Viernes 30 de marzo de 2001 | ||
MAS INFORMACION: |
La ola de usurpaciones estalló con otra revuelta en Confluencia |
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Como saldo de los disturbios hubo heridos y detenidos. |
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NEUQUEN (AN).- La policía reprimió ayer un nuevo intento de usurpación de viviendas del IPVU en el barrio Confluencia, donde se produjeron violentos enfrentamientos entre vecinos y uniformados que dejaron el saldo de por lo menos una decena de heridos (entre ellos un policía que habría recibido un balazo de plomo) y 15 detenidos. El caso de Confluencia marcó el punto culminante de otra jornada de altísima tensión provocada por la crisis habitacional que hace estragos en distintos puntos de esta ciudad. El estallido -tan violento como el que se produjo cuando murió el diariero Rubén Arias- fue calificado como "un verdadero disparate" por el gobernador Jorge Sobisch quien definió a los manifestantes como "un grupo de inadaptados". Al cierre de esta edición renació la calma y se habían sofocado por lo menos dos principios de incendio pero la salida del conflicto está al final de un camino negro. Los manifestantes pretenden viviendas que ya tienen adjudicatarios dentro. Paradójicamente, los enfrentamientos en Confluencia se produjeron el mismo día en que el gobierno consiguió descomprimir la situación en el barrio San Lorenzo, donde al cabo de 19 días los usurpadores dejaron las casas, que en un acto relámpago fueron entregadas a sus legítimos adjudicatarios. Al mediodía, ante la inminencia de nuevos conflictos, el ministro de Gobierno Jorge Gorosito había anticipado que la Policía iba a usar la fuerza para "defender los derechos" de los adjudicatarios de viviendas del IPVU. Apenas cuatro horas más tarde, se produjeron los primeros violentos choques entre uniformados y manifestantes. Gases lacrimógenos y balas de goma contra las pedradas de un grupo de alrededor de 30 personas que quería meterse en algunas de las 50 casas que el martes fueron adjudicadas a otras personas. En la refriega, cuatro mujeres que quisieron detener el avance del camión hidrante de la Policía parándose enfrente, fueron arrastradas y golpeadas por el barro y cargadas a una camioneta. La misma suerte corrieron por lo menos tres jóvenes que fueron sacados a golpes de una casa en la que se habían resguardado. Muy temprano, el fantasma de las usurpaciones hizo una sorpresiva aparición en Centenario donde un centenar de familias amenazó con ingresar a dos planes habitacionales de la provincia, las 66 y las 48 viviendas, dos obras del IPVU que todavía no están terminadas. La situación se conjuró reforzando la cantidad de policías de custodia. La crisis de las usurpaciones llegó también a Gregorio Alvarez donde surgió una disputa por un predio conocido como ¨la plaza de los pobres¨ que ocuparon ocho familias para edificar sus casas. Los vecinos se encontraron el miércoles pasado con la sorpresa de las familias que llegaron al sector y cercaron el perímetro para construir sus viviendas. En Confluencia, el primer choque entre policías y manifestantes se produjo a las 16 cuando los uniformados desalojaron el piquete que desde el miércoles mantenían los vecinos que reclaman las 50 casas que el IPVU entregó el martes. En una feroz avanzada apuntalada con balas de goma y gases, la Policía ganó posiciones y puso en fuga a los manifestantes. El escenario de la violencia se trasladó luego al centro del barrio, en los alrededores de la comisaría 19. Allí un hombre exhibió y apuntó con un revolver al jefe de esa unidad, Héctor Morales, quien intentaba dialogar con un grupo de vecinos. Hubo pánico entre los presentes y enseguida se escucharon estampidos de balas de goma. Minutos después se produjo el incidente con las cuatro mujeres que fueron arrastradas por el barro, golpeadas y luego cargadas en una camioneta policial. El momento más virulento del choque se vivió alrededor de las 19 cuando el grupo especial de policías antimotines (Despo) avanzó por la calle Paimún disparando gases y proyectiles de goma. En ese momento, se escucharon los silbidos de balas de plomo que salieron de algunas casas. A las 21,30, los efectivos sacaron a tres manifestantes de una casa de la calle Monte Hermoso. Los policías se abrieron paso con gases y hubo un principio de incendio. Enseguida, un policía trastabilló y quedó en cuclillas en el suelo, y debió ser asistido por dos compañeros. Aparentemente había recibido un impacto de bala. Sobisch justificó el uso racional de la fuerza |
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