Jueves 1 de marzo de 2001

 

Absolvieron a una mujer acusada de matar a su bebé

 

Final para un doloroso hecho ocurrido en Las Grutas en 1998

  VIEDMA (AV)- La fiscal pidió la absolución para una mujer acusada de matar a su bebé recién nacido. El defensor adhirió a ese pedido y ayer mismo reclamó la excarcelación de Stella Maris Torresilla, quien se encuentra alojada en la comisaría Primera de esta capital desde marzo del "98. Anoche se esperaba su libertad. Al no existir acusación fiscal el Tribunal no puede condenar a la imputada según doctrina de la Corte y el STJ.
Tanto la fiscal Adriana Zaratiegui como el defensor oficial César Gutiérrez Elcaras descalificaron la primera pericia realizada y apoyaron sus alegatos en los informes posteriores de un médico forense de Bariloche, que coincidieron con el examen histológico practicado por profesionales de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que "demostró que la criatura tragó líquido amniótico en el canal intraparto", dijo la fiscal. Concluyó en que el bebé "nació muerto, y el bien jurídico que se protege es la vida; si nació muerto no puede haber homicidio. Tampoco se probó que la imputada le hiciera daño al cadáver sino que tuvo una actitud posterior que tiñó el hecho como delictual pero la pericia es concluyente".
Zaratiegui destacó las pericias psicológicas practicadas por un forense de Bariloche a los fines de comprender la actitud asumida por la imputada y buscar una explicación. En base a ella descartó que Torresilla haya actuado de esa manera porque era consciente de que cometía un acto criminal.
Ese informe psicológico señaló que "la madre de la examinada fue una comadrona. Partera práctica que trabajaba en su casa y a la vista de su hija y trasfirió a la niña su fantasía de horror sobre las consecuencias de la vida erótica. Supo instaurar en lo profundo de la conciencia de la menor una prohibición y rechazo a las relaciones sexuales y su indeseable consecuencia: los embarazos. El mandato llegó a ser tan determinante y punitivo para la examinada que las situaciones vinculadas al sexo y al embarazo provocan un estado psicótico de disociación transitoria que desaparece cuando desaparece la causa que lo provoca". Agregó que existieron otros tantos factores agravantes en la historia de la examinada que no mencionó para "preservar su intimidad pero que ciertamente dejaron la impronta de la patología mental que reaparece circunstanciadamente... Desde el punto de vista sanitario la examinada merece tratamiento asistencial especializado no tanto para proteger a la sociedad de sus acciones sino más bien para proteger su propia intimidad".
El hecho ocurrió entre el primero y el cuatro de marzo del "98 en un barrio de Las Grutas. Una mujer observó que sus perros jugaban con algo extraño y comprobó que eran restos de un bebé.
Torresilla no quiso declarar, sólo señaló ante los jueces que "me cuesta mucho todo esto". También pidió no estar presente cuando declararan los testigos. Entre ellos se encontraban su esposo y dos de sus hijas, quienes señalaron que la mujer siempre ocultó los embarazos. El marido dijo que de dos de sus cuatro hijos se enteró de sus existencias cuando nacieron.

Foto: Stella Maris Torresilla tuvo una infancia compleja. De grande, ocultaba sus embarazos.

   
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