece no inmutarse por el frío. "Hoy todo está bien, total voy a ver a Ariel", se ilusiona.
Para Juan la cosa no tiene un carácter tan festivo. Parado en la vereda, con su puesto de vinchas, llaveros y remeras con logotipos de la banda, este porteño que sigue al grupo adonde va, no está para nada conforme con las ventas de la noche. "Acá no pasó nada, en comparación con otros lugares, pero puede ser la altura del mes, o el frío", teoriza el hombre resignado mientras se refriega las manos y exhala una nube de vapor.
Adentro, el templo de la movida tropical es un hervidero.
Ramona Acosta (49) está feliz. "Los sigo desde que empezó el conjunto y me gustan porque Ariel es muy simpático"....
Para Angela la cosa tiene más ribetes de sacrificio que de fanatismo. "Vine para traer a mi hija porque me volvió loca, si no la traía lloraba y no sé qué podía ser capaz de hacer", dice alarmada sin dejar de perder de vista a la chica que baila desatada.
En el caso de Angélica Bravo, la devoción es una cuestión de familia. "Traje a mis hijos de 7, 9 y 13 y a mi ahijado porque lo aman al grupo y si no, no me lo iban a perdonar". A escasos metros, su marido baila con la nena de siete mientras espera que la banda suba al escenario.
Muy cerca de allí, Marcos (7), el ahijado da su propia definición del amor que tiene por su ídolo: "Me gutan (sic) porque me guta el tema agüita", suelta con decisión.
En el bando de los novios abnegados está Humberto de 23, que no tiene reparos en confesar que "vine porque venía ella y yo en realidad mañana tengo que trabajar...pero qué se le va a hacer"...
Después de una espera de una hora donde unas 2000 almas se disputan un lugar frente al escenario, a las 4 una voz impostada -como de locutor de barrio- anuncia luego de unos minutos de suspenso que Puchetta acaba de ingresar.
En una fracción de minutos, los músicos suben al escenario enfundados en sus trajes blancos, pantalones rojos y botones dorados. "Espero que pasen un momento agradable", saluda Ariel a modo de presentación.
Para esa altura el lugar se ha convertido en una marea humana y el grupo parece disfrutar de su ya indiscutida popularidad. Rodeado de una parafernalia de banderines, brazos y ovaciones, el grupo desplegará su vertiginosa serie de temas y volverá a demostrar que lo suyo provoca una verdadera "ráfaga" de fanatismo.

"Somos la banda número uno "

NEUQUEN (AN).- "Gracias por estar nuevamente aquí y espero que pasen un momento agradable, se diviertan mucho y que canten todos los temas con nosotros", saluda Ariel Puchetta.
Enfundado en brillantes pantalones rojos, el líder de "Rágafa" sube a escena a las 4 para presagiar lo que será una noche festiva para los seguidores de esta banda que genera recitales masivos adonde va. A lo largo de una hora, el grupo que llenó dos Gran Rex se encargará de demostrar que lo suyo no es un invento.
Con los temas de "Otra dimensión" su flamante placa más un repaso de su carrera y de los hits que ya están instalados en el imaginario popular y hasta un cover del mítico Santana tocado por el guitarrista Richard, estos músicos que llenaron estadios en Chile y Europa se preocuparán por hacer bailar a una heterogénea marea humana.
Mientras los artistas desgranan los temas, un público integrado por un mujeres, niños, ancianos, hombres y parejas de mediana edad agita los brazos, se dedicará a ovacionarlos y a revolear los banderines que ha traído para la ocasión.
A la altura de las circunstancias, la megadisco está decorada con banderas, banderines y carteles de todos los tamaños y colores.
Escritas sobre tela de sábana se leen dedicatorias como "Ariel eres mi gran amor", "Gracias por ser vos y el grupo una ráfaga de gran amor", "Los amamos" o "Grupo de fans de Ráfaga a muerte".
Considerado con su público, el grupo devuelve las gentilezas.
"Este es el grupo número uno de la bailanta, gracias por seguirnos se los digo de todo corazón", asegura un Puchetta concesivo ante la histeria generalizada de todos los presentes y sobre todo de las féminas que no pararán de gritarle durante toda la noche.
   
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