Domingo 11 de marzo de 2001 | ||
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El viejo y lujoso hotel El Casco irá a remate |
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Fue el establecimiento más aristocrático del Nahuel Huapi. El ocaso llegó cuando los ricos y famosos dejaron Bariloche. Será subastado por la deuda que acumula ante el Banco Central. |
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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El hotel El Casco puede ser considerado un símbolo del pasado glorioso que supo tener el turismo de esta ciudad. El establecimiento floreció en los años que el turismo de buen poder adquisitivo vacacionaba junto al Nahuel Huapi y sucumbió cuando este destino fue eliminado del mercado. El hotel floreció en la década del setenta, aguantó como pudo los ochenta y tuvo que cerrar a fines del noventa. Hoy luce vacío y desabitado, con vidrios rotos y goteras en sus techos. Las malezas invaden los jardines por los cuales supieron caminar reyes y príncipes y en la suite presidencial sólo hay polvo y telarañas. En los próximos meses el terreno y el inmueble serían rematados en subasta pública por el Banco Central, titular de la hipoteca que recae sobre ellos. Sus muebles y objetos de valor fueron vendidos en julio y agosto del año pasado. El hotel, de 24 habitaciones, se ubica en el kilómetro 11,200 de la ruta al Llao Llao, sobre la orilla del lago Nahuel Huapi, en una bahía idílica. Fue creado por el matrimonio integrado por Ruth y Alfred von Ellrichshausen, de la aristocracia alemana, emparentados con los Bunge y Born. Lo construyeron entre 1968 y 1970 y lo dirigieron durante dos décadas. Junto al hotel se ubica la vivienda particular de los Ellrichshausen, donde hoy vive Ruth, y la "Residencia Privada" con tres suites con vista al lago. También está la boutique Tero Tero, con venta de artesanías. ¿Por qué llegó el hotel El Casco al estado actual? La pregunta se la hacen muchos turistas y residentes y la respuesta no parece sencilla. La mayoría de los consultados afirmaron que fue producto de la caída de Bariloche como destino turístico. No obstante, coinciden que "El Casco nunca fue un buen negocio". En tal sentido aseguran que en la época de oro sólo se cubrían los gastos y que la amortización nunca fue posible. Esto llevó a que a mediados de los ochenta Alfred vendiera el hotel para poder devolver el préstamo que obtuvo de sus parientes europeos para la construcción. No obstante logró continuar como gerente y "dueño" hasta 1990. Le sucedió Buby Kratzmaier, un profesional local designado por Sur Hotel SA, empresa que tomó a su cargo el establecimiento. Jorge Cavallieri comercializaba el hotel junto al Sol Bariloche y el Catedral. "El hotel siempre fue visto como el castillito de los nobles alemanes. Allí residía su principal atractivo y la gente pagaba para estar junto a Ruth y Alfred", recuerda Kratzmaier. En los años 90 el hotel cambió varias veces de administrador. El último fue Hugo Emiliano Copertari, un reconocido empresario local, que en aquel entonces presidía la Asociación Argentina de Agentes de Viajes y Turismo. Copertari recuerda que "fue imposible lograr que el hotel sea redituable. No había forma de llenar sus 24 habitaciones y por ello muchos meses trabajaba a pérdida". Un hotel de categoría requiere una elevada cantidad de personal y si no hay suficientes clientes la ecuación comercial no cierra. Copertari y Kratzmaier coinciden en que si el hotel podría "trasladarse" hacia Villa La Angostura o El Calafate volvería a ser operable. "El desprestigio de Bariloche como destino 5 estrellas impide que un hotel así funcione", aseguraron. Todo indica que el terreno y el inmueble serán rematados por el Banco Central, acreedor de la hipoteca que pesa sobre ellos. La deuda es millonaria y se fue acumulando por más de 10 años, en diferentes bancos y llegó al central a consecuencia de la quiebra del Banco Feigin, en cuyos activos figuraba el crédito por el emblemático hotel barilochense. Krieger Vasena, Lanusse, Videla , Angeloz y Menem se alojaron allí SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Una extensa lista de políticos argentinos pernoctaron en el hotel. En su libro, "El Casco y yo", Ruth recuerda a algunos de ellos. Bariloche perdió el turismo de buen nivel En su libro "El Casco y yo" Ruth relata los años de esplendor del hotel, anécdotas del personal y sus huéspedes. No obstante, evita detallar el período del ocaso y deja entrever que éste habría llegado por los malos manejos de los dueños que residían en Buenos Aires. Treinta años de historia El hotel El Casco comenzó a construirse en setiembre de 1968 y los trabajos concluyeron el 11 de noviembre de 1970. |
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