Un nuevo trovador que se hace camino
Serrano ofreció un recital en el que se reencontró con el público zonal.Presentó en Neuquén su último disco, "Los paraísos desiertos". Un encuentro cálido con militancia, amor y poesía.
Pero la voz de Ismael Serrano tiene la frescura y la espontaneidad que le da su todavía cándida juventud. Y esos giros españoles tan particulares y tan suyos que sólo le pertenecen a su dueño.
Tal vez esas sean las marcas de este precoz "decidor" que tiene mucho para contar y trata de encontrar la forma de hacerlo.
Con un estilo que todavía busca su cauce, el trovador de sólo 27 años logró cautivar con sus canciones sencillas, románticas, de trinchera y "con recado" como las llama el propio compositor.
Pasadas las 21.45 del jueves, un Serrano vestido informalmente con una camisa de fajina y jeans gastados subió al escenario del cine Español, para reencontrarse con los neuquinos y prometer que "haremos un viaje a los paraísos... donde visitaremos el corazón de las mujeres que se pasan toda la vida esperando y trataremos de estar a la altura de las circunstancias...".
Lo prometido fue cumplido con creces. Este madrileño de aspecto tierno y bonachón que visitó Neuquén en otra oportunidad y ofreció un recital en una confitería ubicada en la calle Rivadavia sólo para unos pocos, demostró el jueves que ha crecido y que va en camino de dejar su propia impronta.
Letras de amor, con contenidos de izquierda y otras con rasgos irónicos donde se ríe de la pareja, la rutina, los desencuentros y de sí mismo conforman la receta con la que este ex estudiante de Física sedujo a los neuquinos desde un perfil cálido y lejos de cualquier grandilocuencia.
Acompañado por Fredy Marugan Rodríguez en guitarra, este músico logró dejar un agradable sabor agridulce y nostálgico en sus seguidores.
Dueño de desparpajo bien estudiado, irónico y cómplice con su público, Serrano aseguró que "teníamos previsto algo espectacular con gran despliegue, chicas repartiendo preservativos y caramelos por todos lados, pero no se dio por una cuestión de presupuesto".
Agradecido con los autores de quien reconoce influencias, a lo largo del recital y en sus canciones nombró a Serrat, Sabina y Aute.
"Una vez escuché decir a Serrat que cuando se tienen veintipico y se habla entre canción y canción se hace para matizar y cuando se tienen cuarenta y tantos como "Nano" uno lo hace para tener un respiro", soltó bromista a modo de cariñoso tributo al catalán.
En un repertorio ecléctico pero muy cuidado, el creador de "Los paraísos desiertos" desplegó su veta nostálgica, militante, romántica, irónica y rebelde a la vez.
Canciones como "Tierna y dulce historia de amor" -sobre el político obsesionado con la colegiala- fueron de la partida junto con otras como "Canción de amor propio", donde le canta al amor propio, sin más pretensión que la de tomarse a broma las cosas cotidianas y reírse de uno mismo. También le cantó a las Madres de Plaza de Mayo, a la memoria, a la soledad, a la poesía, al compromiso político.
Acabado y bien logrado el encuentro fue una buena cita con la música de autor.
La de un cantautor fresco y bien influenciado por clásicos de la trova.
Esta joven promesa -que asegura no ser un autor para cambiar el mundo sino que con sus canciones quiere que nadie se sienta solo- consiguió su cometido.
En su muy amplio bagaje Ismael Serrano, dejó para disfrutar citas de Pablo Neruda, de Ernesto "Che" Guevara y del subcomandante Marcos.
Y llegó -como dijo cuando lo conoció el mismísimo Luis Eduardo Aute- "para remover las un tanto asépticas y estancadas aguas musicales de estos días". Lo que no es poco. (AN).
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