Jueves 15 de marzo de 2001

 

Peritos civiles analizarán el accidente del Tronador

 

Expertos guías de montaña fueron convocados por la Justicia Federal. La inédita medida tiende a esclarecer el accidente. La tragedia ocurrió por no haberse respetado normas de seguridad.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (
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AB).- El juez federal Leónidas Moldes convocó a peritos civiles, expertos en montaña, a los efectos de que analicen el trágico accidente ocurrido en el monte Tronador el 22 de febrero, en el cual perdieron la vida seis militares. La medida es inédita en la Patagonia y tiende a esclarecer el accidente más importante ocurrido en la cordillera de los Andes.
Actualmente la Justicia Federal investiga si hay o no responsabilidad penal en la muerte de los seis militares, quienes integraban una patrulla de ocho, que descendía de la cima del pico Argentino, en el monte Tronador. La causa está caratulada "Gómez, Luis María y otros sobre averiguación homicidio y lesiones" y se tramita ante la Secretaría en lo Criminal y Correccional a cargo de Mariano Lozano. La investigación se mantiene bajo el secreto de sumario impuesto por el juez Leónidas Moldes, quien ayer volvió a evitar el diálogo con la prensa.
A más de 20 días de ocurrida la tragedia, poco y nada se sabe sobre el origen del accidente. Los principales involucrados, los efectivos de la Escuela Militar de Montaña "Juan Domingo Perón", con asiento en esta ciudad, se vieron imposibilitados de explicar cómo ocurrió el hecho. La negativa en dar información se ampara en el secreto de sumario. Los dos heridos se recuperan favorablemente.
No obstante, el accidente fue presenciado por personas ajenas al curso militar, cuyos testimonios y el aporte de expertos en montaña permitieron reconstruir lo ocurrido en la cima cordillerana .
La semana pasada el juzgado solicitó a tres instituciones civiles que designen "tres expertos en escalada en hielo y roca" a los efectos de que realicen un "análisis pericial respecto del accidente en el Tronador". Según trascendió, estas instituciones son el Club Andino Bariloche (CAB), que designó a Nicolás Benedetti, Ramiro Calvo y Sebastián de la Cruz; la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM), (Nicolás Benedetti, Claudio Ramírez y Gerardo Lamuniere) y el Centro Regional Universitario Bariloche de la Universidad Nacional del Comahue (CRUB) (Eduardo López, Jorge Puga y Máximo Schneider).
Los ocho nominados son expertos andinistas y poseen el título de Guía de Montaña que otorgan la AAGM y la Administración de Parques Nacionales, un certificado de idoneidad para desempeñarse profesionalmente en la cordillera. Tres de ellos serían convocados para analizar el expediente y expedirse sobre aspectos técnicos de la investigación, al igual que lo hizo el teniente coronel José Hernández, quien arribó a Bariloche tras el accidente, acompañando al general Jorge Brinzoni, jefe del Ejército. Los peritos deberán interiorizarse del voluminoso expediente, el cual incluye la declaración de un gran número de personas que participaron de la ascensión y aportarán elementos técnicos a la causa.
Resuelta la responsabilidad penal, el Ejército deberá analizar en forma interna el desarrollo del curso en sí y la instrucción general que tienen las tropas de montaña.
En el andinismo el accidente marcaría un punto de inflexión: su práctica perderá una parte de completa libertad, sólo presidida por los principios de la naturaleza, en la cual todo riesgo es consentido. La montaña sureña, a semejanza de los Alpes, será analizada como un lugar de vida social, en el cual hay problemas de relación humana y accidentes. Problemas que incumben a la facultad normativa de las administraciones públicas, a su consiguiente aplicación e interpretación y por lo tanto al ámbito jurídico.

La cordada bajó sin usar la cuerda fija

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Si bien el secreto del sumario impide recabar información oficial, la gran cantidad de personas que presenciaron el accidente permitió reconstruir al menos en parte la tragedia.
Tal lo acostumbrado en los cursos militares y algunas ascensiones deportivas civiles, en el tramo somital del pico Argentino y en el filo de "La Vieja" se instalaron sogas fijas, las cuales permiten que más de un andinista ascienda o descienda en forma simultánea.
En los dos lugares mencionados la pendiente helada supera los 45 grados de inclinación y ello demanda mayor prevención, utilizándose zapatos especiales con crampones, piquetas y técnicas de escalada. Son los dos únicos tramos empinados de la ascensión, ya que el resto del recorrido es muy plano.
Las reglas de la cordada son claras: mientras avanza una persona, el resto da seguro. Si un andinista se cae, el otro debe estar preparado para sostenerlo y ello implica que esté bien afirmado a la montaña.
Por ello se recomiendan cordadas de no más de tres personas, donde cada integrante puede avanzar unos 20 metros y buscar un lugar seguro. Así la progresión puede llevarse a cabo con velocidad y eficiencia.
Con ocho personas atadas a una soga, el avance simple es casi imposible y por ello se deben usar sogas suplementarias, fijadas al hielo, que sostienen a una o más personas en caso de caída, ya que los montañistas avanzan en simultánea.
El viento y el frío que azotaban el 22 de febrero en la cima del pico Argentino, y otros aspectos que la Justicia deberá resolver, habrían impulsado a la cordada número 2 del curso a descender hacia la depresión sin hacer uso de la soga fija, que en ese momento era utilizada por otra cordada en el ascenso.
Al bajar uno de los ocho militares resbaló y al no estar preparados los otros siete para sostenerlo, se produjo la rodada general, con las consecuencias conocidas.
El descenso desde la cima del pico Argentino se realiza en travesía, lo cual potencia la caída.

Recomiendan actualizar los cursos militares

Los cursos de la Escuela Militar de Montaña se dictan de acuerdo con un manual denominado "Instrucción Básica de Andinismo", que fue actualizado por última vez en 1994. El manual contiene los procedimientos, técnicas y reglamentos destinados a capacitar al personal militar para facilitar su acción en la montaña. Allí se detallan los cursos, los deberes de los instructores y la logística militar que "rige en la montaña". En este manual se hace referencia a la polémica "cordada cien pies", una técnica que en el deporte del alpinismo es considerada "obsoleta" por los expertos.
Si bien no es un error en sí mismo que ocho personas avancen atadas a una soga, ello potencia el riesgo, máxime si se mueven por una pendiente de nieve helada. De hecho los accidentes más graves en la cordillera argentina (Lanín 1990; Aconcagua 2000 y Tronador 2001) ocurrieron cuando cuatro o más personas avanzaban unidas por una soga.
Los reglamentos militares sostienen que "es obligación del personal andino entrenarse para combatir en montaña". Tales cursos se dictan hace 40 años y fueron actualizados periódicamente. No obstante, expertos militares sostienen que deberían actualizarse más aún.
Los expertos civiles y militares consultados por "Río Negro" coincidieron en que el accidente del Tronador se debió a una fatalidad y a un descuido habitual en el deporte del alpinismo. No obstante, indicaron que deberían modificarse algunas técnicas consideradas "habituales" en los cursos que dicta la escuela militar local.
Resguardando su identidad en el secreto de sumario, opinaron que la mayoría de los accidentes obedece a un error humano y criticaron las expresiones del general Brinzoni, quien afirmó que "no hay responsables ante el accidente" y se negó a evaluar los dichos de andinistas expertos. (AB)

Foto: El accidente ocurrió en la cara sur del pico Argentino del monte Tronador. Los ocho militares rodaron más de 400 metros por una pared de hielo y nieve.

   
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