Viernes 2 de marzo de 2001

 

Grasa y colorante, en lugar de auténticos chorizos

 

A veces uno cree que lo que se lleva de la carnicería son chorizos de muy buena calidad, pero en realidad sólo compra un poco de colorante, carne de descarte, agua y mucha grasa. Las consecuencias no suelen ser más que alguna descompostura estomacal, pero el fraude alcanza a la confianza depositada en quien vendió "la mejor mercadería de plaza".

  CIPOLLETTI (AC).- Gran parte de los chacinados que se venden en las carnicerías son aptos para el consumo humano, pero no están hechos con los ingredientes que el consumidor cree. Muchos están elaborados a base de grasa, carne de descarte, colorantes, agua y especias. Bromatología reconoce que es un tema complejo y que no es exclusivo de esta ciudad, por lo que recomiendan a la población no consumir chorizos sin etiquetas y tener cuidado con las "grandes ofertas".
La situación no es nueva. Se trata de ventas "fraudulentas" porque en realidad es un engaño para los consumidores. La gente cree comprar chorizos elaborados a base de carne de cerdo o mixtos (cerdo y vaca), pero en realidad "come principalmente grasa con colorantes", dicen los especialistas.
Tampoco es cuestión de generalizar "porque hay lugares donde se vende mercadería de buena calidad", dicen.
Eduardo Fernández, jefe de Bromatología de Cipolletti, mencionó que hay algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de comprar: primero, verificar que los chacinados tengan la etiqueta que avale su origen e ingredientes con los que están hechos; y segundo, tratar de no hacerse eco de las superofertas que suelen aparecer. "Un kilo de chorizos a $1,80 es casi imposible que sea de buena calidad", asegura. Aunque tampoco el precio es una garantía.
El tema es complicado. A veces sucede que en las inspecciones se ven los chacinados con etiquetas y resulta que esas tarjetas no corresponden a la mercadería que está a la venta. Se han visto cambios de etiquetas de chorizos identificados -que ya se vendieron- que se colocan a otros "caseros". Para cuando están los resultados de los análisis, los chacinados ya no están.
La mercadería en realidad es apta para el consumo humano porque los ingredientes son comestibles. Sólo pueden ocasionar descomposturas por excesos de grasa, por ejemplo. Pero se trata de engaños.
"Muchos carniceros utilizan la carne de descarte para elaborar. Uno no está comiendo lo que cree comprar".
Carne de garrón, cogote, grasa, agua, colorantes y especias, suelen ser los contenidos de muchos chorizos que se venden. Generalmente se aumenta la cantidad de grasa y agua y se le da color con colorantes permitidos. "Ese es el principal fraude, la grasa que tienen".
Fernández no acota la situación al plano local y lo hace extensivo a nivel nacional. "Por cuestiones de costos y porque la gente busca consumir cosas baratas, ha aparecido todo este mercado de chacinados fraudulentos", considera.
En Cipolletti el año pasado se decomisaron casi 60 kilos de chacinados, sobre todo porque no tenían identificación. Este resultado, sin embargo, no es una muestra de la problemática. Para tener una idea del contenido de los chorizos sólo basta conocer los números: en la primera quincena de enero, por ejemplo, ingresaron a Cipolletti 2.180 kilos de grasa. Si bien parte de esta cantidad se vende para freir, el resto es empleado para los chacinados.
Es que la mayoría de los carniceros -que no están insertos en los grandes supermercados- fabrican chorizos. Es una salida más que tienen para subsistir. Algunos son conocidos porque se dedican a hacer chorizos en cantidad para determinados eventos: partidos de fútbol, carreras de autos, etc. Todo a muy bajo pre-cio. Y generalmente, con muy baja calidad.

Educar a los consumidores

CIPOLLETTI (AC)- Co-mo un modo de educar y llegar a la gente, la dirección de Bromatología de Cipolletti prevé realizar un curso de "manipuladores de alimentos".
La instrucción, que se extenderá por cinco días a partir del próximo 19, intenta dar información generalizada sobre el uso de alimentos. Desde cómo vestirse, cómo preparar el lugar de trabajo, hasta el simple e importante detalle de lavarse las manos.
Este curso ya se realizó el año pasado para 50 personas y este año otras 10 fueron capacitadas. Es gratuito y se entregan certificados. Intenta comenzar a implementar una ley nacional que se puso en práctica en noviembre de 1999, que indica que cada persona que saca una habilitación para manipular alimentos tiene que demostrar que sabe cocinar.
Las jornadas se harán en las instalaciones de Bromatología, ubicadas en ruta 22. "La intención es educar al consumidor y a los manipuladores de alimentos", se informó.

   
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