Sábado 24 de marzo de 2001

 

El parate pesquero le dio un respiro a la merluza

 

Durante el año pasado las capturas de merluza descendieron un 30% en relación con el año anterior. Las lanchas artesanales y buques palangreros dejaron de operar, producto de distintas circunstancias. La mitad de la flota arrastrera local no operó debido a la crisis de Camaronera. Todo esto repercutió en la localidad con desocupación y una profunda incertidumbre.

  SAN ANTONIO OESTE - Mientras la crisis económica y social envuelve a los distintos sectores de la pesca en el golfo San Matías, una luz de esperanza surge desde el ámbito científico, a partir de las estadísticas pesqueras. Los números oficiales de las capturas y el esfuerzo pesquero producido durante el año pasado demuestran un notable descenso de la extracción en ese periodo.
Por ejemplo, el derrumbe de Camaronera Patagónica, que a mediados del 2000 interrumpió su actividad, sumado a diversos problemas que envolvieron a algunas de las otras empresas ubicadas en este ciudad, provocaron que de los más de 540 viajes de buques arrastreros realizados en 1999 se bajara a solamente 426 del año siguiente, lo que redujo también las capturas obtenidas.
Al mismo tiempo, las lanchas artesanales que desde 1996 concentraban las mayores expectativas de trabajo y buenos negocios para empresarios y marineros locales, repentinamente cesaron su actividad a raíz del aumento de los costos de producción y el descenso de los valores del mercado europeo. Así de 5200 viajes, desarrollados por lanchas y buques palangreros en 1999 se pasó a los escasos 620 del 2000. Las capturas bajaron de 2200 a las escasas 600 obtenidas con ese método durante el último año.
Pobreza, desocupación y profunda inquietud se vivió durante los últimos doce meses en esta localidad. Todavía los marineros y trabajadores de planta de Camaronera Patagónica recorren despachos gubernamentales en busca de solución ante la paralización de la actividad por parte de la firma empleadora. Recientemente los siete permisos de pesca de esa empresa fueron cancelados y ya se prevé su redistribución entre otras pesqueras locales.
La situación es extremadamente difícil para muchas familias de pescadores y obreros de planta. Pero el recurso natural envía señales que generan esperanzas.
Ese parate fue como una "veda involuntaria". Razones netamente comerciales que perjudicaron a la economía de la región, favorecieron paradójicamente al estado biológico del recurso. Los barcos que actualmente continúan en actividad obtienen buenos rendimientos y los científicos ya se preparan para desarrollar una campaña de prospección de biomasa que ratifique lo que los partes de pesca permiten sospechar.
Primero las lanchas artesanales -que llegaron a ser unas 70 arrojando entre 3 mil y 5 mil anzuelos por salida- y los buques palangreros de gran calado -arrojaban entre 15 mil y 30 mil anzuelos por salida- cesaron su actividad debido a los altos costos de la operatoria. Luego, Camaronera paró sus barcos, lo que significó que la mitad de la flota arrastrera local dejara de operar.
Solitarios, los 2 buques de Marítima San José, uno o a veces dos de Río Negro Pesquera y Luvimar, y otro de Pesca Austral que operó con palangre sólo durante el primer semestre del año pasado, surcaron el golfo, extrayendo buenas cantidades.
Las capturas de merluza que en 1999, con ambos métodos habían superado las 6700 toneladas, en el 2000 apenas llegaron a 4700. Dos mil menos de las que la provincia había establecido como máximo permisible para todo el año.
Queda claro que con el lapso de más de un año de descanso que las circunstancias económicas obligaron a cederle al recurso ictícola, el estado de biomasa de la merluza hubssi mejoró sensiblemente en relación a la situación de los años anteriores. Ahora resta que los costos de producción bajen y que mejoren las condiciones de exportación para que la pesca en el golfo resurja.

Experiencias lamentables

De los errores se aprende, dice el saber popular, y los pescadores de esta ciudad no quieren tropezar tres veces con la misma piedra. Primero fue Galme Pesquera, que los dejó en la calle reclamando una indemnización paupérrima frente a los millones que la firma obtuvo por créditos ante el Banco Provincia de Río Negro y jamás devolvió.
Ahora Camaronera Patagónica, envuelta en una grave crisis financiera y económica, volvió a dejarlos a la deriva.
Hartos, los pescadores conformaron una agrupación local, dependiente del Sindicato de Obreros Portuarios, a través de la cual exigen que todas las firmas se adhieran al flamante convenio colectivo de trabajo y tomen a los marineros en relación de dependencia.
Camaronera Patagónica, convocó a concurso de acreedores y se prevé su cierre definitivo. Por caso, la Dirección de Pesca le canceló sus siete permisos y estudia la posibilidad de distribuirlos entre las restantes empresas de la ciudad, quienes deberán también hacerse cargo de las tripulaciones originales de los buques y del personal de planta que poseía la firma de origen marplatense al momento de cesar en su actividad. Son unos 60 pescadores y cerca de 85 empleados de fábrica.
De esta forma, la flota volvería a completarse y el recurso podría alcanzar su máxima rentabilidad. No se descarta que algunas lanchas vuelvan a zarpar si las relaciones comerciales con Europa mejoran en el ámbito pesquero y los costos de producción bajan para la pesca artesanal con palangre.

Empresarios piden mayores reintegros, menores costos y más créditos

Las capturas han mejorado sustancialmente en los últimos tiempos. Las dos empresas locales que tras la caída de Camaronera intentan posicionarse como líderes del sector crecieron en estos últimos meses. Por caso, Marítima San José aumentó de dos a tres permisos de pesca y ya gestiona uno más de los siete que se le cancelaron a Camaronera. En tanto Río Negro Pesquera pasó de 1 a dos barcos y también solicitó otro permiso para incorporar mano de obra desocupada.
Mientras tanto, esta firma que opera exclusivamente en el mercado interno, está desarrollando un proyecto de inversión en un planta ubicada sobre la avenida de acceso a la ciudad para ampliar sus posibilidades de explotación.
Pero las reglas del juego no les son favorables. "Además de la seria disminución cercana al 30 por ciento que hemos sufrido en nuestros precios debido a la relación Euro-Dólar, en los últimos tiempos la Comunidad Económica Europea a raíz de la finalización del convenio pesquero que tenía con Argentina, estableció un 15 por ciento de impuestos sobre el pescado fresco", expresó Federico Benzadón, uno de los titulares de Marítima San José.
Por ello, el empresario espera que desde el gobierno nacional se decida "la adecuación de los reintegros para los productos frescos que actualmente son muy bajos". A esta cuestión se suma que "el gas oil aumentó un 130 por ciento en el último año y las cargas sociales son muy altas. Además, nos hacen falta líneas de financiación más accesibles", expresó el empresario. "No queremos crecer más de lo que podríamos. Las capturas son buenas aunque no una maravilla", indicó Benzadón.
Por su parte, el gerente de Río Negro Pesquera, Alejandro Yarza afirmó que "es necesario un IVA diferencial para la adquisición de bienes de capital que fomente la reactivación".

Pedro Caram

   
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